Estudió arquitectura, pero descubrió que su pasión era el interiorismo al desembarcar en España. Luis Galliussi (Córdoba, Argentina, 1959) se considera a sí mismo creativo y libre, como su estilo.

P ¿Cómo se definiría?

R Soy bastante irónico en muchas cosas. Te diría: googléame. Se me hace muy raro hablar de mí o de mi trabajo. Ni me gusta ni me sale. No uso tarjetas, por ejemplo. Nunca he usado. Tampoco agenda. Tengo muchas particularidades. No me gusta hablar de mí. Me sigue sorprendiendo que me hayáis propuesto una entrevista. Lo que sí soy es argentino y cordobés. Soy arquitecto, pero la vida me llevó por el interiorismo, el diseño de objetos, etcétera. Llevo 30 años fuera de Argentina, mi país natal, y he estado trabajando mucho. Por ejemplo, no me interesa el dinero más que para ser libre. Ser libre en el sentido de que el tiempo es mío. No considero ningún trabajo mejor que otro, son todos un camino que te lleva a otro.

P Algunos le consideran el anti-decorador.

R Dicen que soy como el Ferran Adrià del interiorismo porque soy capaz de destruir todo pero reconstruirlo conservando la esencia de las cosas. Soy muy respetuoso porque con un palo y un trapo soy feliz. Si la mayoría de mis colegas me dieran lo que ellos usan para trabajar, yo podría hacer muchas cosas. En cambio, si yo les doy lo mío, ellos no saben qué hacer. Porque lo mío son cosas que a lo mejor no valen nada, a lo mejor valen mucho, igual fuera de contexto se convierten en oro. Es un don muy natural que tengo. No uso recetas. No me gusta más un terciopelo que un plástico, por ejemplo.

P ¿Por qué decidió venir a España?

R Fue algo casual. El avión me dejó en Madrid porque me iba a Italia. Conseguí una entrevista de trabajo aquí y empecé en el estudio de Jaime Parladé y Mario Connío. Estaban haciendo trabajos para grandes clientes. En ese momento me di cuenta de que existía el mundo del interiorismo. También trabajé por mi cuenta. Mi naturalidad y mi generosidad me han ayudado en mi vida. La diferencia es que Argentina es un país maravilloso pero está muy lejos. Es un país inviable, inestable, mal gestionado, corrupto. El sistema es corrupto. Siempre lo digo: en España hay corruptos, pero el sistema no lo es. Me da pena y me duele.

P ¿Cuál es el proyecto que más le representa?

R Todos son pequeñas huellas. En un inicio me quedaría con los trabajos para Chanel porque fueron como mi escaparate. Me encantó hacerlo. Te diría que, hoy por hoy, me gustan mucho mis trabajos hechos en Ibiza o Formentera. Tú puedes tener un talento o una energía, pero pienso que la personalidad de cada uno aporta un valor extra. Como quien canta muy bien y no transmite nada. En mis trabajos tengo muchísima sensibilidad, poesía. Tienen alma, eso que tanto se dice hoy en día. A mí me han dicho que soy capaz hasta de decorar el aire.

P Dijo que lo que menos le gustaba era trabajar en casas. ¿Por qué?

R Porque son proyectos que no tienen fin. No tienen límite. Los clientes quieren que vayas mucho por su casa. En cambio, me encanta cuando tengo que hacer una casa para una persona con la que tengo buen rollo. Eso sí que lo disfruto mucho.

P ¿Por qué el diseño de interiores?

R Mi profesión ha sido una herramienta para vivir como me da la gana. Si me dices que siendo taxista podría vivir así pues perfecto. No me considero ni mejor ni superior por mi profesión, aunque suele engrandecerse cuando se habla de ello.

P ¿Qué ha aprendido de su amiga Sybilla?

R Su moda tiene una arquitectura, se construye de otra forma. Además, es medio argentina y se nota. Nos une esa mirada hacia el mundo sostenible, el oficio artesanal. Ella va por la vida como si no fuera Sybilla, y eso me gusta.

P ¿Qué piensa de las tendencias?

R Pienso que son algo de los negocios. Son cosas creadas por un mundo occidental burgués. La mayoría de gente en el mundo no tiene ni para zapatos.

P ¿Y de la ostentación?

R No me gusta nada. Lo detesto. Te diría bien claro que el que más habla es el que menos tiene. Las personas que más alardean de todo lo que tienen son, al final, las que menos pueden presumir.

En corto

¿Qué es el proyecto de Ca'n Kaki?

Se trata de la casa que tengo en Ibiza. Fue algo casual. Siempre pienso que el sabor de las cosas que te ocurren sin buscarlas es mejor. No me motivaba Ibiza como isla, pero encontré esta ruina payesa y la fui arreglando poco a poco. Es mi burbuja.

¿El Mediterráneo es un lugar de inspiración para usted?

Sí, me encanta. La idea romántica del Mediterráneo. Me gustan la tierra y las frutas de estación, como los higos. La vida descalza, sin pretensiones. Las Balears son una joya del mundo. Da pena ver cómo las destruyen a veces.

¿Mallorca es una isla moderna?

Yo creo que sí es moderna porque pisa en la tierra. Lo es por Miró, por Barceló, por Sybilla. El conservar y tirar de lo que hay, de lo que tienen aquí. Eso es ser moderno. Yo te podría decir que soy conservador porque detesto que poden los árboles, por ejemplo. Y eso me parece que, hoy por hoy, es ser moderno. Mallorca es súper respetuosa con su tierra.