Jaime Triay, el cerebro del punk en Mallorca, falleció la madrugada de ayer en Palma a los 56 años. El que fuera cantante de Cerebros Exprimidos padecía ELA desde 2016, una enfermedad que este verano se había recrudecido.

En una entrevista reciente con este diario, el padre del punk mallorquín explicó que llevaba enfrentándose desde hacía varios años a la lucha más dura que le tenía reservada la vida, la esclerosis lateral amiotrófica.

El pasado abril estaba previsto un concierto en homenaje a su figura cuyos beneficios iban a destinarse a sus gastos médicos, pero finalmente la pandemia impidió su celebración. Algunos de sus amigos, como el guitarrista de Cerebros Juanmi Bosch, explicaron ayer a este periódico que ese homenaje musical llegará cuando la evolución de la covid lo permita. “Hoy estamos todos de bajón. Jaume era un tipo muy especial que tuvo una gran influencia sobre mí. Guardo las cintas que me grabó como un tesoro”.

Triay, que tendrá una despedida familiar íntima, interpretó auténticos himnos del género punk como Más suicidios, Listos para sufrir o Gritos en la noche, entre otros muchos.

El año pasado dio una entrevista a este diario con motivo de la reedición, 40 años después, de su primer disco, Cerebros Exprimidos. Un proyecto al alimón entre Munster Records y Runaway que podría ver la luz el próximo mes de septiembre. “Jaime estaba ilusionado con el álbum, vio el diseño, lo escuchó. En la segunda cara añadimos un directo inédito de Cerebros”, cuenta Peter Terrassa desde la discográfica mallorquina que lo coedita. Triay definió con elocuencia ese primer disco: “Es una hostia en toda la boca, con ese sonido tan agresivo”.

La honestidad y estar al margen de la industria cultural siempre caracterizó a Cerebros Exprimidos en sus dos décadas de esplendor, los 80 y 90. “Jaume, además de un referente del punk, fue un puntal de la cultura no oficial de aquella época que además consiguió una serie de hitos que muchas bandas de aquella época no esperaban, como era salir fuera a tocar o tener un sello discográfico detrás”, sostiene el historiador Tomeu Canyelles. “Jello Biafra, de los Dead Kennedys, llegó a escribir a Jaume interesándose por su música”, apunta el especialista. “Era un músico que vertebró a diferentes generaciones de punk en la isla. Era venerado por sus contemporáneos y por los más jóvenes, a quienes tutelaba con su saber enciclopédico”.

Cerebros, con los que llegó a publicar siete álbumes, alcanzó a convertirse en una de las bandas de cabecera del punk a nivel nacional, con algunos hitos, como un segundo premio en el VI Concurs Pop Rock de Palma y con sus canciones publicadas en el mercado estadounidense bajo el nombre de Squeezed Brains.

Triay tuvo otras aventuras musicales. La primera la vivió con Virus, un grupo heavy en el que militó entre 1981, cuando lo fundó, y 1984. Y la última, con los Chirri Kebab Motherfucker. Entremedias, Danones Yonkis y Sistema Llongueras. “Siempre me he divertido con la música”, confesó el patriarca del punk con una de sus últimas sonrisas en los labios.