Es el verano más extraño en mucho tiempo, y todo está trastocado: no se puede esto y no se puede lo otro y tampoco lo de más allá. Habrá quien viaje lejos -los que menos-, habrá quien viaje cerca y habrá quien viaje al supermercado de la esquina a hacer la compra. Eso sí, quien es lector leerá: en playas remotas o cercanas o en el banco del parque que en unos años mirará con cariño porque recordará que pasó las vacaciones del virus allí. Para todos ellos es la siguiente selección de literatura de viajes: porque si hay un artilugio capaz de transportar al hombre a otra galaxia cuando la que lo rodea se derrumba, eso es un buen libro.

Alimentar a la bestia

Al Alvarez

(Libros del Asteroide)

Los amantes de la literatura de montaña saben que el libro de Al Alvarez es nada menos que un clásico en su género. Escalador, jugador de póker y editor de poesía, el inglés desgrana en este título su amistad con el legendario Mo Anthoine, a quien acompañó en varias de sus aventuras por las montañas más exigentes del mundo. Es un libro de amistad, un libro de aventuras y un libro para asomarse a los secretos de la montaña y el alpinismo.

Mi gran odisea griega

Mary Norris

(Larousse)

El lector tiene entre sus manos la historia de una pasión: la de la famosa correctora de estilo de 'The New Yorker' por todo lo que huele a helénico. Fue atrapada por ella desde niña y derivó en numerosos viajes que relata en este volumen. Aquí exhibe, más que conocimientos, erudición: literatura, mitología, gastronomía, monumentos, costumbres, por supuesto el idioma; el antiguo y el actual. Todo ello relatado con un entusiasmo contagioso.

Orient Express, el tren de Europa

Mauricio Wiesenthal

(Acantilado)

Mezcla de ensayo y memorias, 'Orient Express' vuelve sobre el famoso tren que unió durante décadas Europa para hablar precisamente de eso: de Europa. Wiesenthal mezcla historia, leyenda y ficciones en esta obra elegante que sumerge al lector en una idea del continente hoy desplazada por una realidad menos cosmopolita y más triste. He aquí un desfile de grandes personajes que hablan del esplendor perdido de un tren, y a la vez, el de una civilización.

Años de hotel

Joseph Roth

(Acantilado)

Europa, años 20 y 30 del siglo pasado: Joseph Roth vaga a su antojo por todo el continente, se aloja en hoteles y escribe una serie de artículos sobre lo que ve, y lo que ve es ese continente de entreguerras, sumido en las preguntas sobre el futuro y la añoranza del pasado. Este es un libro de viajes que a la vez transporta al lector por la geografía y por la historia de Europa, una mezcla de reportaje y ficción donde anida el germen de su obra maestra, 'La marcha Radetzky'.

Suite italiana

Javier Reverte

(Plaza & Janés)

Aquí hay Italia, aquí hay viaje y aquí hay literatura. Reverte lleva al lector a Venecia, Trieste y Sicilia, y a bordo de su artilugio viajero sube a cuatro autores que escribieron sobre esos lugares: Thomas Mann, James Joyce, Rainer Maria Rilke y Giuseppe Tomasi di Lampedusa. El resultado es un libro que se mueve con elegancia entre el ensayo literario y el libro de viajes. Habla de historia, de guerras y de poesía. Hondo, pregunta por qué: el sentido de todo esto.

Crónica de un viaje de seis semanas

Mary Shelley (Jus)

La creadora de 'Frankenstein' mezcla el diario y el género epistolar para narrar los dos viajes que hizo por Europa en compañía de su hermanastra, Claire Clairmont, y del que sería a la postre su marido, Percy Shelley; el primero en 1814 y el segundo en 1816. Aparte de la descripción de dos viajes impregnados de entusiasmo juvenil por unas tierras que aún exhibían las heridas de las guerras napoleónicas, hay que leer teniendo en mente que fue durante el segundo viaje, en casa de Lord Byron, donde esbozó por primera vez a su criatura inmortal.

Verano del 69

Elin Hilderbrand

(Planeta)

Hay que haber hecho algo bien para merecer un título nobiliario en el mundo de la literatura, y he aquí que existe este: 'Reina de las lecturas de playa'. A Hilderbrand se la reconoce como tal y es por algo más que por situar muchas de sus novelas, literalmente, en la arena. 'Verano del 69' es una de ellas: la historia de una familia que veranea en el Nantucket de aquel año icónico. En el centro de todo, las aventuras vacacionales -y vitales- de la adolescente Jessie.

Adiós a Mongolia

Zigor Aldama

(Península)

Quizá no sabemos que cerca de 40.000 nómadas mongoles renuncian cada año a su estilo de vida para asentarse en la ciudad. Quizá no sabemos que solo quedan 800.000 mongoles nómadas, y que aceste ritmo desaparecerán en los años por venir. Quizá no sabemos que Ulán Bator acoge a miles de estos hombres y mujeres que no hallaron en la ciudad la riqueza prometida. Pero Zigor Aldama sí lo sabe, y ha escrito un libro fascinante para contarlo.

Cuba, la soledat que no s'acaba

Per Nyholm (Saldonar)

El periodista danés, veterano corresponsal destinado a países en conflicto, relata su viaje por la isla caribeña con ojo crítico, libre y periodístico, que deja en muy mal lugar a la revolución de Fidel ahora encabezada por su hermano. Es un libro de viajes (cuenta sus 3.000 kilómetros de recorrido por la isla) a la vez que un libro político, que analiza la postura de los intelectuales, EEUU y Occidente respecto a Cuba. De propina, un paralelismo con el 'procés' catalán.

Els ullastres de Manhattan

Ponç Pons

(Quaderns Crema)

No es menor y es obligatorio mencionarlo: Pons se define a sí mismo como un "islómano", un hombre apasionado por su isla, Menorca. Es de tal calibre su islomanía que marca totalmente tanto su viaje a Nueva York como la descripción de la ciudad. Menorca es la vara de medir: el Toro, el punto más alto de Menorca, tiene 358 metros de altura, luego el Empire State es 20 metros más alto. Dietario personalísimo e historia de Menorca en verso. Dos islas en el espejo.

Històries de Nova York

O. Henry (Viena)

Hay libros que invitan a la lectura tanto por su contenido como por la forma en que están escritos: suelen ser los mejores. William Sydney Porter, el hombre que ha pasado a la historia de la literatura como O. Henry, también se ha reservado un lugar gracias a su habilidad con los finales, sorprendentes, astutos y a veces retorcidos. En las 'Històries de Nova York' pone ese y otros talentos al servicio de una ciudad que conoció y retrató como pocos.

Una dacha en el golfo

Emilio Sánchez Mediavilla (Anagrama)

El primer Premio Anagrama de Crónica Sergio González Rodríguez ha galardonado esta exhaustiva y plural mirada sobre el pequeño Estado insular de Bahréin, un fascinante país del tamaño de Menorca en constante contradicción: fue el primer país musulmán en despenalizar la homosexualidad y uno de los que más salvajemente reprimió la primavera árabe. Sánchez Mediavilla, que vivió allí, construye una crónica a varias voces y logra un retrato cautivador.