P Para quien no la haya leído. ¿De qué trata su última novela?

R Es la tercera de una serie protagonizada por el detective Tony Roures. Comienza con el asesinato de una chica prostituta nigeriana que se ha quedado convertida en material inservible después de practicarle una operación chapucera de cáncer de mama. Se trata de una historia muy dura y comprometida, llena de reflexión y música. Se desarrolla entre Castellón y Madrid. Roures ya es muy conocido entre mis lectores porque ambas obras anteriores han tenido mucha repercusión. Él es excorresponsal de guerra metido a detective privado de infidelidades pero siempre acaba metido en problemas mucho mayores. Quería favorecer la reflexión en una sociedad tan endurecida que ya no consigue conmoverse con prácticamente nada.

P ¿Por qué la trata de mujeres y la prostitución como temas principales?

R Hace muchos años que sigo el trabajo de varias activistas que estan muy metidas en ese mundo, tratando de ayudar a las víctimas. Rocío Mora me puso en contacto con unas cuantas víctimas de trata y ya pensé en escribir una novela sobre eso. En ese momento aún había mucho desconocimiento sobre este tema y debíamos hacer una labor de información. Durante más de una década he estado escribiendo muchos artículos sobre ello y documentándome. Hace dos o tres años Mabel Lozano iba a hacer un documental sobre un proxeneta y la ayudé a que escribiera un libro. Me convertí en su editora, lo que me hizo profundizar en el tema. Pude hablar con cinco chicas nigerianas y con un comisario de policía; incluso pude acceder a una tesis doctoral sobre el viaje que hacen desde su país hasta España, que dura entre tres meses y tres años. Quería que la gente entendiera la enorme soledad que viven. Son mujeres como yo, pero que están muy solas. Quieren tener una vida igual que la nuestra. Si se ponen enfermas no tienen a nadie, tienen que enfrentarse a todo solas. Pueden convertirse en material inservible.

P ¿Cree que ver tantas noticias sobre estos temas en los medios hace que nos hayamos vuelto más insensibles?

R Vivimos rodeados de información, y en gran parte es culpa de internet. Iñaki Gabilondo dice que en las redes pasa lo mismo que en una inundación: hay mucha agua pero poca potable. Tenemos demasiada información sobre cualquier evento que sucede. Me parece muy importante el ejercicio de la ficción para conmover a las personas, porque cuando lees un libro te metes en la piel del personaje y sientes lo mismo que él.

P Podríamos decir que la ficción es como un viaje, en el que acompañas a los personajes.

R Claro, porque en las noticias muchas veces desconocemos los nombres de las víctimas. Esto está pasando con el covid, que los muertos son una cifra y no conocemos nada de ellos. Muy frío. Las noticias son impersonales, olvidables. En la ficción estableces un vínculo emocional con los personajes que aparecen en la historia y lo entiendes mejor.

P La prostitución ha estado normalizada durante muchos años en España. ¿Esto ha cambiado?

R Han cambiado cosas, pero sigue estando bastante normalizada. En España no había trata de mujeres hasta 1992, sino que existían los "macarras" o "maridos" que explotaban a las mujeres de forma individual disfrazándolo de amor. A partir de ese año se dieron cuenta de que era mucho más fácil captar a las chicas en sus países de origen y engañarlas, porque contraían una deuda impagable que debían pagar de alguna forma. En este caso, con la prostitución. Antes estaba bien visto que los chavales se estrenaran de esa forma, pero el problema es que ahora son los propios chicos los que acuden solos a estos prostíbulos de manera asidua. Está relacionado con la pornografía que consumen, porque creen que ese sexo es lo normal. En el libro cuento que para las chicas que están en burdeles lo peor son los chicos jóvenes, porque les piden las prácticas sexuales más brutales.

P ¿Crecer con la pornografía dificulta la creación de relaciones sexuales sanas?

R Creo que todas las manadas y comportamientos que estamos viendo como grabar el sexo tiene mucho que ver con el consumo precoz de ese tipo de vídeos. Confunden el sexo real con el sexo de ficción, y normalizan actitudes que no lo son.

P ¿Por qué un personaje masculino, ahora que están surgiendo historias sobre mujeres detectives?

R Me decanté por un personaje masculino porque quería el aroma clásico de la novela negra; ese personaje que se movía por los bajos fondos. Quería, además, que fuera excorresponsal de guerra porque sé que cualquier ser humano puesto al límite puede sacar de dentro un héroe o un villano. Me divertía escribir con una voz masculina creíble. Muchos hombres reconocen esa voz en Roures, por lo que estoy orgullosa. Además, las mujeres hablamos mucho sobre estos temas y somos muy solidarias, pero excluímos a los hombres. No tiene sentido porque ellos son, a veces, el problema. Tenemos que conseguir que tomen conciencia.

P ¿Escribir es un proceso de concienciación?

R Siempre que haces una investigación profunda es muy difícil que no te llegues a concienciar. Incluso te vuelves defensor de la causa porque ves de cerca el sufrimiento.

P ¿Cuánto hace que viene a Mallorca?

R Vengo desde hace 13 años a la Costa dels Pins. Vine por una buena amiga y descubrí este sitio mágico y distinto. A mi familia le encantó. La segunda novela de Roures está ambientada aquí.

P Roures recuerda al Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán.

R Sí. Es más, mi detective se llama así porque la traducción de Roures al portugués es Carvalho. Tengo mucha influencia de Manolo porque le conocí y porque Los mares del sur me cambió la vida.

P ¿La búsqueda de la perfección nos lastra como sociedad?

R Shakespeare decía que la perfección es enemiga de lo bueno. Estamos viviendo en un mundo que busca siempre esa perfección a cualquier precio, y yo creo que debemos buscar la excelencia. Además, hay que tratar de ser feliz en el camino. La meta no es siempre lo más extraordinario.

P Chirbes hablaba de la "tercera persona compasiva" para tratar de entender a sus personajes.

R Por eso construí un personaje que juzga poco, porque me parece que nos pasamos la vida juzgando a los demás y sin mirar nuestras propios fallos. Es más difícil ser bueno en medio del fango que en un lugar bonito como Mallorca. Los seres humanos deberíamos tratar de comprender más al resto de nuestros congéneres. Seríamos más compasivos y el mundo sería mejor.

Actualidad

P ¿Cómo ha vivido usted, que es periodista, la salida de Juan Carlos I?

R Si revisas la historia de los hombres poderosos te das cuenta de que tienen escaparate y trastienda. Antes no veíamos la trastienda, y ahora está saliendo. Creo que el rey emérito ha tenido un papel importantísimo en nuestra democracia. No me gusta nada esta historia que se ha destapado, pero no creo que sea el momento de replantearse el sistema político. Tenemos una monarquía parlamentaria porque quiso Juan Carlos I, porque las cosas podrían haber sido mucho más complicadas si él lo hubiera querido. Pero eso no es óbice para que sus actitudes sean reprobables y que la justicia tenga que actuar.

P ¿Y la interrupción de las vacaciones de Pablo Iglesias e Irene Montero por amenazas?

R Creo que las acciones como los escraches no deberían hacerse nunca. Me parece patético que algunos lo justifiquen. Es una falta de respeto hacia el otro y atenta contra sus derechos. Ser político y personaje público no significa que te puedan agredir. Cuando Pablo Iglesias dijo que "había que normalizar el insulto"... A mí no me parece que sea así. Habría que normalizar la comprensión y la buena educación. Los políticos deberían fomentar el acuerdo aunque no tengan el mismo punto de vista. Nadie debería tratar de dividir a la sociedad por su ideología. Tenemos derecho a cambiar de opinión sin que pase nada.

P ¿La novela negra tiene, inevitablemente, ideología?

R Más que ideología yo diría que tiene capacidad de denuncia. La novela negra va un paso más allá de la novela enigma, que era la propia de "polis y cacos". La novela negra pretende decir dónde está el mal, revisar la cara oculta de la sociedad. Nació para denunciar a las propias instituciones. Ahora se denuncia el mal dentro de la sociedad y las personas. Nos interesan tanto las crónicas de sucesos y el género negro porque tratamos de explicar a qué se debe ese mal.