Tiene 27 años, pero para hablar de un amor de verano hay que remontarse a su preadolescencia. Lo dice desde el principio: "Yo no he ligado mucho. Los amores de verano suelen ser cortos y yo soy de relaciones largas. Cuando me enamoro, lo hago muy fuerte y estoy solo por esa persona. Soy súper fiel". Lleva casi cuatro años con su novio. Aún así, recuerda una de las primeras veces que se quedó impactada por un hombre. Era muy joven: "Quizás tenía 12 años.

Debía ser esa edad porque siempre nos íbamos con mis padres unos días de verano a un hotel de Sa Coma. Pero lloré y todo, y eso que ni pasó nada, como no podía ser de otra manera, pero recuerdo la sensación de impacto y de como enamoramiento. A saber lo que era eso". Justo estos días había invitado a una amiga suya, y estaban en un hotel donde por las noches había espectáculos. Durante el show, vio a tres chicos alemanes sentados en una mesa y tomando cerveza: "Eran mayores, pero yo me fijé en uno de ellos y no podía quitármelo de la cabeza, creo que incluso hubo contacto visual. Yo se lo decía a mi amiga, ¡me ha mirado, me ha mirado!". Se fue a dormir con la mirada de ese alemán clavada en la mente.

Al día siguiente, por casualidad, vio que estaban en el balcón de una habitación que daba justo enfrente del suyo. "Había en medio la piscina, el jardín... Era el mismo hotel pero estaban como en otra zona". Después de discutirlo con su amiga, como si se tratara de un asunto de Estado, decidieron que por la tarde irían a tocar a su puerta. "No sabíamos ni qué puerta era, yo tampoco sabía ni qué quería decirle, solo recuerdo que me volví como loca, estaba nerviosa. Y fue raro, porque yo no era una chica con mucha confianza, pero no sé, supongo que sentí la fuerza del amor", dice riéndose de esa anécdota de cuando era una cría. "Nada, que fuimos a tocar a una puerta que quizás era la suya, y no nos abrió nadie. Luego fuimos a la recepción, con toda la frustración, y preguntamos por los tres alemanes. Qué disgusto cuando nos dijeron que se habían ido justo ese día. Me puse a llorar muy fuerte, y lloré durante unos días". Se le pasó rápido, claro. Aunque aún recuerda la mirada del alemán.

P Con esta corta e intensa historieta de amor de verano de hace unos años ya se puede intuir que Mary Paxanga es una persona muy intensa...

R Totalmente. Cuando me enamoro, me enamoro muy fuerte. Desde los 15 años, que tuve mi primera relación y que duró hasta los 20, siempre he tenido relaciones largas. Las temporadas que he pasado sola y que quizás me he fijado en alguien también he estado muy concentrada en esa persona, aunque no me correspondiera. Además, yo hasta los 23 no empecé a ligar de manera más suelta, y tampoco lo hice mucho€ Soy una persona muy fiel. Creo que esto es por influencia de mi mamá: yo pensaba que estaría toda la vida con mi primer novio.

P ¿El amor siempre ha sido importante para usted?

R Yo de pequeña estaba fascinada con el amor, y era lo más importante en el mundo para mí. Amar, corresponder, la lealtad€ Luego me di cuenta de que eso no tenía sentido si no me amaba a mí. Me enamoraba de gente que no tenía nada que ver conmigo solo porque estaba confundida. O porque no quería estar sola.

P Dice que es una persona muy fiel. ¿Se considera una 'rara avis'?

R Yo creo que la gente no es fiel. Al principio me dolía mucho cuando alguien me era infiel, me lo tomaba muy personalmente. Ahora no lo veo así. Si no sabemos ni lo que queremos, enseguida que tenemos una tentación nos dejamos llevar. A veces confundimos pasar un rato agradable con alguien con enamorarnos o sentir atracción física. Tengo amigas que me dicen que no pueden tener amigos porque siempre acaban follándoselos. También creo que empezamos tan jóvenes a tener relaciones, sin conocernos a nosotros mismos, que luego nos perdemos más y no sabemos comprometernos.

P ¿Se da, en general, demasiada importancia al sexo?

R Sí. Creo que esa obsesión con el sexo es una distracción para el mundo de borregos en el que vivimos. Yo me he enamorado de alguien muy fuerte y, aunque no fuera correspondido, para mí era suficiente tenerlo en mi vida, aunque fuera sin sexo, porque ya me llenaba poder compartir otras cosas con él.

P ¿Hay miedo al compromiso, actualmente?

R Diría que sí. A la gente le da mucha pereza tener relaciones, mantenerlas, cuidarse. Nos planteamos demasiado las cosas, hay que fluir más. Lo queremos tener todo controlado, tener las cosas claras, y considero que esto es un error. Hay que disfrutar más del momento presente, y dejar que todo vaya pasando.