Madrid aborrece compartir el poder capitalino. La prensa de la provincia mesetaria otorga un sentido despectivo a la invención de "la Corte de Mallorca". Rechaza ceder una pizca de poder aunque sea por unas semanas. Juan Carlos I mezcla mar y poder durante sus vacaciones. El mar y otros placeres son mediterráneos. El poder es público o privado. Las citas con políticos se alternan con ocio y negocios. La actividad pregonada se turna con la discreta. Bienvenidos a la época en que Mallorca es capital de España.

Juan de Borbón llega a Palma a principios de julio. Apoya el Nobel de la Paz para su hijo, el democratizador. Felipe, su nieto, sigue cursos de navegación en Calanova. Los reyes se acomodan en Marivent el 20 de julio. Los medios analizan a diario la debilidad del Gobierno de la Unión de Centro Democrático. La inestabilidad política marca la actividad pública del monarca. Faltan sólo siete meses para que un grupo de militares dé un golpe de Estado. Juan Carlos se reúne con Adolfo Suárez, presidente en la recta final de su mandato, en dos ocasiones. El Ejecutivo busca acuerdos con la Minoría Catalana, o sea, CIU. Miquel Roca, su cara visible en el Congreso, pasa por Marivent.

Los ministros de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, y el de Exteriores, Marcelino Oreja, mantienen dos largas audiencias con el jefe del Estado. La situación es complicada. Palma es la capital. Y ejerce. Por cierto, la cara visible de la futura asonada militar, Antonio Tejero, se convierte con el tiempo en un asiduo de Alcúdia.

Manuel Fraga también visita la isla. Felipe González planea unas vacaciones en Alaró, donde tienen casa su secretaria, Piluca Navarro, y la familia de Emilio Alonso, su secretario de finanzas. Renuncia al filtrarse sus planes. Narcís Serra, alcalde de Barcelona, es un eterno enamorado de Deià.

Se forja un nuevo land alemán. El decimoséptimo. Sus límites territoriales coinciden con los de Mallorca. El ministro del Interior de la República Federal Alemana, Gerhard Baum, dirige la seguridad de su país desde la isla. "Hay que inculcar la confianza en el Estado entre los jóvenes", declara. Mildred Scheel, esposa del expresidente de la RFA Walter Scheel, está de vacaciones entre nosotros: "Mallorca es un sueño". El sueño germano.

Otro líder centroeuropeo, el canciller austriaco Bruno Kreisky, descansa y trabaja en la Costa d'en Blanes. Recibe al luxemburgués Gaston Thorn, presidente del Consejo de Ministros de la Comunidad Económica Europea. Hoy Unión Europea. Aquí se corta el bacalao hispano y europeo.

Reyes sin tierra pululan por la isla. Constantino de Grecia, por supuesto. El Aga Khan, sin jurisdicción pero más rico que muchos estados, navega con la pareja real española. Om Habibeh Aga Khan, nacida Yvonne Blanche Labrousse, les acompaña. Todos la llaman la Begum. Diana de Francia moldea sus esculturas en Mallorca. El nuevo monarca del deporte olímpico es Juan Antonio Samaranch. Ha sido elegido presidente del Comité Olímpico Internacional en Moscú. Rinde pleitesía a Juan Carlos I. ¿O es al revés?

Póker de hombres de letras. Joaquín Calvo Sotelo es fidelísimo a la Costa de los Pinos. Guillermo Díaz Plaja sostiene que "detrás de algunos nacionalismos hay un sentimiento de egolatría". Torcuato Luca de Tena se centra en su vasta obra literaria. Fernando Vizcaíno Casas es el más popular y franquista de los cuatro. En el periódico explica su posicionamiento político "entre Fraga y Blas Piñar".

Los veranos musicales de la democracia se vuelven rockeros. El Selva Rock convoca a 14.000 espectadores. La llamada de los grupos Camel y Dr. Felgood resulta irresistible para miles de jóvenes que no solo pretenden romper con la dictadura. También se desmarcan de los gustros de sus padres. Eric Burdon, líder de The Animals, actúa en Can Picafort. Carlos Garrido le entrevista: "Los músicos de mi generación éramos clase trabajadora y lo pasábamos mal, ahora muchos tienen dinero y juegan a ser famosos". Como muestra de origen proletario exhibe una credencial definitiva. Sus vacaciones periódicas en Mallorca desde hace quince años.

Tito's es la antítesis de Selva. En la sala se organizan las Galas Ota con la participación de Elsa Baeza, Camilo Sesto -"América ha sido mi mejor plataforma"- o Pedro Ruiz. También Romina Power y Albano en tiempos de Felicita para la pareja. Julio Iglesias se confina en un chalé de Calviá: "Mallorca es un buen refugio para estar tranquilo".

En el sprint final hay tragedia. Los marqueses de Urquijo son asesinados a principios de agosto. Un crimen que retorna periódicamente a los papeles. Dos jóvenes mueren en s'Arenal mientras juegan a la ruleta rusa. Dos años antes se había estrenado El cazador. Robert de Niro y Christopher Walken protagonizan cara a cara, con un revólver, una de las escenas más escalofriantes de la historia del cine. Hallan en una azotea de Palma el cadáver del joyero Armando Pomar. Había sido secuestrado un año antes. Un avión de Spantax se estrella en Marratxí. Cuatro muertos.

Camino de meta hay movilización. Vecinos de Portals protestancontra un nuevo puerto deportivo. Con poco éxito.

En el remate hay humor. En la centralita de Diario de Mallorca se recibe una llamada poco después de las ocho de la mañana. Alguien quiere hablar con el director. "De parte de quién", pregunta el empleado. La respuesta no le convence y replica: "Si usted es el rey, yo soy Napoleón". Y cuelga. Arturo Valero es el encargado del teléfono. Y sí, quien llama sin intermediarios es Juan Carlos I. Eran otros tiempos.