Dire Dire Straits, y en particular el líder y vocalista del grupo, el experiodista, exprofesor y excelente guitarrista y compositor Mark Knopler, le abrieron los ojos; y el genio de las bandas sonoras Ennio Morricone le guió por los caminos de la música. Hablamos de Jaume Tugores (Palma, 1974), una figura de las seis cuerdas, un maestro a la hora de transmitir emociones, un enamorado del cine que lleva toda la vida entregándose a las partituras y que anuncia nuevo disco, El matí inventat, en el que describe los sentimientos vividos al ser padre.

Su mejor álbum, y eso son palabras mayores, porque los discos de Tugores siempre son una joya, verá la luz pronto. "Falta mezclar el disco, pero ya puedo decir que como grabación ha sido la mejor que he hecho", asegura el autor. Además de las ocho piezas instrumentales que componen el cedé, ha escrito otros tantos cuentos infantiles breves que las acompañan. "Algunos de los temas son muy largos, lo cual ha sido un reto a la hora de componer y arreglar. También apuntar que he vuelto a la formación con grupo más grande. Otra novedad es que además de la guitarra he introducido mi voz como otro instrumento melódico", avanza. Los "maravillosos músicos" que han grabado con Tugores son Biel Fiol (cello), David González (saxo), Carol Domènech (voz), Pablo di Salvo (contrabajo) y Teo Salvà (batería). Además, como en sus dos últimos cd's, la producción es de Mateu Picornell, que "crea un sonido impresionante", subraya.

Su historia sónica empezó en las salas de cine, cuando sus padres le llevaban de la mano para disfrutar de una tarde en familia. "Desde que era niño siempre puse atención en la música de películas, recuerda. Si una melodía, en este caso ajena, le marcó para siempre, esa fue La resa dei conti de Morricone de la película La muerte tenía un precio. Así nacía uno de los romances de su vida. Fueron tantas las enseñanzas del maestro romano, y tan dolorosa su pérdida? "De Morricone aprendí a trabajar como hacía él, como un artesano, a levantarse pronto cada mañana y trabajar sobre algo que he compuesto, además de practicar mi instrumento. Intentar buscar nuevas formas de composición pero siendo fiel a mi estilo. También buscar un buen arreglo para cada tema, que todo suene bien ensamblado armónicamente".

Calidad, emoción y cierta originalidad son los pilares sobre los que se sustentan las composiciones de Tugores, quien descubrió la guitarra un poco por casualidad. "Después de ver un concierto de Dire Straits en televisión, quedé completamente fascinado por Mark Knopfler y su forma de tocar. Así fue como empecé a estudiar guitarra eléctrica", confiesa. El cine, su segunda escuela, también le sigue manteniendo ocupado: "Intento ver siempre lo nuevo de directores que me interesan como Clint Eastwood, Roman Polanski, Martin Scorsese, Alejandro Amenábar, Steven Spielberg, Woody Allen..."

Como una esponja, siempre ha intentado aprender algo de los músicos con los que se ha codeado a lo largo de su carrera, y no han sido pocos, "incluso con los que no ha habido química", apunta. "La etapa con Jaume Compte fue muy intensa, también aprendí mucho con todos los músicos que encontré en Barcelona en el inicio de Tugores [uno de sus proyectos musicales]. Y más recientemente con Biel Fiol y David González, con los que llevamos siete años tocando bandas sonoras y mi música". Adicto a los viajes, reconoce que son una constante fuente de inspiración: "Casi siempre he vuelto de los viajes con ideas de temas", como le sucedió con aquel Nueve lugares para un nómada, a raíz de una estancia en Myanmar (la antigua Birmania). ¿Cuál será su próximo destino? "No paro nunca de componer. Durante el confinamiento empecé a trabajar en el que será el próximo disco, temas inspirados en libros de fantasía que me han cautivado", adelanta.