Defensor de la necesidad de hablar claro, Roger Pera (Mataró, 1973) presentó ayer en los jardines de la Misericòrdia su libro Èxit, en el que cuenta la historia de su vida. "Siempre he escrito y me gustaba la idea de plasmarlo en un libro. Tenía una buena historia, potente y con final feliz. Además, tengo una familia peculiar", afirma Pera. Su experiencia vital siempre ha estado ligada al mundo del espectáculo: "Soy de los primeros niños que dobla a personajes infantiles en España. A raíz de esto empiezo a hacer teatro, televisión y muchos otros trabajos". En este volumen habla sobre anécdotas divertidas pero también de su peor experiencia, la adicción a la cocaína: "La parte fuerte del libro es cuando hablo de mi adicción. Tenía la necesidad de hablar abiertamente de esto. En este país nos cuesta mucho hablar de estas cosas. En Estados Unidos es diferente, no les cuesta tanto".

Explica que se trata de un tema tabú en la sociedad española pero que hay mucha gente consumidora y no somos conscientes de ello: "Drogarte no es estar tirado en un lugar oscuro. La droga está muy vinculada al dinero. Hay mucha más por encima de la diagonal que por debajo. La mayoría de gente adicta tiene un gran poder adquisitivo. Las adicciones están presentes en el día a día, no solo a las drogas sino al juego, al sexo o a Instagram".

Partidario del acto de hablar como terapia, decidió contar su historia porque descubrió que "la medicina para solucionarlo es hablar sobre ello, no ocultarlo". Defiende que no tiene que ver con el vicio, sino con los problemas como la autoestima o el dolor: "Somos muy frágiles".

"No es un libro triste porque mi vida no lo ha sido, pero sí tiene una parte difícil que no se puede obviar", dice el autor. No esperaba un recibimiento tan bueno aunque está feliz por la acogida que ha tenido entre los lectores: "Es importante porque no estamos acostumbrados a decir las cosas de forma directa".