El próximo jueves 23 de julio se celebra una Festa del Llibre peculiar. Palma, Santa Maria e Santa MariaInca son los lugares elegidos para llevar a cabo diversas actividades con el fin de promocionar la lectura y dar un espacio a los autores que el pasado 23 de abril no pudieron promocionar sus obras. En Palma, la fiesta tendrá lugar en cinco sitios diferentes: Plaça Major, Fleming, Plaça d'Espanya, Blanquerna y Plaça dels Patins.

Maria Barceló, presidenta del Gremi de Llibreters, afronta esta nueva oportunidad con ganas: "Tenemos mucha ilusión pero también estamos expectantes porque no sabemos cómo saldrá". Es la primera vez que se hace en verano, pero cree que será un buen día para todos los implicados: "Confío en que la gente salga y aproveche ese día para acudir a las diferentes actividades que hemos organizado junto a Mallorca Literària". Hace hincapié en la necesidad de seguir todas las recomendaciones y tomar las medidas de seguridad necesarias para que sea una jornada sin problemas: "Participan 18 librerías con las que hemos podido planificar diversos actos para que sea enriquecedor para todos".

Laura Gost participará con la traducción al castellano de su libro La cosina gran, el más vendido en el Sant Jordi pasado: "La presentación ha sido virtual durante estos meses y ahora tengo la oportunidad de hacerlo en persona". Además, participa también en un libro de relatos confinados. La situación es difícil pero tiene confianza: "La gente ha leído más durante el confinamiento y muchas personas han retomado ese hábito. Eso nos ayuda porque significa que tenemos un público mayor". Muestra su agradecimiento tanto a las librerías como a los organizadores por recuperar este día: "Es especial ver cómo la gente se une en comunidad y afronta colectivamente estos momentos compicados", declara la joven autora.

Tomeu Canyelles presenta Magaluf, més enllà del mite junto a Gabriel Vives. Tras 4 años de trabajo, tratan de diseccionar el modelo turístico del lugar: "Hay que ser conscientes de la imagen que proyectamos". Defiende la necesidad de hacer didáctica para explicar "qué significa para Mallorca". Prevé un día extraño ya que están sometidos a elementos que antes no existían. "La gente, igual que el sector, necesita este día porque es una gran fecha para la literatura", declara Canyelles. El escritor concreta sus sensaciones acerca de la situación actual: "Los libros tienen unas lógicas propias, y esta nueva situación hace que se deban buscar alternativas". Recalca que este día es de una necesidad "simbólica y pragmática" por su impacto económico.

Otro de los participantes es Miquel Rayó. El escritor intervendrá el día 23 en una serie de charlas sobre los libros y la lectura: "Vivimos este día con incertidumbre y preocupación". Remarca la necesidad de actuar con prudencia para tratar de ir recuperando las rutinas: "Parte del disfrute de ese día es ir tocando los libros, algo que no podremos hacer". "Existe el temor de que la salida de la crisis no sea justa", señala Rayó en clave de reivindicación. Percibe el futuro de forma preocupante y reflexiona sobre el modelo económico balear: "Tenemos que diversificar la economía porque no podemos depender exclusivamente del turismo".

Por otra parte, el poeta Miquel Bezares mostrará su último trabajo, Mal pas, un poemario sobre el confinamiento. "Es positivo para todos los implicados, aunque se pierda la magia de la primavera", señala Bezares. Tiene sentimientos encontrados con la nueva situación: "Necesitamos políticas culturales, pero no hay apoyo".