Poeta y diplomático. El blanco más negro de Brasil. Así se describió Vinicius de Moraes, el eterno maestro de la bossa nova. Un bohemio empedernido que cambió la historia de la música brasileña y cuyo legado permanece más vivo que nunca cuarenta años después de su muerte. "Para esa gente que anda jugando con la vida. Cuidado compañero. La vida está hecha para que valga la pena, y no se engañe, solo hay una", advirtió el compositor en uno de sus temas.