S'Embat es ya una referencia para la música alternativa en vivo. Situado en el paraíso de Ses Covetes, junto a la playa de Es Trenc, el local es uno de los lugares que, a pesar de la nueva normalidad para el sector artístico, apostó a finales de junio por seguir desde el principio con la música en directo. Con espectáculo cada noche, la semana pasada actuaron artistas como Juanito Makandé o Riki López. El pasado martes y ayer fue el turno para 'La Mari', la voz de Chambao, que actuó con las entradas agotadas.

La cantante malagueña empezó su primer recital, en torno a las diez de la noche, por la vía rápida, con la canción Detalles, del cuarto álbum de Chambao. Aunque este grupo, pionero en el género flamenco chill, ya es historia, la huella es imborrable para 'La Mari', que ofreció un repertorio de su carrera musical delante de unas doscientas personas sentadas, la mayoría sin mascarillas, dada la situación actual con la pandemia.

Al final del tercer tema, 'La Mari' presentó a Benjamín 'Habichuela' y a Joaquín Moreno, percusionista y guitarrista respectivamente, sin dejar de abanicarse por el calor de la noche, potenciado por los focos que apuntaban a la artista. "Lo que peor llevo es no poder tocarnos", afirmó la cantante tras agradecer al público su asistencia.

A medida que los postres reinaban en las mesas repletas de s'Embat, el público se fue animando escuchando la voz inmaculada de 'La Mari'. Se oyeron algunas palmas de los asistentes, con algún que otro 'olé' esporádico que sirvió para meter más en el concierto a la gente.

Conexión con el público

El primer momento que marcó la conexión entre el público y la andaluza llegó con Duende del sur, uno de los temas más conocidos. Fueron muchos los espectadores que, móvil en mano, empezaron a grabar a la protagonista, que agradeció la sucesión de palmas.

A partir de aquí, los asistentes más rezagados con la cena enfocaron su atención en la cantante malagueña. No fue el caso de Palmira y Teresa, dos amigas veinteañeras de Sóller, que disfrutaban desde el inicio palmeando las manos un concierto de acento flamenco, cálido y cercano. "La única pega es el horario, que ha empezado a las diez porque después hay que volver a casa tarde", destacó Palmira. "Una pena que no se pueda bailar", se resignó Teresa.

Y es que, pasado el ecuador del concierto, algunos asistentes bailaban sentados como podían. Incluso algunos no pudiendo resistirse y se colocaron de pie, pero duraron segundos, ya que la seguridad de s'Embat les requirió para volver a su lugar siguiendo los protocolos correspondientes.

'La Mari', además, presentó por sorpresa a David 'el Rubio', integrante del grupo flamenco Calima, que se acercó, guitarra en mano, para cantar conjuntamente un tema dedicado a las madres. 'La Mari', agradecida por la presencia del cantante barcelonés, anunció la recta final del concierto.

La andaluza dejó, a modo de guinda, las tres canciones más emblemáticas. El Pokito a poko, donde el público fue cantando al unísono y, posteriormente, Papeles mojados.

Por último, apareció también a escena Goodoo, una banda mallorquina de música fusión, que acompañó el último tema: Déjate llevar. El grupo aportó, con instrumentos exóticos como el hang o el didyeridú, un estilo diferente a la canción. El concierto, de unas dos horas de duración, terminó con el público pidiendo un bis a 'La Mari', que se metió en el bolsillo a este oasis llamado s'Embat.