El descontento y la incredulidad son las notas dominantes en los coros de Balears a raíz del decreto del Govern -publicado en el BOIB el pasado sábado- que solo permite quince cantantes a las agrupaciones por razones sanitarias. Diversos directores consultados por este diario han tildado la medida, además de "mal redactada", de "imprecisa y ambigua", un "error que llevará a algunas a la "ruina" y a otras, incluso a su "desaparición".

La citada medida, que forma parte del plan de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19, aparece en el apartado X, párrafo 9, donde se especifica que los coros deberán "tener un máximo de quince integrantes, incluido el director, tanto en los ensayos como en las actuaciones ante público.

La Conselleria de Salud y Consumo aseguró ayer que está "dispuesta a escuchar todas las propuestas que las corales le quieran hacer llegar en relación a las restricciones adoptadas bajo criterios de salud pública debido a la pandemia de coronavirus, por lo que la medida podría corregirse en los próximos días.

Efectos "demoledores"

Entretanto, directores y presidentes de las corales discuten y estudian estos días diferentes acciones para paliar los efectos que la Covid-19 está provocando en el movimiento coral. "La pandemia ha afectado al sector de la música coral de modo absolutamente brutal, demoledor. Es cierto que diferentes autoridades médicas han recordado que el hecho de cantar multiplica el efecto contagioso, pero también es cierto que hay malestar ante el hecho de ver que bares y aviones estén llenos y sin embargo nosotros no podamos juntarnos para cantar. Ni siquiera cuando hay lugares que permiten una distancia de seguridad entre los cantantes", espeta Juan Francisco Ballesteros, director de tres coros: La voix de l'âme, en Valencia, integrado por medio centenar de voces; el Ibiza Gospel Experience, con cerca de 40 cantantes; y la Coral Polifònica de Formentera, formada por una veintena.

"Quiero entender que la medida de las 15 personas máximo se hace como precaución sanitaria pero es imprecisa. Habrá coros que aunque se reduzcan a quince tengan un espacio de ensayo muy pequeño y otros que dispongan de grandes instalaciones en el que podrían estar 20 ó 25 cantantes a tres metros de distancia entre cada uno de ellos. Por lo tanto limitarlo a un número y no a unas dimensiones resulta cuanto menos ambiguo", considera Ballesteros, quien confiesa que la pandemia le ha llevado a la "debacle económica".

"Será complicado que los coros de 40-50 personas puedan programar una temporada de conciertos en condiciones, lo cual, unido a que el público no puede ir en masa a las actuaciones, hace que el mapa sea un poco desolador", opina Ballesteros. "No es viable hacer conciertos con corales de 15 personas. La Simfònica de Balears ha sido pionera al ofrecer conciertos de cámara, aunque ellos son trabajadores asalariados, pero si hablamos de coros modestos, amateurs, que sobreviven como pueden, si se diezman en cuanto a número de cantantes no resulta viable hacer conciertos, en absoluto. Me temo que habrá coros que desaparecerán", subraya.

Una medida "mal redactada"

Convencida de que "el punto 9 del BOIB ha sido mal redactado o no pensado con profundidad y conocimiento de la realidad coral", la directora Irina Capriles aplaude "todas las medidas que aseguren la salud de nuestros cantantes, especialmente es cuestión de distancias", apunta, pero si se confirmara que los coros solo pueden tener 15 miembros "sería la ruina para la gran mayoría" de estos, afirma. "Una actividad artística colectiva necesita la presencialidad de sus miembros, el mismo instrumento coral la exige. Luego cada director deberá poner el sentido común en marcha para ver cómo organizamos el trabajo con coros grandes que ensayan en locales pequeños, esto sí que es, desde ya, un problema a resolver", argumenta.

Para la directora de la Coral de l'Associació Cultural-Musical de Ses Salines, Alejandra Carrizo, "es imposible retornar a los ensayos presenciales de esa manera. Seguramente ha sido un error, sin malas intenciones". Su formación, compuesta por 25 cantantes, realiza los ensayos, ya desde el confinamiento, por cuerdas (los coros se componen habitualmente de cuatro cuerdas: sopranos, contraltos, tenores y bajos), en diferentes días. "Justamente este miércoles íbamos a comenzar los ensayos presenciales. Que en una coral, de eso se trata, de ensayar todas las cuerdas juntas", recuerda Carrizo.