"Es casi imposible hablar de Magaluf, confiesa el historiador Gabriel Vives, coautor junto a Tomeu Canyelles del primer estudio formal sobre esta zona turística de Calvià conocida por sus excesos. Ellos han apostado por otro tipo de relato aplicando la metodología historiográfica, combinando bibliografía, búsqueda en hemeroteca, trabajo de campo y entrevistas a testimonios. La finalidad: explicar por qué Magaluf es así y no de otra manera. "Todo el mundo ya sabe cómo es este lugar, pero menos se ha hablado de por qué y cómo se ha llegado hasta este punto", apuntan los autores de Magaluf, més enllà del mite, publicado por el sello Lleonard Muntaner.

Entre los estudios publicados consultados, "fueron primordiales sobre todo un texto sobre Calvià de Gina Garcias y Sebastià Verd; Caciquismo y corrupciones municipales de Santiago Miró; un capítulo centrado en Magaluf de Caciquismo y corrupciones municipalesViaje al turismo basura, menciona Vives. "También tuvimos en cuenta artículos de especialistas como Ivan Murray o Macià Blázquez publicados sobre la balearización que atienden a aspectos urbanísticos y cómo se ha ido formando el paisaje turístico en las islas", comenta.

Foto: Irene Daudén

Los historiadores mallorquines, que también hicieron diversas incursiones en el núcleo de Calvià, convienen en señalar que la semilla del Magaluf de ahora germinó a finales de los años 70. En la década anterior, el municipio ya había formado parte de un proyecto de Franco para salvar la agonizante economía española atrayendo el turismo masivo a sus costas. En un de los capítulos del volumen recién editado, los autores relatan los comienzos de la industria turística, las corruptelas y tramas que se produjeron y las decisiones que se tomaron en el consistorio calvianer.

Según Canyelles, el papel de los touroperadores ha sido clave a la hora de definir el rumbo de Magaluf. "Con sus presiones, han llevado mucho la iniciativa de lo que debía ser la transformación de los hoteles y la oferta", apunta. En el relato defendido en el estudio, que se presentará el próximo día 18 de la mano de Rata Corner en el patio de la Misericòrdia, destaca un personaje de la touroperación, Harry Goodman, "un pez gordo, pionero del turismo low cost, un personaje que no se escondía de sus tretas chantajistas para imponer que los precios fueran a la baja. Suya es la frase célebre: 'Con una sola libra quiero enseñar a los ingleses a viajar'", cita el historiador, que también dedica junto a su colega Vives un buen puñado de páginas a Cursach, el imperio de ocio nocturno que llegó a amasar y "el importante proceso judicial contra una trama de corrupción que implicaba a policías municipales de Palma, y que llevó a su detención en 2017.

Foto: Irene Daudén

Cinco bloques conforman Magaluf, més enllà del mite. El primero es de carácter general, "se explican los primeros momentos del núcleo turístico hasta llegar a la introducción del todo incluido y cómo se britanizó la zona". El segundo apartado está dedicado al alcohol, "pilar fundamental en este lugar en los últimos 40 años". La delincuencia y la violencia están analizados en el tercer capítulo, centrado en los hooligans, la prostitución o "el caso de las estafas por intoxicaciones". Las siguientes páginas giran en torno "a las experiencias extremas: el sexo, el mamading y el balconing. "El quinto y último apartado es uno de los más importantes para nosotros. Intentamos explicar cómo se ha ido construyendo el mito de Magaluf y cómo los medios de comunicación han contribuido a ello", remarca Vives.

Con la publicación ya en la calle, los autores tratan de poner sobre la mesa un debate: en qué debería convertirse Magaluf. "¿Para quién funciona este modelo?", cuestionan. "Si lo que se quiere es hacer dinero rápido por parte de algunos, pues sí es eficaz", comentan, "pero hay que preguntarse si funciona para los trabajadores y ciudadanos que viven allí porque el modelo de Magaluf tiene unos costes económicos y sociales muy elevados", advierte Vives. "Hay unos gastos de seguridad, de limpieza y sanitarios que ningún otro núcleo de Mallorca tiene", espeta. "¿Revierte realmente el modelo de Magaluf en la sociedad?", se preguntan.

A través de los testimonios de trabajadores recogidos en el libro, plasman la precariedad laboral que devora sus vidas. "A algunos empleados no les aseguran todas las horas que hacen, no tienen los dos días libres que les tocaría por convenio... Las condiciones en que trabajan no son éticas", denuncia Vives. "Para mí, el impacto de este modelo turístico en la gente que trabaja en Magaluf es uno de los pilares del libro", sostiene. "Algunos no han querido dar sus nombres por miedo y salen sus iniciales. Los que están jubilados sí aportan sus datos, pero muchos nos dijeron que si estuvieran trabajando en ese momento también los habrían ocultado", cuenta. "Piensa que muchos de estos trabajadores tenían órdenes de no dejar entrar a los periodistas en los hoteles", añade.

¿Qué pasará con Magaluf este verano de pandemia? "Para empezar, se ha puesto de manifiesto lo que muchos expertos venían advirtiendo: que el monocultivo turístico es muy peligroso. En cuanto a Magaluf, ha vivido muchas crisis: la del petróleo, las de los años 80... Si Magaluf no conoce un cambio estructural, las problemáticas seguirán siendo las mismas. Incluso será peor para los trabajadores y la gente que vive allí, porque se buscará reducir el coste de la estancia de los clientes. Ya se está comentando incluso que no deberían pagar la ecotasa", alerta Vives.

Uno de los aspectos profusamente analizados por los historiadores ha sido la creación de la marca Magaluf. "A partir de exageraciones, informaciones parciales y descontextualizaciones, los medios de comunicación han alimentado el mito: hay titulares que comparan el núcleo con Sodoma y Gomorra o directamente con Vietnam", precisan. De hecho, el punto de partida del volumen, que empezó a cocinarse hace más de cuatro años, "era una investigación sobre el sensacionalismo informativo", desvela Tomeu Canyelles. "Analizando periódicos, revistas, reportajes y documentales televisivos podemos llegar a la conclusión de que se han llevado a cabo muchas malas prácticas que han buscado construir una imagen mal intencionada de Magaluf. Esto es algo que sobre todo puede encontrarse en los tabloides británicos", matiza.

"Magaluf da pie a poder crear noticias que en otros lugares no serían tan golosas. Es el caso del balconing, que también se está produciendo en otros núcleos turísticos de excesos de la zona de Bulgaria. Pero los medios se centran y sólo hablan de Magaluf -señala-, es la prueba de que se ha construido una marca estigmatizada". Magaluf es un rito iniciático y generacional "que también ha alimentado productos culturales como canciones y novelas. Magaluf es un territorio en el que pasan muchas cosas y que alimenta la fantasía", concluye.