La fotógrafa Silvia Prió puso rumbo a Bucarest (Rumanía) en febrero de 2019 para investigar el mundo mágico de las mujeres gitanas que continúan practicando ancestrales artes adivinatorias. Después de tres viajes, presentó parte del proyecto -aún en curso- Tiganca Vrajitoare (Brujas gitanas) al certamen PHotoEspaña, que lo ha seleccionado para la sección de visionado de portfolios (que tiene como nombre Descubrimientos PHotoEspaña) para profesionales, ya sean comisarios o editores. “La finalidad es publicar un fotolibro”, explica a este diario la mallorquina de adopción, también profesora de Fotografía en la Escola d’Art i Superior de Disseny de les Illes Balears.

Tras una investigación previa en Mallorca sobre la presencia de las mujeres gitanas en la cultura occidental, Prió marchó a Rumanía para comprobar la vigencia de ese mundo mágico. “Son muy respetadas estas mujeres. Se dedican a la quiromancia, al tarot y están muy reconocidas en la comunidad rumana -explica-. Sobre todo son consultadas por problemas médicos o asuntos amorosos”, señala.

A medida que iba conociendo el mundo de estas mujeres de los suburbios de Bucarest, Prió iba dando forma al enfoque del proyecto. “Buscaba cómo mezclar ese concepto de lo mágico con las nuevas formas de comunicación. Ellas controlan las formas de comunicación del más allá. Yo quería contrastar eso con nuestras formas actuales de comunicación, que no dejan de tener también algo mágico”, opina.

“Creemos mucho en la ciencia y en la razón, pero la tecnología no deja de ser otro tipo de magia pero que no discutimos porque la consideramos algo totalmente racional”, comenta. Prió asegura que siempre utiliza una frase para explicarlo: “Quien no cree en la magia nunca la encuentra y quien sí cree sí que la encontrará”.

Otra de las ciudades que visitó Prió es Iasi. “El último viaje lo hice este marzo, casi me quedé atrapada allí por la pandemia. Quería regresar este verano pero creo que lo dejaré para el próximo invierno”, relata.

Prió defenderá su proyecto en el certamen fotográfico más importante del país los próximos días 28 y 29 de septiembre. “Estaba previsto para junio, pero se ha aplazado por la crisis del Covid-19”, puntualiza.

La propuesta, que quedó finalista en el Premi Ciutat de Palma de Fotografia, tendrá el apoyo del IEB. “Me conceden una ayuda de movilidad y otra para la selección”, apunta la fotógrafa.

Escuela de flamenco

El germen de Tiganca Vrajitoare está en un corto documental que Prió rodó con anterioridad. “Es sobre una pareja de artistas gitanos que por amor huyen de la península y se instalan en Mallorca”, relata. Esa pareja acabó creando una escuela de flamencó en el barrio de La Vileta. “Fue su gran triunfo ese espacio. Nos mezclábamos gente de distintas razas y lugares. Y gracias al arte del flamenco nos comunicábamos de verdad”, cuenta. “Él es hijo de Rafael Farina y ella sobrina de Peret”, desvela. “Él se murió al estrenar el corto documental y queda ella, la Carmeta, que sigue con la escuela”, continúa. “Fue de este modo cómo me fui introduciendo e interesando en la comunidad gitana”, confiesa Prió, un interés que acabó convirtiéndose en investigación y también en reivindicación y dignificación de unas mujeres que practican artes ancestrales. “Una tradición ritual que se transmite oralmente de madres a hijas, generación tras generación. La mujer gitana encuentra todavía en estas prácticas una manera de ganarse el pan día a día”, concluye la fotógrafa.