Para celebrar su 15 aniversario, el Circ Bover tenía planeado recuperar su carpa e itinerar por los diferentes pueblos de la isla, retornando así a la esencia del circo, con un montaje que repasara su historia. No podrá ser. Pero, aunque su carpa seguirá guardada, la emblemática compañía de circo de Mallorca no quiere quedarse sin celebrar su aniversario. Es por eso que han decidido adaptar el espectáculo y su montaje a la normativa de seguridad sanitaria del Covid-19, aportando propuestas a los ayuntamientos para que los pases se puedan celebrar de una manera ordenada y sin que se creen aglomeraciones de gente. “Tendremos que ser muy creativos durante los próximos tiempos”, sostiene Tià Jordà, director de la compañía. Aunque no tiene claro cuándo podrán empezar esta gira por la isla, asegura que lo tienen todo preparado para cuando llegue el día, un momento que esperan muy ilusionados porque “todo el mundo tiene ganas de trabajar”.

“Será un circo sin carpa, al aire libre. Habrá una estructura que recreará una carpa, pero será más fácil de montar y desmontar. Hemos diseñado un protocolo para evitar colas largas, aglomeraciones, y el espacio interior estará marcado con diferentes colores para que todo el mundo sepa donde tiene que sentarse. En rojo estarán marcados los lugares que no se pueden ocupar. Y habrá un espacio solamente para niños y niñas pequeños”, explica Jordà, que señala que llaman “circo a la fresca” esta nueva estructura. La historia seguirá siendo la misma, un repaso a los 15 años del Bover, sus anécdotas y experiencias, y contará con un cabaret con intervenciones de artistas de diferentes disciplinas circenses.

El primer espectáculo tenía que ser de casi dos horas para unas doscientas personas. “El aforo se reducirá mucho, creemos que podrán entrar unas 60 personas, por eso hemos preparado pases más cortos, de manera que podamos hacer dos o tres en una tarde y más gente pueda disfrutar del circo”, apunta el director de la compañía. En principio será una actividad gratuita, “aunque dependerá de cada ayuntamiento”, por lo que hay miedo a que acuda más gente y haya aglomeraciones. Para esto, ya tienen un plan: “Habrá que reservar entrada previamente, así nos aseguramos de que los que no tengan reserva no se acerquen al lugar”, comenta Jordà.

Llevamos dos meses de confinamiento, y casi todo lo que se ha visto ha sido a través de una pantalla. Es nuestra prioridad dar posibilidades de ver arte en vivo a la gente, así como dar trabajo a los artistas, para que puedan tener ya ingresos económicos. El mundo de la cultura se ha visto y se verá muy perjudicado por esta crisis”, señala uno de los veteranos del circo de la isla, que espera que las instituciones apuesten por la programación cultural, no solo de circo, sino en general.

Con la celebración de su 15 aniversario y la vuelta a las calles y a las plazas, la intención del Circ Bover es “devolver la alegría a la gente, crear vínculos entre personas y relajar el ambiente contenido, todos los nervios que se han ido acumulando estas últimas semanas. Lo que intentamos es hacer llegar un espectáculo cercano y popular que despierte sonrisas”.

Posponer no es la solución

Muchos proyectos y funciones del Circ Bover han tenido que posponerse o cancelarse. Entre ellos, estaba una colaboración con la Orquestra Simfònica de les Balears, que finalmente se llevará a cabo en 2021, “si todo va bien”. Además, funciones de diferentes espectáculos del Bover son ya irrecuperables: “Se han intentado posponer muchas cosas, pero no es posible hacerlo con todo”, señala Jordà. “Al final se han tenido que cancelar, algo que tenemos que asumir”. Según el director de la compañía, hay que tener en cuenta que cuando los programadores posponen funciones, no están programando nuevas creaciones. “Una solución podría haber sido que las instituciones pagaran parte de lo cancelado, para que se pueda seguir programando de manera normal y, así, seguir generando trabajo”. A su parecer, hay que ir aceptando que “estos dos meses son irrecuperables, un agujero económico enorme en las compañías”.