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En estado de alarma

Cines y teatros de Mallorca ven "inviable" abrir con un tercio de su aforo

"Estas medidas no se pueden soportar", espetan - Las salas han elaborado un protocolo sanitario que incluye el fomento de la venta de entradas 'online', mamparas en las taquillas y equipos de protección para los trabajadores

Los teatros y salas de cine llevan siete semanas cerrados.

El Gobierno ha comunicado que dentro de las cuatro etapas de su protocolo de desconfinamiento cuatro etapas de su protocolo de desconfinamientopodrán volver a celebrarse espectáculos en la fase 1 en salas con menos de 30 personas y un tercio del aforo, así como al aire libre con menos de 200 personas y siempre sentados. En la fase 2, se mantendría el tope de un tercio de la capacidad del aforo, pero subirían en espacios cerrados hasta un máximo de 50 personas y a 400 en eventos al aire libre si el público está sentado. Y a partir de las fase 3 llegarían a la mitad del aforo del recinto, con menos de 80 personas en salas y con menos de 800 personas en el exterior. La mayoría de los exhibidores, empresarios teatrales, promotores, músicos y actores consultados por este diario reconoce que estas medidas harán "inviables" sus proyectos.

El exhibidor Juan Salas, del grupo Aficine, se muestra optimista y confía en que dichas medidas "puedan ir bien" y logren que el público vuelva a las salas. "Supongo que en la tercera fase nos permitirán abrir con más capacidad ya que el aforo de un tercio no cubrirá los gastos diarios que tenemos normalmente. En cualquier caso queremos abrir lo más rápido posible, con las mayores garantías para la salud y también con calidad", argumenta.

En este sentido, Salas señala que se ha elaborado un protocolo sanitario de cara a la reapertura que, entre otras medidas, incluye el fomento de la venta de entradas por internet como vía principal de compra, la colocación de carteles informativos sobre la distancia física a respetar en el local, la instalación de dispensadores de gel hidroalcohólico, mamparas en la taquilla, eliminación del corte físico de las entradas y equipos de protección individual para los trabajadores.

Al igual que los representantes de las salas adscritas a la Federación de Cines de España, Salas recuerda que necesitan ayudas proporcionales a las restricciones de aforo en la reapertura anunciada por el Gobierno. En este sentido apunta que las pérdidas acumuladas por el sector desde la declaración del estado de alarma superan ya los 100 millones de euros.

"Tendremos que valorar si nos vale la pena abrir con un tercio del aforo", más aun cuando estas fechas, "con el verano a la vista, no son precisamente las que registran más espectadores. Tendremos que hacer números", señala el presidente de CineCiutat, Javier Pachón, quien recuerda que en su caso "dependemos de las distribuidoras a la hora de proyectar, así que si no ofrecen contenidos, no tendremos nada que proyectar".

El empresario Marc Ferragut, al frente del Auditorium de Palma, afirma que de momento no contempla la apertura de sus salas, ya que hacerlo con solo un tercio del aforo "es inviable" para un teatro de 1.700 localidades. "De nada sirve abrir si no podemos traer a los artistas porque el movimiento entre provincias, vuelos, ferrys y hoteles están prohibidos o cerrados. Como programador y promotor considero que un espectáculo al aire libre de 400 personas no llega a verbena de barrio", espeta.

"Deben seguir alargando los ERTE por fuerza mayor para nuestro sector hasta que recuperemos el 100 por 100 de nuestros aforos y la logística de vuelos y hoteles esté al completo", reclama Ferragut.

Sin turismo no hay espectadores

Preocupado por la situación de nuestra comunidad, el promotor Toni Rubio recuerda que "Balears es una comunidad autónoma que basa su riqueza en el turismo. Si no hay turismo, no habrá espectadores. Mucho te tendría que interesar una obra de teatro o concierto para gastar en una entrada parte del subsidio por desempleo. O nos ponemos todos en marcha o nadie, excepto el sector de la alimentación, se pondrá en marcha".

Para Rubio, "las medidas del Gobierno referentes a la cultura quizás estén llenas de buenas intenciones pero son pésimas para la economía de una empresa, sea cual sea la rama. No conozco ninguna empresa que produciendo el 33%, y en el mejor de los casos vendiéndolo, no tenga pérdidas. En el teatro vender un 33% representaría la ruina total de la empresa privada. De esa baja recaudación hay que pagar un IVA del 10%, a la SGAE otro 10% y después, alquiler de teatro, gastos de insularidad, publicidad, sueldo de personal, tanto técnicos como actores y actrices, y además hay que hacer frente a las nóminas y seguridad social de los trabajadores. Con un 33% no se puede hacer nada. A no ser que seas teatro público".

El director del Principal, Pep Ramon Cerdà, apunta que la previsión, ya aprobada por el patronato del teatro, es que las actividades con público "no se retomen hasta mediados de agosto", por lo que reconoce que "las limitaciones de aforo de las primeras fases parece que no nos afectarán. Si cuando abrimos tenemos que hacerlo con un 50% del aforo no será difícil aplicarlo. Antes tendremos la vuelta al trabajo presencial del personal del teatro, que se hará escalonadamente y siguiendo todas las medidas sanitarias de seguridad", asegura. "Personalmente, creo que es una buena noticia si la actividad escénica puede regresar a mitad de verano", subraya Cerdà.

Por su parte, el responsable del Trui Teatre, Miki Jaume, considera "inviable" abrir con un tercio del aforo. "Esta medida solo puede soportarla el teatro público", insiste. "Los conciertos y festivales están bloqueados, no se pueden hacer con estos planes, así que tendremos que esperar a nuevas medidas.No puede haber movimientos entre provincias por lo que no podemos traer artistas de fuera. Esto nos dará más movimiento de producto local. Verbenas en formatos acústicos, teatros, monólogos, familiares, eso será lo que podremos hacer. El resto tendrá que esperar aunque lo importante es dar un paso, que no digo que sea el correcto y que esté bien planteado pero es dar un paso. No soy político ni médico, por ese motivo no opino en profundidad", aclara.

"El anuncio de los detalles y plazos de la desescalada no ha servido para sacarnos de este estado de confusión e incertidumbre y sí ratifica nuestra temor a que nuestro medio de vida, el de la industria cultural, queda mortalmente herido", sostiene Ana Espina, de la promotora Fonart. "Sólo sobrevivirán, a duras penas, aquellos que logren reinventar fórmulas y renegociar las condiciones en las que interactúan las distintas partes implicadas", agrega.

"Desde el punto de vista de una programación musical no podemos hacer planes en firme" con estas medidas del Gobierno, lamenta el músico y también promotor, de Euroclàssics, Xisco Blanco. Ni programar, ni ganar dinero. "Para un espectáculo de pequeño formato podría ser viable un aforo del 33 por ciento, el de la fase 2, y del 50%, en fase 3, con butaca preasignada, pero para una producción mediana no sería sostenible económicamente", reconoce.

Creatividad y flexibilidad

"Lo importante ahora es adaptarse a la nueva situación, hacer música y según los distintos escenarios de evolución, sacar lo mejor de cada momento. Es importante ser creativos y flexibles ante una situación que no será permanente", opina la batuta de la Orquestra Simfònica de Balears, Pablo Mielgo.

El director se muestra "contento" ante la posibilida de volver a actuar en verano, utilizando espacios al aire libre. Obviamente en las próximas semanas lanzaremos la programación adaptada a la nueva situación, pero seguro que la Simfònica estará presente en todas las islas, siempre respetando las medidas autorizadas. Lo importante es seguir soñando".

Si algo de positivo, según los consultados, tendrá la medida de programar a un tercio de capacidad es que "permitirá en primer lugar actuaciones de grupos de Mallorca", comenta Tomeu Gomila, de la promotora Rudy Sessions, que ha tenido que posponer el concierto de Nick Lowe del próximo 3 de junio ya que, "aunque le dejasen volar, sería inviable económicamente con sólo un tercio de la taquilla".

Para los responsables de Malditos Cantautores las medidas del plan de desescalada son "prudentes y lógicas dadas las circunstancias". A la espera de retomar su micro abierto cada martes presencial en Es Gremi, el colectivo mantiene sus actividades a través de las redes, tanto colectiva como individualmente a través de vídeos, streamings y diferentes proyectos artísticos que han surgido del seno "de nuestros seguidores con los que formamos una gran familia".

"La música es un bien social que durante estos días está demostrando que es además una necesidad biológica, quizás más necesaria que nunca y estamos deseando poder volver a trabajar por la urgencia de nuestra situación económica, pero estamos de acuerdo con que no nos queda más remedio que esperar y reinventarnos para poder seguir monetizando de algún modo nuestro trabajo", expresan.

Por su parte, el actor Salvador Oliva no olvida que "estamos enmedio de una pandemia y se han de dar pasos hacia adelante, con cautela, para minimizarla al máximo. La cultura, como casi todos los ámbitos, está afectada pero es muy pronto para que se produzca una normalidad entre el público que asiste una representación. Ni a corto ni medio plazo me veo con mi compañía actuando".

El integrante de la compañía teatral La Impaciència subraya que la actual "situación es bestial económicamente y no sé cómo, supongo que endeudándonos, tendremos que proteger el sector cultural. Desde siempre la cultura ha estado en precario, y no podemos imaginarnos hasta dónde llegaremos con esta crisis. Yo ya firmaría que a principios de 2021 podamos hacer teatro con normalidad, algo que, desgraciadamente, dudo ocurra".

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