El pasado lunes, 30 de abril, el músico, compositor y productor Rubén Gallardo -felanitxer afincado en Manacor desde hace muchos años- puso la televisión mientras comía con sus padres. En las noticias anunciaron casi 900 muertos por el virus en solo 24 horas, un dato que impactó mucho al compositor: "Parecía que íbamos bajando y de la realidad me golpeó. La periodista que explicaba la noticia dijo que no eran solo 900 muertos, sino 900 tragedias familiares. Gente que no se puede despedir de sus seres queridos o que muere sola. Eso me cayó como un cubo de agua fría", cuenta el músico, que está pasando el confinamiento junto a su familia. Eso le hizo pensar en toda la gente que queda viviendo cuando alguien muere, en su dolor por la pérdida, y también en la situación actual de estado de alarma, cuya consecuencia más inmediata es el confinamiento.

En ese momento, Gallardo sintió la necesidad de aportar "un pequeño grano de arena" a través de lo que mejor sabe hacer: música. Nació así Una melodía hacia el futuro, una pieza orquestal sobre la que el productor empezó a trabajar ese mismo día, el 30 de marzo, y concluyó al día siguiente, el martes.

El resultado es una canción triste pero esperanzadora. Arranca suave y pequeña, pero poco a poco va creciendo, engrandándose y haciéndose poderosa. "Me imaginé en un hospital, reprimiéndome las ganas de salir", apunta. Esa prohibición a salir es lo que empuja la música desde el principio. "Al final, vence la esperanza y la ilusión de mirar con alegría y fuerza un futuro próximo", explica Gallardo, que ha materializado con notas en los pentagramas los altibajos emocionales que sufre estos días la mayoría de la población: "La canción también tiene subidas y bajadas, en algún momento parece que arranca, pero enseguida vuelve a bajar su intensidad", dice el autor de Una melodía hacia el futuro, que es miembro de la Asociación de Amigos de las Bandas Sonoras de Balears (ABABS).

La canción se puede escuchar en plataformas como YouTube o Streamcloud desde el miércoles. Gallardo asegura que le llena de satisfacción que su público más cercano, su familia y amigos, le hayan mostrado su aprobación, algo que también han hecho profesionales del sector musical, desde músicos a productores. "Incluso he recibido mensajes en Instagram de gente que me dice que la tiene en bucle. Eso me gusta porque creo que significa que el mensaje que quería transmitir ha llegado a la gente", señala, celebrando el buen recibimiento que ha tenido esta pieza tan especial.

El compositor, que firma la premiada -en el Festival Internacional Films In Fest (2017)- banda sonora del largometraje Zerø, del cineasta isleño Marcos Callejo, entre otras, señala que está aprovechando mucho este confinamiento para trabajar y adelantar proyectos que tenía pendientes: "Me levanto y me encierro en el estudio [que tiene en su casa] cada día. Aprovecho para continuar con los trabajos que no estaban terminados. La verdad es que no me ha afectado mucho el confinamiento. Hace poco acabé la banda sonora de un cortometraje, y enseguida me puse con la de una película, que ya íbamos con un poco de retraso con ella. La verdad es que me ha venido incluso bien", apunta.

No obstante, cuando llega el "colapso", dedica un tiempo a la creación personal, algo que no ha olvidado y que, de momento, ha dado el primer fruto -al menos, público-: Una melodía hacia el futuro, una propuesta que llama a la esperanza y al coraje, y que tiene vocación de acompañar los momentos más difíciles de esta situación.