La primavera ha seguido su curso a pesar del coronavirus. La vida vegetal estalla en cualquier rincón y su belleza sencilla llama la atención de la ilustradora científica Aina Bonner quien ha decidido pintar del natural esas plantas que llamamos malas hierbas. Es la única naturaleza a la que tiene acceso en su confinamiento. Un pequeño balcón con algunas macetas. Entre las plantas que ella ha sembrado, nacen y crecen otras, completamente espontáneas. Otra persona las arrancaría. Pero Aina Bonner no.

El confinamiento la ha llevado a observar lo que llama “biodiversidad de balcón” para plasmarlo en papel. “Es un tipo de dibujo que ya había hecho. En Valldemossa, durante un año, estuve dibujando las plantas que nacían en un metro cuadrado de marjada. Fueron 32 especies de plantas diferentes”.

“Lo que me maravilla de las malas hierbas es su vitalidad. Crecen en cualquier lugar y producen gran cantidad de semillas”. Para Bonner son bonitas, aunque las flores sean pequeñas. “Me gustan mucho. Crecen en los parterres de los árboles, en los solares abandonados o en las medianeras, en una grieta en la acera. Hay una gran biodiversidad en la ciudad”.

De momento Bonner ha realizado tres ilustraciones. “He empezado a observar la biodiversidad de mi balcón: aquí una primera plantita espontánea en una maceta. La naturaleza está en todoas partes”. Este era el texto que acompañaba el primer dibujo, un ejemplar de blet de paret (Chenopodium murale). La portagonista de su segunda ilustración, una Oxalis con “hojas moradas que son realmente difíciles de transmitir en un dibujo, són sutiles y encantadoras en la vida real”. La tercera de la serie es la Hipocrepis balearica . De esta planta dice Boner que no es una hierba ni una planta de jardín sino “un endemismo balear que crece en los acantilados inaccesiles donde las cabras no puedan alcanzarlas”.

Calcula la ilustradora que podrá realizar unos seis o siete dibujos para esta serie. A cada uno de ellos le dedica unas dos horas: “Es muy bonito entretenerse mirando los detalles. Encuentras una araña o se acerca una abeja. Incluso en un balcón estalla la vida. La naturaleza ahora, con el confinamiento, está disfrutando”. Antes de comenzar el confinamiento Aina Bonner había iniciado un pequeño proyecto personal: dibujar la vida que hay en el lago del Parc de la Mar. “Si pudiera salir volvría al Parc de la Mar a dibujar. Me gustaría hacer algo sobre naturaleza urbana”, explica.

Aina Bonner está especializada en ilustración científica y dentro de este campo realiza dos tipos de trabajo muy diferentes entre sí. Por un lado la recreación del mundo vegetal y animal de eras pretéritas, cuando los humanos todavía no habían aparecido. Por otro, estos dibujos del natural. Desde pequeña Aina Bonner, que creció en Puigpunyent, ya se sentía atraída por la naturaleza. A los 19 años ilustró el libro Plantes de les Illes Balears, escrito por su padre Anthony Bonner.

Graduada en Arte en el Oberlin College de Ohio, Bonner ha publicado con National Geographic la serie de tres cómics dirigidos al público infantil y juvenil sobre los inicios de la vida: When fish got feet, when bugs were big & When dinos dawned. Con esta misma editorial también ha publicado Dining with dinosaurs en el que explica cómo era la alimentación de las criaturas en el Mesozoico Antes de realizar estos proyectos, ilustró el Science Dictionary de Melvin Berger,Science Dictionary editado por Scholastic, entre otros muchos trabajos.

Sus obras han sido recomendadas por la Biblioteca Pública de Nueva York, la School Library Journal, Kirkus Reviews o el Booklist Top Ten Youth Science Book