Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Roger Pistola: "Aislarme me ayuda a componer, quizá con esta crisis se multiplique mi creatividad"

Fruto de sus estudios en el Conservatori Superior se ha atrevido con arreglos de cuerda - "He querido probar muchas cosas, sin caer en la marcianada. Lo mío son temas pop", apunta - 'Quart Creixent' iba a presentarse este viernes en el Novo Café Lisboa de Palma

El músico manacorí Roger Pistola.

P ¿Cómo lleva el aislamiento impuesto por la crisis del coronavirus

R No estoy notando mucha diferencia. Yo vivo aislado habitualmente, al estar en fora vila, en Manacor. No tengo ni internet ni cobertura. Aislarme me ayuda a componer. Quién sabe, quizá con esta crisis se multiplique mi creatividad, pero yo no forzaré nada.

P ¿Qué conciertos ha tenido que aplazar o cancelar?

R El más inminente, el del próximo viernes 20, cuando íbamos a presentar el nuevo disco, Quart Creixent (Bubota, 2020), en el Novo Café Lisboa. También hemos tenido que cancelar algunos bolos con Train of Love, un trío de versiones en el que toco.

P ¿Se ha apuntado a los festivales

R Como espectador he visto alguna actuación, como un concierto de Núria Graham. Como músico me lo estoy pensando. Tengo un debate interno. Por un lado lo veo bien, pues se da difusión y se hace piña frente al virus; pero todo esto no está remunerado y no tendría que acabar convirtiéndose en una costumbre. En cualquier caso la balanza se inclina hacia el lado positivo.

P ¿Qué es 'Quart Creixent'?

R Es un disco que nace desde la soledad. Se creó en mi casa de fora vila pero no es algo en plan ermitaño, ni acústico ni tranquilo. Es un disco de experimentación, muy heterogéneo. Probé muchas guitarras, sintetizadores, psicodelia, sin caer en la marcianada. Son temas pop. Y como novedad incluí un dueto de cuerdas, de chelo y violín. Además hay dos colaboraciones, de Esteva Huguet, que hace los solos de Poderosa Afrodita; y de Llorenç Barceló, quien me acompaña en los directos.

P ¿En qué le han ayudado sus estudios en el Conservatori Superior?

R Entre otras cosas, a atreverme con los arreglos de cuerda, gracias a que he aprendido más armonía. Es un arreglo para cuarteto pero doblamos las cuerdas. En el conservatorio me queda un año de estudios, de canto de jazz.

P Su nuevo trabajo se presenta en formato vinilo. ¿Por qué?

R Porque soy un enfermo del vinilo. Tengo una colección de unos 350 vinilos. Uno de los primeros que me compré, hace ya años, fue el Jesucristo Superstar; el último, uno de Very Pomelo, soy un gran amigo de Xarim Aresté. Hasta ahora no había podido sacar ninguno de mis discos en este formato. Con Bubota lo he conseguido, un sello con el que tengo buena sintonía. Quart Creixent también se publica en formato cedé. Tanto en vinilo como en cedé, hay una coherencia entre todas las canciones. Soy un maniático del orden. Vaivé abre el álbum, una canción que suena como una tormenta, muy estridente; luego llega la calma y todo se pone en orden.

P En soledad siempre surge el diálogo interior. ¿Sobre qué reflexiona en sus nuevos temas?

R Sobre la vuelta a los orígenes. Es el primer disco que publico en Mallorca tras nueve años viviendo en Barcelona. Es un trabajo que habla de estar bien con uno mismo, de no necesitar a nadie. He pasado por un época de claroscuros. En el disco hay claroscuros pero también un tono esperanzador.

P En su anterior entrega, 'Adesiara', trabajó con Rafa Rigo (Urban Studios). ¿Ha repetido experiencia?

R Adesiara fue el primer disco que grabé en un estudio. Siempre lo había hecho en casa. Rafa Rigo es un maestro, con el que he aprendido a qué hacer y qué no hacer en una grabación y una mezcla.

P Solo tiene treinta años y acumula una numerosa lista de grupos en los que ha militado o milita: Kard's Piken, See, colaboraciones con Joan Bibiloni, Branca Santa, Mo Beim, Train of Love... Y Ca de Bou, con los que sigue. ¿Qué le está revelando el codearse con unos históricos del Llevant?

R Los integrantes de Ca de Bou tienen un espíritu más joven que el mío. Cuando ensayamos -ahora estamos un poco aparcados- lo nuestro parece una reunión de quinceañeros. Son muy divertidos. Ca da Bou es una pandilla y yo he sido el último en entrar.

Compartir el artículo

stats