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Crítica de arte

Cuando es más protagonista el texto que la obra

Vízquez presenta instalaciones cuya aparente normalidad esconde en los detalles una inesperada extrañeza

Cuando es más protagonista el texto que la obra

Si un arma no hace daño, ¿es de verdad un arma? Con esta pregunta directa y de difícil respuesta, Carlos Jover interpela al público que visita la muestra actual de la Galería Kewenig de Palma. Pero Jover no es el artista, sino el imprescindible aliado intelectual con el que Marcelo Víquez (Montevideo, 1971) nutre conceptualmente sus últimos trabajos mostrados en la susodicha galería mallorquina.

Víquez presenta una serie de instalaciones cuya aparente normalidad esconde en los detalles una inesperada extrañeza. Se trata de objetos trabajados desde el apropiacionismo, con los que el artista explora la noción de "oxímoron", o dicho de otra manera, la contradicción de dos conceptos opuestos en una sola expresión para generar un tercer concepto: cruces que son espadas, hermosas puertas que no van a ninguna parte, ruedas enterradas en un sarcófago que no sirven para circular, un libro que es imposible leer y por supuesto€ armas que no hacen daño porque tienen forma de inocentes herramientas de taller. Todos estos objetos son la expresión plástica de las contradicciones con las que debemos lidiar a diario y que simbolizan, de alguna manera, una búsqueda personal de la verdad.

La obra de Víquez, que hace de sus experiencias biográficas un recurso creativo, se ve indudablemente mejorada por el buen texto con el que Carlos Jover consigue dar más empaque conceptual a una muestra que, de otra manera, resultaría algo más críptica. Hay que valorar el exquisito sentido museográfico y la manera como, como suele ser habitual, los responsables de la Kewenig dan sentido unitario a todas las piezas de la muestra en una concepción escenográfica de todo el conjunto.

Nuestras armas no hacen daño

Marcelo Víquez

**½

Galería Kewenig (Oratori de Sant Feliu, Palma). La galería permanecerá cerrada hasta nuevo aviso.

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