Los presidentes del Gobierno español, sus ministros o sus invitados se sientan habitualmente en los salones del palacio de La Moncloa presididos por cuadros de Joan Miró, Antoni Tàpies o Ràfols Casamada. Sin embargo, el Consejo de Ministros del sábado se enfrentaba a un decreto grandioso, complejo y enrevesado. Una obra política de esta envergadura se aprobó bajo una obra pictórica de características parecidas: El taller d'escultures de Miquel Barceló (Felanitx, 1957).

La pintura del mallorquín mide dos metros y 35 centímetros de altura y tres metros y 75 centímetros de ancho. Esta referencia métrica permite deducir cuán distanciados estaban el sábado Pedro Sánchez, Carmen Calvo y Pablo Iglesias. Casi dos metros de una silla a otra... la separación política fue, según las crónicas, bastante mayor.

El taller d'escultures es propiedad del Centro de Arte Reina Sofía, que mantiene un acuerdo con el Gobierno para abastecer de obras de arte la sede de presidencia.

Según explica el catedrático de Historia del Arte y crítico Francisco Calvo Serraller (1948-2018), el cuadro quedó concluido en mayo de 1993 en el taller parisiense del artista felanitxer. Es una obra matérica, en la que los pliegues o volúmenes que Barceló ha dado a la tela otorgan relieve a las esculturas que dominan la obra, igual que hizo en sus retratos de pequeño formato, o los primitivos al aprovechar los salientes de la cueva de Altamira.

En la parte superior, al fondo del taller, cuelgan cuadros en los que el pintor trabajaba en aquella época (Pase de pecho, Pluja contracorrent o Gran animal europeo). En la parte inferior, en primer plano, están los pinceles. Dispersos por la superficie se ven diversos bocetos. Pero lo que más destaca son las esculturas en las que estaba implicado: Mono, Autoportrait sur pichet, Animal del pintor o Cabra.

Una obra compleja, casi barroca, para inspirar una decisión ministerial aún más compleja: confinar todo un país en sus casas.