-¿Prefiere que le llame diva o trabajadora del arte?

-Somos trabajadores del arte. Para que se entienda lo que digo, habría que pensar en todo el proceso que culmina en los escenarios. Trabajamos mucho y muchas horas y casi siempre en una situación de gran precariedad, que hace que seamos verdaderos funambulistas de la supervivencia€

-¿Cómo ha digerido el éxito mundial? ¿Le ha cambiado en cierto modo su día a día?

-El éxito es muy frágil. Hay que tener siempre los pies en el suelo y desarrollar continuamente la fuerza y la creatividad necesarias para seguir trabajando y manteniendo vivo el pacto moral con nuestro público. El éxito es una gran responsabilidad.

-¿Por qué un espectáculo en defensa de la memoria como su Oda al Tiempo?

-La memoria de lo que somos lo define todo. Estructura nuestro presente y nos proyecta en el futuro. Trabajar sobre ella es necesario como el oxígeno. Nos permite conocernos mejor y contextualizarnos de manera más racional y constructiva y sobre todo demostrarnos que somos muchos y muy diferentes y que no estamos solos y que juntos tenemos que cuidar nuestra humanidad, nuestra gran casa común. El mundo está pasando por momentos muy convulsos y nunca hemos estado tan frágiles.

-¿Sobre qué reflexiona una obra como Una oda al Tiempo?

-En Una Oda al tiempo, El Arbi El Harti, y yo reflexionamos sobre la contemporaneidad y sus retos. Por una parte, queríamos defender que nada se puede hacer fuera de una continua y serena lectura de nuestras tradiciones, evitando que ésta se convierta en una camisa de fuerza. Y por otra, queríamos llevar a la coreografía flamenca los signos de cansancio que está mostrando la democracia occidental que nos ha aportado los mejores años de bienestar que la humanidad ha creado. Queríamos hablar de los fantasmas del pasado y apelar a la inteligencia para sobrepasar los peligros que asechan nuestro bienestar.

-¿A qué palos ha recurrido para este espectáculo?

-Una Oda al tiempo es un viaje a lo largo de la tradición flamenca. Todos los palos fundamentales están presentes. Desde los más antiguos hasta los más modernos.

-¿Qué echa en falta en la danza flamenca?

-Que tomemos conciencia todos, todos, de que la danza flamenca por su organicidad es uno de los grandes paradigmas de la contemporaneidad cultural española y que es fundamental que lo asumamos para hacerla más grande, más digna.

-Una Oda al tiempo

-La filosofía platónica constituye la esencia del pensamiento universal moderno. El Arbi y yo usamos el Mito de la caverna y el Carro alado para pensar las paradojas de la humanidad, que en tiempos de crisis se vuelven locas y peligrosas.

-¿Por qué la palabra es esencial en su baile?

-La palabra en nuestros trabajos está muy presente: Nos sirve para apuntalar la dramaturgia y facilita la fluidez del relato que queremos narrar. El Arbi es un tejedor de historias magnífico.

-¿De qué fuentes bebe, a día de hoy, María Pagés para construir sus espectáculos?

-Bebo de lo que soy: una mujer poliédrica por naturaleza, arraigada en su esencia y abierta al mundo. He aprendido que me corazón acoja a todos los corazones. El Arbi, con su pertenecía plural y su sensibilidad fronteriza, es una de mis mejores fuentes.

-¿Por qué sigue siendo necesario el purismo?

-El purismo tiene una existencia retórica que a veces puede convertirse en un arma que no tiene nada que ver con el arte. Llevamos toda la vida trabajando sobre la tradición y somos sus grandes defensores. Nuestro conocimiento del patrimonio nos demuestra que la esencia nunca se transgrede. A una soleá se le puede alimentar de manera más o menos rupturista, pero el alma de la soleá nada la trastoca. La tradición está al servicio del futuro, no en contra de él. No hay nada más contemporáneo que una tradición asumida como principio del devenir.

-¿Cómo se alcanza la belleza en estos tiempos de devastación, miedo y destrucción?

-La belleza siempre es redentora. Nos hace más humanos y con mayor capacidad de empatía y compromiso con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

-Usted ha bailado hasta la extenuación. En una entrevista he leído que estuvo una hora bailando con un clavo en el pie. ¿El baile tiene algo de sagrado?

-No nos damos cuenta, pero tenemos mucho de místicos. Nos dejamos la vida por lo que queremos y en lo que creemos. Y esta fe de hierro no lo aporta el divismo.

-¿Cómo carga pilas María Pagés tras darlo todo en escena?

-Volver a Fuenlabrada, al Centro Coreográfico, que es nuestro hogar de vida y de creación; ver a mi gente, a mis amigos, degustar una comida que prepara mi marido y compartir con él una cerveza muy fría.

-El pasado domingo se celebró el Día de la Mujer. ¿Qué le exigiría al autodenominado Gobierno feminista, el de Pedro Sánchez?

-La defensa de lo justo no debería tener color. La igualdad es la responsabilidad de todos y todos tendríamos que aparcar nuestras diferencias para hacer posible una sociedad más equilibrada, más igualitaria. Tenemos que aspirar a una casa común donde nuestras diferencias son un impulso de creatividad y no una razón para matarnos los unos a los otros.

-¿A qué le teme una valiente como usted?

-A nada. A estas alturas de la vida a nada.

-Su agenda está llena de compromisos internacionales. ¿El coronavirus está afectando sus proyectos a corto y medio plazo?

-El coronavirus está teniendo un efecto desastroso para nuestra supervivencia. Nos han cancelado varias cosas y esto tiene un efecto muy grave para todos. Somos mucha gente que vive de la compañía€