"Perdimos Mallorca, perdimos la Guerra". Así se expresó en su día el capitán Alberto Bayo (Cuba, 1982-1967), quien desembarcó en la isla el domingo 16 de agosto de 1936 con una misión: liberarla de los nacionales y recuperarla para el bando republicano. Una empresa que fracasó y dio al traste con la carrera en España del discutido militar. El guionista Alberto Ramos y el dibujante Rubén Chacón han unido sus talentos en un cómic sobre este episodio histórico, el más conocido de la Guerra Civil en Mallorca.

Alberto Ramos y Rubén Chacon, en la sede de este diario. DM

Cuando se pusieron a trabajar en las páginas, hubieron de ceñirse a una condición marcada por la colección en la que publican su historieta, Universo 36, de Carmona en viñetas. "Una línea que está centrada en narrar sucesos de la Guerra añadiendo personajes con superpoderes en los dos bandos, con el fin de fomentar estos cómics como herramienta didáctica", explica a este diario Alberto Ramos. El guionista, que vive en Mallorca desde 2015 y que es enfermero del IB-Salut, comenta que los superhéroes del cómic beben de la mitología balear. "En el bando republicano, están los Caixers de Sant Joan de Menorca, que los representamos alados, el dimoni de Mallorca o los fameliars (pequeños duendes) de Eivissa. En el nacional, está el Comte Mal", apunta.

La publicación, que se presenta mañana en la librería palmesana Univers del Còmic, arranca con seis páginas dibujadas por Rubén Chacón y casi mudas que resumen gráficamente el desembarco en la costa de Manacor. "Luego hay un salto a los cinco días anteriores al reembarco", señala el guionista. "Que fue cuando llegaron los italianos a la isla, con el temido conde Rossi, para apoyar al bando franquista", narra. "El conde Rossi es el malo del cómic", tercia el dibujante mallorquín Chacón, "y nosotros le ponemos de amigo a Hitler".

Ramos matiza. "De acuerdo que el cómic se decanta más por el bando republicano, pero también se muestran algunas de sus sombras".

En las viñetas, hay un recuerdo también de las cinco rosas de Manacor, enfermeras voluntarias que fueron asesinadas. También están dibujados el Castell de Bellver, que fue cárcel franquista durante la Guerra Civil, o el monolito de sa Feixina.

El proyecto estaba ideado para ser publicado en blanco y negro. "Yo lo pensé y ejecuté así al ser un episodio histórico", apunta Rubén Chacón, pero finalmente se sumó al volumen la colorista Irati Pardo.

El estilo del dibujante mallorquín, formado en la Escola d'Art i Superior de Disseny de les Illes Balears, es más cartoon. "Sé que el mercado pide más realismo para este tipo de historias, pero yo quería apostar por mi estilo porque me siento más cómodo en él y también para afianzarlo", argumenta Chacón, que conoció a Alberto Ramos en un Còmic Nostrum de hace varios años.

Los autores quieren ahora disfrutar de las presentaciones de su primer trabajo de largo aliento antes de hablar de nuevos proyectos, "que los habrá".