El pintor y fotógrafo alemán Otto Reistsperger inaugura el próximo sábado en la galería Roy de Felanitx la muestra Imaginar el espacio que podrá verse hasta el próximo 10 de mayo.

En su vertiente pictórica la obra de Otto Reistsperger (Salzburgo, 1955) se caracteriza por la ausencia de narración y representación junto con el uso de la geometría y los campos de color, conducen a una obra abstracta, basada en el principio de dualidad.

Recordando el método dialéctico de Hegel: una tesis es rebatida por su antítesis y fruto de las verdades parciales de cada una, obtenemos la síntesis. El elemento resultante, en este caso, es la imagen pictórica. Otto Reitsperger tiene la capacidad de poner en diálogo la emoción y el intelecto o lo que es lo mismo, la pulsión del color y la visión científico- empírica de la geometría. Dos formas opuestas de percibir, la contemplativa y la analítica que juntas nos invitan a descubrir nuevos caminos estéticos.

Si bien el espacio bidimensional, entendido como escenario donde representar las tensiones entre contrarios, es una constante en su obra, podemos claramente identificar su interés por diferentes problemáticas a lo largo de su trayectoria artística.

En los años 90 aparece una barra horizontal en el medio o un bloque negro a la derecha de la superficie del lienzo que es cubierta por un solo color, además del negro, acromático. La elección de una paleta tan restringida permite concentrar la atención en detalles que no se perciben a primera vista. Las obras se repiten en su esquema hasta ocho veces, variando solo en la tonalidad. El concepto de serie toma importancia ya en este momento.

A finales de los 90 el artista empieza a ocuparse de la relación entre superficie y marco, un tema que ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Una superficie, el lienzo, con su forma rectangular, le sirve de base para otra superficie de carácter pictórico que será limitada a su vez por una forma geométrica, la mayoría de las veces en forma de marco.

En la serie Variaciones Goldberg, iniciada a principios del segundo milenio, aparecen formas lineales rectangulares que cubren el área exterior de la superficie. Además, el artista añade líneas finas horizontales que cruzan las partes internas del cuadro estableciendo una relación entre dibujo y pintura. La espacialidad adquiere importancia. Los elementos lineales en forma de marco destacan ópticamente de los fondos de color y parecen flotar delante de ellos estableciendo una relación de profundidad que, sin embargo, no existe.

Otto se ocupa de la epistemología en el arte. Sigue de cerca cómo la ilusión castiga las percepciones ópticas y lo difícil que es descubrir la realidad con nuestros sentidos.