Tanto en la novela original de H.G. Wells (1897) como en las adaptaciones posteriores al cine (memorable la de James Whale de 1933), el protagonista era un científico que experimentaba con óptica y drogas hasta convertirse en invisible, y psicótico. En la presente versión (spoilers) la física (un traje con forrado de microcámaras y lentes) aparca a la química, y la psicopatía del protagonista se explica por el ego desaforado de los nuevos amos de Silicon Valley.
El director Leigh Wanell, especializado en el género de terror (Saw, Insidious) suma dos novedades más. La primera, la violencia machista, tragedia que este siglo está dejando de ser invisible. La segunda, esencial, es trasladar completamente el protagonismo a la víctima. Ya no es una ciudad con un loco suelto; ahora es una mujer escondida y un loco empeñado, caiga quien caiga, en que regrese con él y procreen. La actriz Elisabeth Moss (Mad Men, El cuento de la criada) era una candidata ideal para este papel tan sufrido y no lo desaprovecha, lo borda. Parece no importarle quedarse encasillada en mujeres muy sufridoras; logra trasladar al espectador la angustia extrema de ser perseguida por alguien invisible y soportar encima la incredulidad del entorno. La película sin embargo apenas profundiza en la crisis de la pareja (en ninguno de los dos se aprecian rastros de enamoramiento enfermizo, la principal espoleta de las relaciones tóxicas) ni abandona el género favorito del director (abundan los sustos, habitaciones oscuras, música enervante, etc). Ergo, original película de terror con toque social; menos lograda si se toma como intenso drama de actualidad.
El hombre invisible
***½
Nacionalidad: Estados Unidos, 124 mins. Director: Leigh Wanell. Actores: Elisabeth Moss, Aldis Hodge, Harriet Dyer, Oliver Jackson-Cohen. Cines: Ocimax, Artesitete Fan, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor.
