"¿Qué es ser normal? ¿Quién decide lo que es normal y lo que no?" Para Kiti Mánver ésta es una de las frases más bonitas que dice Isabel, su personaje en la obra Juntos. Y más que una frase es una invitación a la reflexión: "¿Soy yo normal?" La respuesta quizás sea esta: "Más que buscar la normalidad hay que integrar la diferencia", dice Mánver. En este montaje, que se estrenará el próximo 7 de marzo a las 21 horas en el Auditorium, la actriz malagueña se pone en la piel de una madre que tiene un hijo con diferentes capacidades, "no nos gusta decir discapacidad", aclara. Mánver describe a Isabel como una mujer que tiene que "tirar para adelante sola en una situación muy difícil, que la deja a ella misma y a su otra hija en la estacada".

Precisamente, la llegada inesperada de esa otra hija, Sandra, después de diez años de ausencia, es lo que desencadena toda la acción. Isabel vive, o sobrevive, con su hijo Miguel en un piso modesto. La visita de Sandra, personaje que interpreta María Castro, pondrá de manifiesto las complejas relaciones familiares. Castro reconoce que el suyo es un personaje "hueso". Explica que "al principio al público no le gusta Sandra. Es muy dura y muy seca, quizás el personaje que más cambios experimenta". La dureza de Sandra contrasta con la dulzura y la entrega de los otros dos personajes. Con su regreso se pone de manifiesto que las condiciones que la hicieron dejar a su familia no han cambiado: "Vuelve para dar una gran noticia a nivel personal y se encuentra con los fantasmas del pasado y deberá enfrentarse a esa casa en la que siempre ha sido invisible", explica Castro. La actriz asume que quizás es más difícil que el público empatice con ella, sin embargo, aclara: "No pretendo que la gente quiera a Sandra sino que la entienda". El hecho de tener un hermano con una discapacidad ha hecho que la madre se vuelque con él: "Sandra reclama su espacio: 'dónde estabas cuando te necesité'". Castro cree que la obra va más allá de plantear una situación concreta que se da en muchos hogares: "Juntos habla de la vida, de rencores, de celos, el querer a un hijo más que a otro y cualquiera se siente identificado".

Como la vida misma, Juntos hace reír y hace llorar. "El buen teatro no solo te hace pasar una hora y media de emociones intensas también deja el poso de la polémica", valora Mánver, quien destaca que el texto es enternecedor y también esperanzador. "Además, tiene un secreto que se desvela al final". Para la intérprete la obra es claramente tragicómica, un género que es "la manera más intensa no solo de interpretar sino de hacer vivir al espectador esa capacidad que tiene el ser humano de estar sufriendo, pero hay un clic en un momento dado que le saca de esa tristeza y arrancas una carcajada en la situación menos pensada. Es de lo más difícil y de lo más imponente", reflexiona Mánver.