Miquel Seguí ha trabajado dos años en los teatros municipales de Palma y sólo le han dado de alta en la Seguridad Social 59 días. Su relato de los hechos está salpicado de vejaciones e irregularidades laborales. Seguí es un extrabajador de la subcontrata de Cort que se encarga de la gestión audiovisual de los teatros municipales de Palma. En su caso, estaba destinado en el Xesc Forteza. "Empezaron por deberme dinero. No me pagaban lo que tocaba. Si eran 1.200, me ingresaban mil y listos", detalla. "Esta situación extraña empezó a producirse a mediados de mayo de 2019", relata a DIARIO de MALLORCA el extécnico de luz y sonido. "Me llegaron a ingresar la nómina bajo conceptos como mariconades o mariconades beneitarro, determina.

Ante la situación, el extrabajador decidió actuar: puso rumbo a la Seguridad Social para pedir su informe de la vida laboral. "Fue cuando me encontré con el pastel". En dos años de trabajo, "sólo tenía 59 cotizados". Entonces contactó con uno de los socios de la empresa subcontratada por el Ayuntamiento de Palma "y me contestó que yo lo que tenía que hacer era ir a trabajar con la cabeza agachada", explica Seguí, "que la empresa era suya y que él hacía lo que quería". "También tuve problemas con el que fue jefe técnico de Fira B! Me enviaron a trabajar con él. Luego no quiso pagarme. En mensajes me llamó subnormal. subnormalDespués tampoco me quería pagar ese trabajo mi jefe", asegura.

Ante tal panorama, el siguiente paso que dio Seguí fue buscar asesoramiento en el sindicato Comisiones Obreras, donde le aconsejaron con el proceso que debía seguir. "Fue entonces cuando la empresa a través de su gestoría contactó conmigo para ir al TAMIB para regularizarlo todo", explica. Seguí recibió una indemnización. El acto de conciliación en el Tribunal de Arbitraje y Mediación se celebró el 10 de octubre. En el escrito, al que ha tenido acceso este periódico, se recoge que la empresa "reconoce el carácter indefinido de la relación laboral desde el 18 de diciembre de 2017 y una jornada a tiempo parcial de 19 horas semanales y reconoce la improcedencia del despido, y no pudiendo readmitir al trabajador, abona un importe de 2.342 euros".

Seguí tiene todavía una batalla más por lidiar: el último mes, el de julio, no está solucionado. "Trabajé once días", detalla. Buscando justicia, el extrabajador puso una denuncia en Inspección de Trabajo el pasado 7 de noviembre. "Todavía no tengo la resolución, la estoy esperando, pero desde inspección me dijeron que habría multas para la empresa tanto por las irregularidades como por los insultos", apunta.

En estos momentos, Seguí está en el paro y ha necesitado recibir ayuda psicológica. Se ha sentido desemparado por el propio Ayuntamiento de Palma. "Les conté todo lo que estaba sucediendo hacia el mes de julio. Era verano. Primero hablé con el coordinador de los teatros municipales, Rafel Perelló, y después con el director general de Música y Artes Escénicas Miquel Àngel Contreras. Ninguno de los dos ha tomado ninguna medida", lamenta el extécnico. "Sé que el concejal Antoni Noguera también lo sabe y le envié un mensaje por Facebook al alcalde José Hila".

Seguí también remitió una carta de despedida de su trabajo a amigos, compañeros y contactos, donde relataba todos estos hechos. "El motivo por el que no me ves en los teatros municipales es porque la empresa en la que trabajaba no me ha tratado bien y eso no lo puedo permitir", arranca la misiva, enviada a las puertas de la pasada Navidad. "Recibí muchos mensajes de apoyo. Incluso Rafel Perelló de los teatros municipales me hizo una carta de recomendación, al igual que Magdalena Perelló, la alcaldesa de Llubí, porque yo también hice de técnico en su teatro", concluye.

El extécnico audiovisual de los teatros municipales Miquel Seguí contempló perplejo que en dos recibos de las transferencias de sus nóminas los empresarios le ingresaron cantidades bajo el concepto de "mariconades" y "beneitarro".

"No fueron los únicos insultos que recibí, por mensaje también me llamaron subnormal", relata.