Un equipo de investigación liderado por la Universidad de Harvard en colaboración con el Instituto de Biología Evolutiva en Barcelona ha reconstruido las secuencias genómicas más antiguas de Baleares y de las islas de Sicilia y Cerdeña.

La investigación apunta que los primeros pobladores del archipiélago procedían de la península ibérica. En este sentido, hay que señalar que estos habitantes peninsulares son descendientes de pastores de las estepas de Europa del Este, un grupo que supuso el reemplazo del 40% de la población local y de casi el cien por cien de los linajes paternos en la península ibérica hace 4.000 años.

"Estos estudios genómicos nos ayudan a estudiar los movimientos poblacionales en general. Y era interesante analizar qué había sucedido en las islas, que supuestamente siempre son territorios más aislados", explica a este diario el investigador postdoctoral 'la Caixa Junior Leader' en el IBE Íñigo Olalde. La conclusión a la que han llegado los científicos es que las islas del Mediterráneo occidental, entre ellas Baleares, sí se vieron afectadas por las migraciones de principios de la Edad de Bronce (hace entre 4.500 y 4.000 años). "Este periodo coincide con los vestigios más antiguos hallados en las islas", apunta Olalde.

El estudio del ADN es la herramienta que han empleado los científicos para conocer de dónde procedían los ancestros de los restos humanos analizados. "Comparas con otros genomas de otros lugares que has analizado y así das con ello", señala. "En el caso de Balears, eran pobladores que provenían de la península, un dato esperable porque la península es lo que está más cerca", sostiene Olalde. "Lo que no sabemos, porque carecemos de datos, es de qué región provenían exactamente esos primeros pobladores de las islas".

La mutación del cromosoma Y característica de Iberia en la Edad de Bronce (el linaje R1b-Z195) se ha encontrado en muestras de varones de esta época. Esta mutación también se ha encontrado en una muestra de Sicilia de ese periodo, "lo que significa que quizá también había movimiento e intercambio entre la península, Balears y Sicilia".

El equipo ha recuperado el genoma del individuo más antiguo que se ha encontrado en Balears, perteneciente a la Cova des Moro, situada en Manacor. En concreto, detalla Olalde, los que se han analizado son los restos de una mujer. "Se le hicieron pruebas a un diente encontrado en un sumidero poco profundo en la parte profunda de la cueva", indica Olalde. También se han analizado los restos de una mujer de unos 35 años de edad encontrada en la Cova 127 de Formentera. Se analizó su hueso petroso. En el ADN de estas mujeres (no tienen cromosoma Y) de la Edad de Bronce se rastrearon componentes genéticos de los nómadas de las estepas, que son quienes migraron hasta la península ibérica.

El científico Íñigo Olalde. IBE

La muestra proveniente de Menorca corresponde a la Naveta des Tudons, el monumento prehistórico más importante de Balears y uno de los edificios más antiguos de toda Europa.

Conservación

El clima cálido de Balears, desfavorable para la conservación del material genético, ha dificultado que lleguen muestras con contenido genético en buen estado a fecha de hoy. Sin embargo, el equipo ha conseguido recuperar y analizar los restos humanos más antiguos de Formentera (procedentes de al Cova 127) y de Mallorca (procedentes de la Cova des Moro y de unos 4.300 años de antigüedad). También se ha podido analizar un individuo de la llamada cultura talayótica, encontrado en la famosa Naveta des Tudons (Menorca). Estos tres individuos muestran el componente genético de los nómadas que un estudio anterior relacionó con un gran cambio genómico en la península.