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Entrevista

Jorge Pardo: "Colaborando con otros artistas estoy seguro de que he dado tanto como he recibido"

"Tener tu propia voz y tu verdad requiere valentía porque muchas veces te encuentras con la incomprensión"

El saxofonista y flautista Jorge Pardo actuará en Palma el próximo miércoles. DM

Jorge Pardo, (Madrid 1956) actuará el próximo miércoles en el Festival de Jazz de Palma junto a la Es Gremi Jazz Orchestra, formación liderada por el contrabajista Toni Cuenca.

P ¿Cómo será el concierto que ofrecerá en Palma

R Será un tanto especial. Estaré arropado por una orquesta que ha preparado Toni Cuenca con sus arreglos. Es bastante especial porque no es un formato muy habitual y hemos incorporado repertorio nuevo que incluye parte de la banda sonora de Trance, la película que una productora francesa ha hecho sobre mi trabajo. Me encanta colaborar con músicos locales porque en los festivales siempre se tira de nombres, a golpe de neón. Me gusta esa sensación de que en cualquier sitio, sin necesidad de tener un gran nombre, hay gente con una preparación y un nivel artístico increíble.

P La colaboración con otros músicos es una constante en el jazz.

R Es verdad que el rock o el pop necesitan más de la agrupación, del arreglo exhaustivo para que las canciones luzcan y cobren su máximo esplendor. Sin embargo en el jazz y en el flamenco la vistosidad está en la esencia misma. Cuando tú tocas la esencia de las cosas, el detallito o el arreglo previsto queda en segundo plano porque la esencia y la fuerza de la improvisación del momento pasa a primer plano y cobra más valor.

P ¿Por qué se entienden tan bien el jazz y el flamenco?

R Tienen muchas cosas en común, por ejemplo el culto al ritmo -el swing, el groove o el soniquete-, que te sumerge en el trance y es energía obviamente africana; la expresión por encima de la perfección, pero también tienen cosas muy diferentes y conviene pensar que no todo el mundo que toca jazz puede tocar flamenco. He pasado mucho tiempo en esas dos culturas y para mí sí que pertenecen a un terreno común de manera que no hay jazz sin flamenco ni flamenco sin jazz.

P ¿Diría que más que fusionar, practica la alquimia?

R Agradezco la diferenciación porque está muy de moda la palabra fusión y no es que quiera desmarcarme de ella, me parece un concepto muy interesante, pero es verdad también que se utiliza con demasiada ligereza. A lo mejor hay que currárselo un poco más y llegar a la esencia de las cosas y ahí es donde entra ese otro concepto que es la alquimia, donde se trabaja con esa profundidad necesaria para que realmente esa fusión no sea una superposición de cosas y nazca un elemento nuevo.

P ¿Cómo se introduce en el flamenco con instrumentos tan alejados de la tradición?.

R Mi vida en ese aspecto es muy peculiar porque lo he sufrido y lo he gozado. Sufrido porque una persona que hace una cosa a contracorriente es mirada siempre como un extraño, pero lo he gozado porque quien nada a contracorriente también tiene la libertad de sentirse como el que mira un paisaje por primera vez. También he de decir que para la comunidad flamenca he sido un raro, pero de la familia.

P ¿Se ha sentido libre a la hora de crear?.

R Pertenezco a esa generación de los 70 y 80 en la que el arte se medía en esos términos de libertad. La primera lección que un artista de verdad te da es "no me copies, hazlo a tu manera, plasma la visión del mundo que tú tienes". Yo he vivido eso con mucha intensidad, en aquella época lo que primaba era encontrar tu propia voz. Esto también requiere cierta valentía porque muchas veces te encuentras con la incomprensión de los promotores, del público, de la crítica que al principio se sienten un poco agredidos por lo que propones y ahí hay que ser perseverante y luchar por tu verdad.

P ¿Qué ha supuesto trabajar con leyendas como Paco de Lucía o Camarón?

R A lo mejor está feo que yo lo diga y estoy agradecido al mundo y a mi suerte por haberme juntado con gente increíble, pero también estoy seguro que el encuentro de ellos conmigo y con otros colegas pues también ha hecho posible que ese discurso de ellos haya sido más poderoso o haya cobrado esa dimensión. El encuentro con Paco no fue solo con él sino con Carles Benavent, con Rubem Dantas o con Joaquín Grilo. Fuimos muchos los que nos juntamos ahí. Paco era el líder y catalizaba la experiencia, pero todos aportamos ahí lo suficiente para que fuera lo que llegó a ser. Con Camarón pasó un poco lo mismo y con Chick Corea también. Son experiencias que yo he tenido con grandes nombres, pero estoy seguro que he dado tanto como he recibido.

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