El artista mallorquín Domingo Zapata aunó pintura, moda y música este sábado con un divertido espectáculo en Nueva York en el que homenajeó el "sueño americano" y además dedicó varios mensajes a la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, que lo apoyó en primera fila. Zapata protagonizaba el evento de la noche en la sinagoga más antigua de la Gran Manzana, propiedad del escultor Ángel Orensanz, donde estos días se celebran decenas de desfiles con motivo de la Semana de la Moda y que el sábado estaba llena hasta los topes debido a la expectación. El mallorquín acaparó titulares el verano pasado cuando pintó el mayor mural jamás visto en la ciudad, precisamente en la siempre concurrida plaza de Times Square, y dio a conocer entre el público estadounidense sus emblemáticos dibujos de corazones y sus lemas positivos. Los asistentes llenaban la planta baja y la terraza interior de la pintoresca sinagoga cuando Zapata apareció sobre la pasarela disfrazado de unicornio y, haciendo una reverencia, dio paso al cantante Thomas Handle, que entonó precisamente un tema llamado Unicornio. Handle, que lucía un traje de chaqueta blanco y pintado a brochazos con diferentes colores y formas, como si de un lienzo se tratara, puso ritmo a un desfile que destacó por el buen ánimo y la diversidad de sus modelos, entre los que brilló una joven con síndrome de Down.

Tanto mujeres como hombres posaron con una sonrisa y grandes dosis de personalidad ante las cámaras que se amontonaban al extremo de la pasarela, luciendo conjuntos que habían pasado momentos antes por la brocha de Zapata. Además de corazones, estrellas o rayas, el pintor escribió con color negro mensajes American dream o life is a dream en piezas generalmente reveladoras. También hubo pintura sobre la piel, y a través de ella Zapata se reafirmó en su marca pero también hizo guiños a su invitada de lujo, Ágatha Ruiz de la Prada, a la que dedicó un I love Ágatha y un juego de palabras que probablemente escondía alguna historia cómica compartida entre ambos. En ese sentido, sentada entre varias amigas y vistiendo una de sus propias creaciones, se pudo ver a Ruiz de la Prada riéndose cuando se dio cuenta de que un modelo cuyo pecho decía Zapata is guilty (Zapata es culpable) llevaba en la espalda un Ágatha is innocent (Ágatha es inocente). El espectáculo fue un canto a la libertad y no solo por la canción In an App de Handle, que habla de enamorarse a través de internet: algunos hombres desfilaron con tacones, falda, amplios escotes y maquillaje, y algunas mujeres lucieron el pecho desnudo o una camiseta con los pezones dibujados.

Asimismo, hubo una referencia a los "dreamers", los jóvenes inmigrantes indocumentados de EE.UU., ya que Zapata sacó a desfilar a dos niñas con carteles que llevaban escrito "I am the American dream", lo que provocó aplausos de muchos de los asistentes latinoamericanos.

Al final del "show", con el público dando palmas bajo las indicaciones del cantante, Zapata salió de nuevo a la pasarela y dio sus últimas pinceladas en vivo y en directo a dos modelos, que despidieron la jornada de moda en un ambiente de calidez y buen rollo.