Establecer un buen sistema de ayudas públicas destinadas al sector cultural es básico para el fortalecimiento del tejido empresarial. Así lo cree Cristina Llambias (Palma, 1977), quien desde el mes de enero es la directora del Institut d'Indústries Culturals (ICIB). Gestora cultural, historiadora del Arte y extécnica del Consell, Llambias no elude cuestiones espinosas como la precariedad laboral que arrastra el sector y en este sentido señala que "la primera acción, la que veo más viable, es valorar las buenas prácticas que se lleven a término desde las empresas que son susceptibles de presentarse a las convocatorias. Será un punto básico, consensuado con el sector, pero es muy importante. El ICIB se tiene que mojar en esto". Llambias apuesta además por colaborar con las diferentes administraciones implicadas no sólo en la gestión cultural, sino también en la industria y en servicios sociales: "Esta coordinación es básica, lo creo firmemente con los años que tengo de experiencia en la administración. Si realmente lo conseguimos, podemos sumar mucho entre todos. De forma urgente, habría que trabajar con las administraciones que tienen competencia en cultura, pero para conseguir sus objetivos el ICIB también ha de colaborar con Industria y con Servicios Sociales". Los objetivos a los que se remite Llambias no son solo el acompañamiento, asesoramiento, las líneas de financiación y de ayudas para las industrias culturales o las jornadas de formación, sino también a la creación de nuevos públicos. Llambias insiste en que un buena aplicación de las políticas de ayudas está detrás del éxito en la consecución de esas metas al igual que la coordinación entre instituciones: "Creo que todo está interrelacionado. El hecho de que podamos publicar un manual de buenas prácticas, que se vele por la profesionalización y porque todos los trabajadores de la cultura tengan una dignidad laboral. Al final todo esto repercute inevitablemente en que los productos culturales que se ofrecen sean todavía de más calidad", argumenta la directora del ICIB. La creación de nuevos públicos también pasa por ese buen aprovechamiento de la subvención pública. En este sentido Llambias refiere que "es importante que se valoren los proyectos que tienen la creación de nuevos públicos entre sus objetivos y que expliquen las acciones concretas para hacer llegar esos proyectos a una audiencia más amplia, a aquellas personas que a lo mejor no son consumidores habituales; y también acercarse a aquellos sectores más desfavorecidos. Creo que también es interesante fomentar esta parte social", reflexiona. La puesta en marcha de medidas directas encaminadas a la conquista de consumidores de cultura será una realidad "a medio plazo" y señala la formación de los empresarios culturales como un modo de activar esa búsqueda: "Desde que se comienza un proyecto cultural se puede tener como objetivo generar nuevos públicos, más allá del plan de comunicación o de marketing. Los propios creadores, con una temática concreta determinan a quién se dirigen", explica Llambias.

En estos momentos, las líneas de ayudas que ya se han aprobado son las de la producción audiovisual y la promoción exterior de estos productos; y la de industrias culturales, para la adquisición de equipamientos, dirigida a empresas culturales en general. El apartado con mayor dotación económica es la producción audiovisual a la que se destinan 600.000 euros de un presupuesto total de 1.250.000 euros. El hecho de que este sector se lleve el grueso de las subvenciones no ha estado exento de polémica y Llambias ha aclarado que "este fue el inicio, pero evidentemente el trabajo irá encaminado a englobar todas las acciones hacia los diferentes ámbitos" de la cultura. Antes de empezar a trabajar en estas líneas, Llambias cree imprescindible realizar estudios previos de los diferentes sectores para tomar decisiones en consecuencia: "No podemos tratar de la misma manera el sector audiovisual, las artes escénicas o la música por esto conviene estudiar bien los antecedentes", argumenta. Apela además al consenso con los profesionales y empresarios del sector para establecer cuál es el mejor modo de gestionar y repartir las ayudas.