La esperada comparecencia en el Parlament de la delegada de Cultura Catalina Solivellas para informar sobre su idoneidad para el cargo y su proyecto se saldó ayer en tablas. El Partido Popular le reprochó su tardanza, cinco meses después de pedir su exposición pública, espetándole que "ha venido aquí a rastras" y acusándola de "oscurantismo" y "falta de experiencia en gestión", mientras que Solivellas se defendió con el anuncio de una batería de proyectos, algunos de ellos explicados ante el ministro de Cultura José Guirao, al tiempo que despejó algunas de las preguntas en la Comisión echando balones fuera argumentando que no son competencia suya sino de la consellera de Cultura, Pilar Costa, como el cese de Jaume Reus al frente del Institut d'Indústries Culturals o la subvención pública que recibió el festival Mur, en el que se quemó una bandera española.

La diputada del PP Núria Riera fue la más combativa, llegando a acusar al PSIB de haber "birlado" el área de Cultura a Més como "maniobra política para tapar el escándalo del caso contratos". "¿Ha tomado usted alguna medida para controlar los contratos que se están llevando a cabo en Cultura? ¿Qué ha hecho usted en materia de contratos?", le preguntó a Solivellas, quien afirmó que su departamento cumple "escrupulosamente" con la Ley de Contratos.

Las dos horas de tira y afloja entre la delegada de Cultura y la oposición comenzaron con un resumen de los logros profesionales y académicos de Solivellas, quien recordó sus diferentes cursos realizados en la Autònoma de Barcelona, desde masters a una tesina, así como algunos de sus hitos en sus "más de treinta años de carrera" dedicados a la cultura. Tras subrayar que su delegación cuenta con un equipo de técnicos y administrativos de "constatada experiencia", explicó su proyecto, fundamentado en la mejora del sector cultural en Balears, especialmente de los jóvenes creadores, y en la modernización de los equipamientos, como el de Can Sales.

En su intervención, Riera recriminó a Solivellas que no compareciera de forma voluntaria en la Cámara y le echó en cara que "siendo actriz le cuesta mucho salir" a dar explicaciones. "No esperamos una buena intérprete sino una buena gestora", añadió la diputada, quien consideró que la han colocado en el cargo por ser "mediática y conocida (?) Gánese su sueldo".

En su turno, Solivellas le recordó que hace poco más de una década trabajó en la gestión y coordinación de una escuela de teatro en Inca y, en tono muy serio, le recriminó a Riera: "Yo no hago comedias. Un respeto al teatro".

La popular también le preguntó si "depurará responsabilidades" por las "ayudas con intencionalidad política" que recibió el Mur Festival celebrado hace unos meses en Felanitx, en el que Pablo Hásel quemó una bandera española y en el que participó Valtonyc a través de un mensaje leído por su hermana. Una reprobación a la que se sumó Ciudadanos a través de su diputada Patricia Guasp, para quien "las subvenciones tienen que esta fuera de cualquier ideología". Las subvenciones ?quiso aclarar Solivellas? "siguen unos baremos técnicos y ahí no entran ni gustos personales ni ninguna inclinación".

El cesado director-gerente del ICIB, Jaume Reus, motivó otro enfrentamiento entre Riera y Solivellas. La primera denunció su "actitud arrogante" y aseguró que se modificaron las bases para el concurso, y la segunda lo negó, cuando en realidad tuvieron que echar marcha atrás en el requisito de catalán por la presión de sus socios de gobierno de Més.

La ley de mecenazgo también salió a debate, desde Ciudadanos, que además pidió qué medidas se han remitido a Madrid para pedir una bajada del IVA cultural. "El Govern dobla la deducción para mecenazgo cultural, científico y tecnológico", contestó Solivellas. Por su parte, Esperança Sans, de Podemos, exigió "un apoyo total" para las industrias culturales de Balears al tratarse de "un sector estratégico", mientras que Miquel Ensenyat, de Més, le preguntó por la "ubicación definitiva" que tendrá el Museu Marítim.

La lengua salió a colación en boca de Sergio Rodríguez, de Vox, grupo que acusó a Solivellas de hacer una "cultura sectaria" y promocionar "solo los productos hechos en catalán", y que aboga por unos Premis Ciutat de Palma "en español", un idioma "ninguneado" y "discriminado", denunció. "No podemos interferir en los Premis, al ser competencia del ayuntamiento", le aclaró la delegada de Cultura. Sobre la Caja de Música también le preguntó Rodríguez a Solivellas, quien aclaró que esta "solo será para los conciertos pequeños, porque el Auditorium seguirá acogiendo los grandes".