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Talento mallorquín

Silvia Venegas: "Los documentales van a ser el testimonio de nuestra época"

La directora mallorquina, especializada en temas sociales, asegura que el género requiere compromiso con los protagonistas del rodaje ? "Los niños refugiados han perdido la fe en el sistema que se supone que les tenía que proteger"

La realizadora mallorquina, con el Goya el pasado día 25. efe

Pocas horas después de las mieles del Goya, la mallorquina Silvia Venegas ya estaba trabajando a pleno rendimiento en su productora Making DOC. El rodaje en esta ocasión era en Madrid, para una universidad. La felanitxera de adopción tiene como próximo proyecto el largo documental Bienvenidos a España. En esta ocasión, como productora. "Lo dirige mi socio Juan Antonio Moreno. La película se centra en la acogida de los refugiados en España", relata. Una suerte de continuación del corto documental Nuestra vida como niños refugiados en Europa, que cosechó un cabezón el pasado día 25 de enero por la dirección de Venegas.

La realizadora explica que hubo dos factores que motivaron la realización del filme. "Por supuesto, la crisis de los refugiados en Europa. Y en segundo lugar, que conocimos de primera mano a una serie de niños que huían de la guerra en sus países y que nos contaron cómo llegaron a Suecia. Les pudimos conocer porque coincidió que estábamos en un festival de Malmö presentando otro de nuestros trabajos", relata la directora. Es precisamente en esa ciudad donde se alza uno de los mayores centros de acogida de menores refugiados.

"En 2016, la Europol cifró en más de 10.000 los niños refugiados desaparecidos. Ya no se trataba de la tragedia en el mar o del camino que realizan para llegar hasta Europa, sino de lo que sucedía después con ellos", apunta la documentalista.

Después de investigar y entrevistarse con diferentes organizaciones, la mallorquina tuvo claro que debía recoger las voces de aquellos niños. "Ellos tenían que ser los únicos protagonistas", sostiene. "Son la parte más vulnerable de la cadena".

Además de en Malmö, Venegas rodó en Atenas, en otro centro de acogida, "porque no pudimos entrar en los campamentos", explica. La grabación de los testimonios no pudo ser inmediata. "Primero tuvimos que estar con ellos, compartir tiempo, y después pudimos sacar la cámara. Éramos tres personas en el rodaje, un equipo muy reducido para no intimidar".

Lo más complejo fue conseguir testimonios en Lesbos. "Tienen miedo a hablar porque temen que sus solicitudes de refugiados sean denegadas". Sólo consiguieron que uno se pusiera frente a la cámara. "Estaba muy harto. Sólo quería irse de polizón al continente", comenta.

"Muchos de estos niños tienen problemas mentales, depresiones. Habland con mucha resignación. Han tenido que crecer más rápido. Sorprende porque muchos de ellos se han de hacer cargo de todo", apunta.

"Impacta que haya niños que tengan miedo y hayan perdido la fe en el sistema que se supone que les tenía que proteger. Parece que estos niños están en acogida y que el problema está solventado, pero no es cierto. Son chavales que deberían estar protegidos pero no lo están", continúa.

Para Venegas, que pasa todo el tiempo que puede en Portocolom ("me libré de la borrasca Gloria por un día"), el documental es el género más rico "porque puedes usar cualquier forma para expresarte. Requiere mucha entrega, investigación y compromiso hacia los protagonistas de la historia que estás contando. Creo que hay que poner en valor el documental social porque va a ser el testimonio de nuestra época", concluye.

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