A los 10 años, empezó a ir a clases de dibujo de la mano de Marcos Mateu Mestre, también mallorquín, quien ha trabajado como Visual Development Artist en Dreamworks prácticamente desde sus orígenes y ha publicado varios libros como Framed Ink o Framed Perspective. Con él aprendió el complejo arte de la perspectiva, la construcción de formas, pero sobre todo a no rendirse y a disfrutar del dibujo. Justo una década después, conoció a Pepmi Garau Salom en el LADAT, también mallorquín, ilustrador y animador de personajes. Asistió a su curso de animación 2D de personajes y eso le cambió la vida. Con él aprendió lo que era dar vida a un personaje y las decenas de dibujos que hacían falta para que se moviera apenas unos segundos. Comprendió la dificultad que suponía animar, pero las herramientas ya se las había dado. A partir de ahí ya sólo dependía de Maymó, de practicar y seguir mejorando.

Al año siguiente, mientras estudiaba Bellas Artes en Valencia, empezó a colaborar en un proyecto para una serie de animación. Estuvo durante unos 8 meses, pero el proyecto no encontró financiación y se canceló. Un año después tuvo la oportunidad de participar en un cortometraje de animación dirigido por una de sus profesoras de la carrera, como asistente de animación. En 2016, Pepmi le contactó de nuevo para ayudarle con un proyecto que tenía para el humorista El Casta para su show de Navidad. Gracias a ese proyecto le enseñó un software para animar (ya que hasta la fecha lo estaba haciendo en papel). Una vez acabado el proyecto, empezó a trastear con el programa y presentó una animación que hizo para un concurso de un grupo de animación de Facebook. Gracias a eso, un estudio de Nueva York le contactó para trabajar con ellos en un teaser animado basado en la novela gráfica de The Valiard Mansion. Estuvo 8 meses animando para ellos, lo que le permitió tener un portfolio/reel que presentar luego a The SPA Studios para su training de Clean Up. Le aceptaron, hizo el training, y mientras esperaba la respuesta del estudio, tuvo la oportunidad de participar en el Cortometraje de Animación nominado a los Goya 2019 I wish... de la productora ESDIP Animation Studio. Antes de poder acabar el corto, SPA le llamó y empezó a trabajar en Klaus . Actualmente, trabaja para un estudio en Montreal.

-¿En qué consistía su trabajo como Clean Up Assistant en Klaus?

- Nuestro trabajo como Clean Up Artists consiste, en pocas palabras, en trazar la línea final de los dibujos que veremos en pantalla. Es un trabajo tedioso que requiere de mucha precisión y atención. A veces podemos pasarnos minutos mirando el mismo plano en bucle, comprobando que no salte ninguna línea, que los volúmenes se vean consistentes a lo largo del plano y que la animación se vea fluida y apta para que siga su recorrido en la producción. Como Clean Up Assistant, mi función principal consistía en tratar de conocer lo mejor posible a mi personaje asignado, que en este caso era Jesper, el protagonista. Aunque también he tenido la oportunidad de poder hacer a Klaus. Por supuesto cabe decir que se trata de una línea de aprendizaje, por mucho que quieras no te conoces al personaje de un día para otro. Requiere mucha prueba y error, y puede hasta llegar a ser frustrante. Como bien me dijo una vez el supervisor de animación de Jesper, Yoshimichi Tamura,"sólo y cuando estemos haciendo nuestro último plano de la película, entonces nos saldrá el personaje a modelo". Es por eso que en las grandes producciones se dividen a los Animadores y los Clean Up Artists en equipos, en función de sus puntos fuertes y de qué personaje solucionaban con mayor facilidad.

-¿Y usted qué hacía exactamente?

-Pues yo me sentaba en mi mesa, recibía un plano de animación y tenía que pasar a limpio las poses clave principales o Spotkeys. Eso significaba hacer todos los ajustes necesarios, para que el personaje estuviera a modelo, las proporciones fueran consistentes del primer al último dibujo, el diseño de la línea fuera el correcto y mejorar el dibujo final todo lo posible, procurando no cambiar la intención del animador y que tampoco supusiera un contratiempo a la producción, o que al menos en el caso de serlo que estuviera bien justificado. Luego se revisaban esos dibujos y si el supervisor daba el ok, seguía el mismo proceso con el resto de keys y breakdowns. De esta manera el Clean Up Inbetweener tenía suficientes referencias para acabar de intercalar la animación a limpio. También era parte de la responsabilidad del Asistente facilitarle el trabajo al compañero/a Inbetweener lo máximo posible, por lo que si necesitaba ayuda con algún dibujo o consejo, para eso estábamos. Es otra de las características de nuestro trabajo. Así como un animador suele ser el director de orquesta de su plano, el Clean Up es un trabajo en equipo y es esencial la comunicación. A veces, dependiendo de la cantidad de trabajo en cola, había planos en los que sólo llegué a hacer de 2 a 5 dibujos, para tomar decisiones en las claves principales y luego ese plano lo continuaría otro Asistente y posteriormente un Intercalador. Por otra parte, según la complejidad del plano, ha habido ocasiones en las que me llegué a encargar de todas las fases de Clean Up, incluida la intercalación. Pero en general, se solía dividir en la medida de lo posible para no tener a nadie parado y sacar los planos con mayor rapidez.

-De todos los premios Annie que acaba de cosechar la película, ¿ha recaído alguno directamente en el departamento donde trabajaba?

-Directamente no, porque no he visto aún la categoría de Annie al Mejor Clean Up en un Largometraje de animación 2D (risas). Aún así, creo que es justo decir que el Annie a la Mejor Película ha sido gracias a la dedicación y al duro trabajo de todos y cada uno de los que hemos puesto nuestro granito de arena en Klaus.

-Es la segunda vez que una película de animación española está nominada a los Oscar. ¿Qué opciones tiene de ganar?

-Honestamente, las probabilidades son de 1 entre 5. Podría ganar cualquiera de las 5 nominadas. Es posible que haya alguna favorita, pero para eso tendría que saber la opinión de los académicos que votarán en los Oscar. Sin ir más lejos, la Mejor película de Animación del Año para los Globos de Oro ha sido Missing Link, para los Annie en cambio ha sido Klaus, y por otra parte en los Goya, la Mejor Película de Animación del Año ha sido Buñuel en el Laberinto de las Tortugas. Creo que esto lo que nos demuestra es que el 2019 ha sido un año tan bueno para la animación que parece que no podemos decidirnos por sólo una película. Así que no me sorprendería que el Oscar a Mejor Película de Animación se lo llevara otro título diferente.

-España parece una potencia en animación, en el sentido del gran talento que atesora. ¿Por qué es así?

-Si bien es cierto que poco a poco van apareciendo más escuelas privadas que se dedican a este tipo de enseñanza, la gran mayoría se centra en el 3D, y no son precisamente baratas. Es posible que el precio se adecúe a la calidad de la formación que ofrecen. No lo sé, porque no he ido a ninguna. Por otra parte también existen opciones de escuelas online en las que profesionales de la industria te dan su opinión y feedback sobre tu trabajo. Pero al final todo se reduce al recorrido personal de cada uno, por muchos másters que hagas, uno tiene que trabajar y evolucionar por su cuenta. Pero lo que no puede ser es que el negocio de España sea sólo formar artistas, hay que crear y fomentar industria de cine y exportarla. Sino al final lo que pasa es lo de siempre, que tenemos a jóvenes muy cualificados que se acaban yendo fuera porque aquí no hay trabajo o porque las condiciones no son tan favorables.

-¿Qué implica tener a Netflix detrás en un filme como Klaus?

-Como trabajador y artista eso no lo he vivido tanto, pero imagino que implica una mayor seguridad económica, así como también mayor presión en cuanto a dejar el listón alto y ofrecerles un producto de calidad que esté a la altura de una empresa tan importante.

-¿En qué escenas de Klaus ha participado?

-Al ser el primero en entrar en mi departamento, tuve el gran privilegio de investigar y hacer pruebas del Clean Up que haría falta en la película, así como primeros tests de los personajes que no salen en el metraje final. Eso me permitió a su vez más tiempo para conocer y practicar a los personajes que el que tuvieron mis compañeros. Esa ventaja era una bendición y una maldición a la vez, ya que acababan por asignarme los planos en los que Jesper requería más arreglos. Por otra parte, he tenido el privilegio de participar en escenas que me gustan mucho, como: el primer encuentro de Jesper con Klaus, cuando Klaus mira desde la ventana al niño disfrutar de su nuevo juguete, el plano locura de Jesper esquivando y corriendo en mitad de la batalla de clanes, el mítico plano de Jesper poniendo mueca y mirando al espectador cuando escucha que los niños hablan maravillas de Klaus (fue también uno de los primeros frames a desvelar de la película), o el plano en el que Jesper le pide a Klaus que vuelva a reírse.

-¿Dónde reside el éxito de esta película?

-Habrá muchas opiniones, a algunos les habrá parecido tierna, a otros divertida, a otros una delicia visual, a otros nada de lo anterior... Yo por ejemplo me enamoré del teaser cuando salió en 2015 por el aspecto visual. El tratamiento de la luz, los colores, el arte y los diseños tan diferentes y arriesgados. Y cómo no, una exquisita animación a 25fps, al más puro estilo Disney y Dreamworks de la época dorada, con el añadido de que estaba perfectamente integrada con los fondos. A parte de todo eso, creo que la historia está tratada desde un punto de vista muy original y diferente y se nota el esfuerzo del director a la hora de contarla.

-¿Han trabajado más mallorquines en la película?

-Sí, mi compañero de Clean Up Jordan Jaraba McGrath, que de hecho hasta hemos trabajado juntos en algún que otro plano.

-2019 ha sido un excelente año para la animación española: Klaus y Buñuel en el laberinto de las tortugas. ¿Es esta última, ganadora del Goya, una película más dirigida al mercado europeo y Klaus al anglosajón?

-Sobre la de Buñuel no puedo opinar porque no he tenido el placer de verla. Si bien es cierto que la idea de Santa Claus y la Navidad es más occidental, Klaus trabaja con una moraleja que no discrimina en edad, sexo ni raza. Esto, combinado con sus toques de ternura y su humor adulto, creo que la convierte en una buena candidata para abarcar a un gran público potencial a nivel mundial. La gran mayoría nos emocionamos con las mismas escenas, así que no la veo como una película dirigida al mercado anglosajón, sino más bien como una película dirigida al corazón del ser humano y una llamada al altruismo.

-¿A qué se dedica cuando no está en una película?

-Ojalá pudiera decir que durante el día trabajo en películas y por la noche soy Batman. Pero no, trabajar en el mundo del arte es a tiempo completo. Si no estoy en una película, estoy metido en algún proyecto personal de un compañero; si no, puede que esté diseñando una web para algún cliente, o bien sigo avanzando la novela que estoy escribiendo. Siempre hay algo que hacer, y los primeros en sufrirlo son los familiares. Así que si tengo un pequeño descanso entre proyecto y proyecto, procuro dedicarle tiempo a mi familia y seres queridos.

-¿Qué puede costar hacer una película de animación? ¿Es difícil encontrar financiación?

-Esa pregunta deberían hacérsela a nuestro director, para que les cuenten la odisea hasta conseguir que alguien, en este caso Netflix, apostara por el proyecto.

-Klaus arrasa en los Oscar de la animación el mismo día que fue derrotada en los Goya.

-Yo no lo vería como una derrota, ya que ya ganamos en el momento de estar entre las nominadas. Como hemos comentado antes, ha sido un gran año para la animación y creo que la elección final de la academia no era nada fácil. Podía haber sido goya sí o goya no. Ambas películas tenían las mismas probabilidades de habérselo llevado. Tampoco voy a mentir, me habría gustado que el Goya se viniera a The SPA Studios, por supuesto, porque es la peli en la que he participado. Cada uno barre hacia su casa. Pero me alegro muchísimo por mis compañeros de Buñuel en el laberinto de las tortugas y desde aquí mi enhorabuena por ese Goya, que se lo merecen, y por las nominaciones en los Annie.