Pepa Flores, la mítica Marisol, "una de las actrices más queridas y recordadas" según la Academia de cine, que el próximo sábado le rendirá homenaje con la entrega del Goya de HonorGoya de Honor, fue un fenómeno de masas que dejó huella en la Mallorca de los años 60, donde firmó autógrafos, provocó el delirio de sus numerosos fans, presentó en un abarrotado Teatro Lírico dos de sus películas (Un rayo de luz y Ha llegado un ángel, ambas a las órdenes de Luis Lucia Mingarro) y rodó en distintas localizaciones de la isla, con el Dúo Dinámico, Búsqueme a esa chica, dirigida por Fernando Palacios.

El Lírico, que se ubicaba en lo que hoy es s'Hort del Rei, fue testigo de la fuerza del huracán Marisol, que azotó por primera vez la isla en 1960, cuando la actriz y cantante, que por aquel entonces contaba 12 añitos, presentó ante los palmesanos su primera película, Un rayo de luz, la que le lanzó a la fama y con la que ganó el premio a la mejor interpretación infantil en la Mostra de Venecia. En su metraje, Flores (Málaga, 1948) se revelaba como una gran intérprete de flamenco, se atrevía a cantar en italiano y alumbró sus primeros éxitos, como Corre, corre, caballito. "Yo nunca fui prodigio, yo solo era una niña que cantaba flamenco y hacía las cosas con cierta naturalidad", declararía ella sobre las razones de aquel despegue, en lo que fue un intento por reeditar el fenómeno de Joselito.

Antes de la proyección de aquella cinta en el Lírico, Miguel Soler, de Radio Mallorca, la entrevistó ante un público entregado, en una sala en la que cabían 2.800 espectadores, repartidos entre los palcos, la platea y un gallinero de gradas sin respaldo. "Era muy simpática, risueña y muy atractiva, con unos ojos azules preciosos. Me dijo que le gustaban mucho los toros, el cante flamenco, que era fanática del torero Ordóñez [Antonio] y que le apasionaban las patatas fritas", recuerda el periodista.

Marisol con Miguel Soler, quien la entrevistó en dos ocasiones.

Soler repitió la misma experiencia al año siguiente, cuando, también en el Lírico, Marisol presentó un nuevo filme, Ha llegado un ángel, la primera de las seis películas en las que compartió cartel con Isabel Garcés y en la que entonaba temas como Ola, ola, ola, interpretada previamente con otro estilo más cupletero por Sara Montiel, y Estando contigo, que había defendido el mismo año Conchita Bautista en el estreno de España en Eurovisión. "Los niños y niñas de sus edad la idolatraban en toda España. En aquella época, la gente que aparecía en el cine era vista como un ser especial. Al principio de su carrera Marisol cantaba temas que iban bien en las películas, de relleno, hasta que empezó a grabar otro tipo de canciones, entre ellas alguna de Serrat, al que admiraba, como Tu nombre me sabe a hierba. Fue la primera niña prodigio del cine español cantando, porque antes que ella hubo muchos que alcanzaron el éxito, como Pablito Calvo, el de Marcelino pan y vino", señala el curtido periodista.

"El franquismo la convirtió casi en un mito", sostiene el crítico cinematográfico de este diario, Fernando Alomar, quien considera "merecido" el Goya de Honor que le otorgará la Academia, aunque matiza: "Es más un reconocimiento a su persona que a su trabajo como actriz".

Alomar valora que Pepa Flores pasará de "barbie del franquismo a una artista implicada en la democracia", con una plausible "entereza al final de su vida". De su producción, que incluye una veintena de películas, así como diez álbumes de estudios y 14 bandas sonoras, amén de numerosos sencillos y EPs, el crítico destaca sus trabajos con grandes directores como Juan Antonio Bardem, Jaime de Armiñán y Carlos Saura, aunque aclara que no tiene "ninguna obra excepcional".

"Sus mejores películas son Los días del pasado, de Mario Camus, y La corrupción de Chris Miller, y también es digna de resaltar la serie Proceso a María Pineda, con la que Pepa Flores se identificó", agrega Alomar. En su opinión, "se debía sentir más cantante que actriz, aunque nunca renunció a esa profesión. En el cine se ganaba a la gente, provocaba empatía con los espectadores, por su desparpajo. Sabía trasladar su personalidad a sus papeles y supo transmitir algo más que belleza".

1964 fue el último año que Marisol visitó la isla. Lo hizo con motivo de Búsqueme a esa chica, "cuyo rodaje se desarrolló en la Bonanova, Santa Ponça, el hotel Mediterráneo y el Cortijo Vista Verde de Can Pastilla, donde se filmó una capea", apunta el crítico de cine e investigador Josep Antoni Pérez de Mendiola, quien también aplaude la concesión del Goya de Honor a Pepa Flores: "Fue el referente de toda una generación en España. También el paradigma de cómo se destroza una vida, como hicieron con Joselito. Marisol tuvo una infancia más allá de la realidad, fue exprimida hasta el fondo. Dejó el mundo del espectáculo asqueada por no tener una vida corriente. Ella no quiere hablar y nosotros no dejamos de hablar de ella".

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