Los Ciutat de Palma más musicales de su historia evocaron ayer en el Teatre Principal el pasado glorioso de uno de sus barrios más internacionales, El Terreno; se posicionaron contra el totalitarismo y la intolerancia, con el discurso pronunciado por el alcalde José Hila; y premiaron a nueve creadores, entre ellos Joan Pons Bover, que se alzó con el Llorenç Villalonga de Novela, Raquel Casas, que obtuvo el Joan Alcover de Poesia, y Pau Rodríguez, colaborador de La Almudaina, suplemento dominical de este diario, que logró el galardón en la categoría de cómic.

Amena, concurrida, no excesivamente larga y muy musical, como El Terreno en su día. Así fue la ceremonia de entrega de unos premios que tienen sus orígenes en 1950, precisamente una de las décadas en la que el citado barrio palmesano todavía podía sacar pecho antes de convertirse en una postal, en moneda de cambio del negocio urbanístico que todo lo transforma. La presentadora y cantante del quinteto que protagonizó buena parte de la gala, Rosa Serra, sorprendió a quienes no la conocían y satisfizo a sus seguidores, por su maestría a la hora de interpretar un cancionero conectado con el barrio antaño glamuroso y hoy víctima del olvido, y también por su sentido del humor y su amor por la moda, con más de una docena de cambios de vestuario durante la velada.

Tras un fuerte aplauso para "el conocimiento colectivo" solicitado por la maestra de ceremonias, llegó el primero de los dos discursos institucionales. Lo pronunció el teniente de alcalde Cultura i Benestar Social, Antoni Noguera, quien tuvo palabras para los ausentes de Vox, que anunciaron, días atrás, que no acudirían a los Premis Ciutat de Palma como "muestra de descontento por no permitir que participen los autores que escriben en español". Noguera, desde el escenario, recordó la figura de la insigne escritora Gertrude Stein, una de las personalidades que habitó El Terreno, donde paseaba de la mano de su pareja, compañera y confidente Alice Babette. "¿Qué hubieran dicho los militantes de Vox de la época?", preguntó el exalcalde, para añadir: "La memoria histórica vincula el pasado para tener un futuro mejor".

Frente a "estos tiempos convulsos", Noguera reivindicó la cultura como "imprescindible" y denunció la "represión" que padecen los artistas y determinados promotores, como Jordi Cuixart, que "está en la prisión por hacer cultura".

En el capítulo de anuncios, Noguera adelantó que en la próxima edición de los Premis Ciutat de Palma habrá una novedad: la concesión de un galardón en la modalidad de periodismo de investigación, "crítico, aquel que mejora nuestra ciudad", que llevará el nombre de Miguel dels Sants Oliver, quien dirigió La Almudaina y de quien se celebra este año el centenario de su muerte, acontecida en Barcelona un 9 de enero.

La proyección de un audiovisual en el que ilustres vecinos del actual Terreno recordaron su auge y ebullición cultural durante los años del boom turístico fue seguido con interés por los presentes que casi llenaron el Principal. Unos testimonios, los de Xavier Abraham, Glòria Forteza, Manuel Olivera y Dito 'el picador', según su propia definición, que señalaron "barbaridades urbanísticas", dignificaron célebres discotecas, ensalzaron a leyendas, desde Josephine Baker a Jimi Hendrix, y provocaron la carcajada del auditorio con el making off de la cinta de un espectáculo que escribieron, dirigieron y produjeron Joan Fullana, Sònia Domènech, Joan Tomàs Martínez y Mar Fiol.

Entre canción y proyección, fueron cayendo los premios. Los primeros en concederse fueron los de Arquitetura, que fue a manos de Juan Miguel Tizón y José Ripoll, ganadores de 12.000 euros por su trabajo en la entidad Arquia Banca de Palma; y el de Investigación, para Tomeu Canyelles y Francesc Vidal por La ciutat sonora, un trabajo dedicado a los bares musicales, cabarets, discotecas, night-clubs y salas de concierto que animaron la Palma del siglo XX.

Uno de los premiados que se mostró más radiante fue el dibujante y guionista Pau Rodríguez, que se alzó con el Premi de Còmic, dotado con 10.000 euros, por su obra Curtiss Hil. "Hace tres años estuve a punto de dejar el oficio. No encontraba editor", confesó el colaborador de este diario durante su discurso de agradecimiento, aplaudido con fervor por colegas como Pere Joan y Joan Miquel Morey.

La ausente Raquel Friera fue distinguida con el Antoni Gelabert d'Arts Visuals por One Year Women's Performance mientras que el grupo Salvatge Cor recogió el Bonet de Sant Pere de Música a la mejor grabación por su disco Bruixes, un álbum inspirado de manera libre en el relato En Met de les Conques de Victor Català, personajes históricos y literarios de la cultura catalana y figuras como Camarón y Lorca.

"Nuestra lengua catalana necesita del apoyo y el compromiso de las instituciones", señaló un agradecido Joan Pons Bover al hacerse con el Premi de Novel·la por Tània i els vius, que dedicó al también santanyiner Antoni Vidal Ferrando, uno de los numerosos escritores que acudió a la gala, como Biel Mesquida, Neus Canyelles, Rosa Planas o Pau Vadell.

El de Poesia fue para Raquel Casas, por su obra Estimar Nick Kamen, un poemario centrado en su adolescencia. "Hacía años que este premio no lo ganaba una mujer escritora. Demasiados", recordó en su breve y aplaudida intervención.

Por último, los premios de Audiovisuals, para Miguel Eek, por "una historia sin historia sobre un tema muy divertido, la muerte", el que cultiva en su documental La ciutat dels morts; y el de Arts Escèniques, para Andrea Cecilia Cruz, por Las hermanas Verán, un proyecto que dedicó al anterior equipo directivo del Principal que encabezó Carlos Forteza.

Antes de una versión atrevida de La Balanguera y poner rumbo al Solleric, donde muchos se entregaron a los canapés mientras descubrían la obra ganadora de Arts Visuals, se escuchó el tradicional discurso del alcalde, que alzó su voz contra aquellos que defienden que "solo es válido un único pensamiento, el suyo". Hila subrayó que "la cultura es la herramienta para despertar conciencias y rehuir de la barbarie. Somos una ciudad que combatirá, desde la tolerancia, la educación, la cultura, la igualdad y la aceptación de los diferentes pensamientos, cualquier acción que nos intente confrontar. Somos la vacuna contra el totalitarismo".

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