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"El arte trasciende el dilema de qué es arte y qué no"

La exposición del artista Pato Conde protagonizará el día 19 de enero la inauguración de la nueva librería palmesana Finis Africae Cultura

El artista Pato Conde. manu mielniezuk

En febrero cumplirá un año publicando cada día en redes sociales un dibujo -una viñeta- de su proyecto Historias del espacio exterior. Son dibujos sencillos, hechos analógicamente, protagonizados por un "personaje colectivo": el marciano. Los firma Pato Conde, creador argentino afincado desde hace 20 años en Mallorca, profesor de fotografía en el CEF, fotógrafo y dibujante por afición -"no me considero artista, no sé dibujar aunque me encanta y me divierte hacerlo"-. Durante este tiempo, el proyecto ha tomado varias formas (camisetas, pósters, exposiciones), pero sobre todo es un "diario personal" cuyo protagonista le sirve a su autor para reflejar pequeños pensamientos "a los que quizás no prestamos suficiente atención".

El próximo 19 de enero, las Historias del espacio exterior de Pato Conde protagonizarán la inauguración de la librería Finis Africae Cultura (una buena noticia para Palma): habrá una exposición en la que habrá dibujos inéditos y los interesados podrán adquirir un ejemplar de la edición limitada de un libro-caja, que pertenece a la colección Sa Soll, dirigida por Horacio Sapere. "Sapere me ha ayudado en la definición del concepto. Trabajar con un artista de verdad te hace ver lo poco artista que eres tú", apunta Conde. La inauguración arrancará a las 19 horas.

El libro-caja cuenta en su interior con varios fanzines y un póster, entre otras piezas. Todo forma parte del mundo de Historias del espacio exterior, y el tema que tratan los marcianos, en este caso, es exclusivamente el arte. "Todo el contenido de la caja sugiere reflexiones sobre el arte. El póster tiene 254 viñetas en las que dos marcianos discuten sobre qué es y qué no es arte. Al final ambos mueren sin llegar a ninguna conclusión. Considero que nos perdemos más en la discusión sobre eso que no a disfrutar del mismo arte. Juzgar todo el tiempo y poner cosas en valor no tiene sentido, nos perdemos lo que hay más allá. El arte trasciende el dilema de qué es arte y qué no", sentencia el artista.

Humor involuntario

El marciano nació jugando, dibujando: "Me divertía improvisando personajes y, en uno de estos ejercicios, surgió el marciano, que no es alguien concreto, sino un personaje colectivo". Así, este personaje le sirve a Conde para denunciar, criticar y analizar el comportamiento humano: "El marciano espía a los humanos y los imita".

Si bien declara que su intención no es hacer humor, la gente, y así queda retratado en los comentarios en su Facebook e Instagram, se ríe con sus viñetas. Esto es algo que el artista no entiende: "A mí me entristecen", dice el autor, "a nivel de creación [Pato Conde también escribe], me gusta más el drama que la comedia, pero entiendo que la segunda es una muy buena terapia, y tenemos la necesidad de reírnos, muchas veces por no llorar", señala. Su verdadera intención es que la gente se dé cuenta de lo estúpido que es, por ejemplo, estar tan enganchada al móvil o la voraz destrucción del planeta, arrojar luz sobre algunas cuestiones, actitudes o comportamientos "con los que no nos fijamos o que, muchas veces, no queremos ver". "Yo mismo saco el móvil de mi bolsillo y, la mayoría de veces, no sé por qué lo hago. Y esto no me gusta nada".

Es uno de los que aguantan sin tener Whatsapp, pero reconoce el potencial de las redes sociales si se hace un buen uso de ellas: "Que una viñeta mía tenga un alcance de 30.000 personas me parece una barbaridad. ¿Cómo no vamos a utilizar las redes sociales? Además, son una plataforma buenísima para dar voz a creadores que quizás no han tenido una oportunidad. Si bien es cierto que hay muchos artistas que comparten sus viñetas en las redes, también es verdad que hay muchas personas en el mundo". Otra de las cosas buenas que tienen las redes es que permiten a los artistas trabajar en libertad, aunque muchas veces puedan afectar los comentarios del público. "Hay que aprender a trabajar sin censura, sin pensar qué dirá la gente".

"¿De dónde vienen las ideas?"

Sus alumnos le preguntan, en ocasiones, sobre sus viñetas. Pato Conde asegura que les sorprende que cada día tenga tiempo de hacer un dibujo y publicarlo. Y no solo eso: "Me preguntan que de dónde saco las ideas. Siempre les respondo los mismo: basta con guardar el teléfono y mirar alrededor". Quizás sí que somos arte.

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