El melón es una de las frutas más sabrosas que desde hace unos días puede conocerse más detalladamente gracias a la obra El meló. Un regal de la terra. Maria Barceló, una de las autoras, explica que hace unos años que le rondaba la idea de hacer un libro sobre el alimento más conocido de su tierra natal, Vilafranca de Bonany. De hecho, en su pueblo solo quedan tres agricultores dedicados al cultivo profesional de este fruto, uno de ellos su sobrino, cuando años atrás eran muchos más. "Pensé que era hora de hacer un homenaje a los payeses que lo han cultivado y lo cultivan", explica Barceló, de una forma transversal ya que en la obra se habla de las variedades existentes, el calendario de siembra y recolección, así como todo un patrimonio que abarca desde la música y las gloses hasta su presencia en el arte.

El melón, explica el libro, ocupa el séptimo lugar en importancia en el mundo en cuanto a la producción y superficie cultivada y la cuarta posición en rendimiento. Pero también es una herramienta de supervivencia -por ejemplo para los inmigrantes de Armenia que no tienen otra manera ganar dinero-.

La idea de crear este libro sumó adeptos a medida que avanzaba. "Le propuse a Francesca Jaume, vilafranquera como yo y nieta de la primera persona que se puso a vender melones en la acera, a pie de la carretera, Sebastià Sopeta, participar en la obra". Después de definir el libro, ambas le propusieron participar a Felip Munar en la obra, quien propuso complementarla con recetas, unos platos de los que se ha encargado Catalina Ribas. "Son recetas muy sencillas que hemos probado varias veces y no las plasmamos en el libro hasta que encontramos que quedaban como tocaban. De hecho hay elaboraciones llamativas como la de melón con bacalao, que llama mucho la atención", detalla Barceló.

El melón es una fruta que se puede encontrar en la mesa por Navidad, pero no todas las variedades pueden perdurar tanto tiempo. De hecho, Barceló explica que de las 12 variedades que se cultivan en Mallorca, la que aguanta hasta estas fiestas navideñas sin deteriorarse es el meló calapoter, siempre que se haya guardado en un lugar fresco y sin humedad. Sobre el secreto del éxito de los melones en Vilafranca de Bonany y de pueblos cercanos, la autora apunta al hecho que los agricultores tradicionales cuidan la tierra, "a lo que hay que sumar las características del terreno".