La Valldemossa vuelve a casa. La barca de bou de los años 20 ha sido rescatada de un hundimiento y traída de vuelta a Mallorca, donde fue construida para una familia valldemossina que decidió poner rumbo a Menorca para dedicarse al negocio de la pesca.

Las autoridades del Consell presentaron ayer la embarcación, custodiada en estos momentos en una nave de la Autoritat Portuària en Palma a la espera de ser restaurada en el taller de los mestres d'aixa y engrosar los fondos del Museu Marítim de Mallorca.

"El club de submarinistas del Club Nàutic de Ciutadella lo iba a hundir para hacer un derelicto, un pecio. La barca estaba abandonada y no sabían muy bien qué hacer con ella. El proyecto ganó en la convocatoria de los presupuestos participativos del Consell de Menorca", explica a este diario el director del Museu Marítim Albert Forés. El consorcio del museo llegó a un acuerdo para permutar el barco por otro de madera que estaba en Ciutat, el Vindaloo.

La Valldemossa tiene ahora 90 años. Pertenece a la segunda generación de barcas de bou, "como la Balear". "Estos barcos tienen vela latina y también incorporaron un motor", detalla Forés. Su recuperación no es un tema baladí. En el mundo, sólo quedan 5 embarcarcaciones con esta tipología. "Dos en Mallorca, dos en Cataluña y otra que está en Menorca", enumera el director del museo.

La barca, que será una de las piezas emblemáticas de la futura sede del centro marítimo de la isla, fue transportada desde Menorca hasta Palma en un transporte especial de Transmediterránea. El coste de la operación ha sido de aproximadamente 14.000 euros.

Detalle de la embarcación de 'bou'. B. Ramon

La Valldemossa, de 17 metros de eslora, dejó de estar en activo cuando tuvo un accidente en el año 2000. "Las escuelas de mestres d'aixa de Menorca empezaron a recuperarla, pero con la crisis todo quedó paralizado", relata Forés. "No está acabada, hay que trabajar en ella. Hay que hacer un diagnóstico para ver en qué estado está y qué intervenciones precisa", comenta. Será una rehabilitación en fases. "En un año no estará lista". La que sí lo estará en breve es Nuevo Tomàs, una barca de bou de tercera generación. "Es la única que hay en el mundo y la tenemos nosotros", desvela. Tanto la Valldemossa como Nuevo Tomàs se mostrarán en las salas de la futura sede del museo, en Astilleros, mientras que la Balear continuará botada en el mar.

Estas restauraciones podrían servir, según Forés, para conseguir una reactivación de la escuela mallorquina de los mestres d'aixa, que con la crisis echó la persiana.

Estado actual del Museu

En estos momentos, el Museu de Sóller -sede del Museu Marítimo- está consolidado. "Trabajamos a pleno rendimiento, con las visitas normalizadas", comenta Forés. "En 2020 afrontaremos la musealización de Ses Voltes. En este espacio podrán contemplarse las piezas que estaban en las cuevas de Bellver y alguna nueva", señala el director.

El departamento de Medio Ambiente del Consell cuenta con 360.000 euros que servirán para restaurar las dos embarcaciones ya mencionadas y toda una serie de pequeñas naves que están en los subterráneos del Castell de Bellver.