P ¿Cómo de azalvajao -título de su disco de 2013- está con 50 años?
R ¡Estoy en forma! Y con ganas. Es una filosofía: estoy trabajao de bien, en el mejor sentido. Solo un poco de menisco cascado de tanto bailar.
P Tomasito: "El niño robot", "El niño eléctrico" o "El lagartijo humano". ¿Qué es lo más bonito que le han dicho?
R ¡Todo eso! Me encantan todos. "Niño robot" me lo decía Lola Flores, que allá por el 84 me daba una alegría cuando me soltaba "vente y alégranos la fiesta" para que me arrancase por bulerías.
P ¿Y lo más raro y que le enorgullezca?
R "Tomasitio" porque me invitaban a ir por todas partes. O "el camaleónico".
P "Todos los punkies me están mirando" [canta en Los muertos vivientes]. Se proclamó "libre y a tu manera" [canción de 2017]. ¿mejor libre, a tu manera y sobre todo más punki que caballero?
R Las dos cosas. Se puede ser punki y caballero. Lo difícil es ser libre y a tu manera. Hay que serlo. Trabajando, ojo, pero a tu manera.
P ¿Quiénes son los muertos vivientes?
R Pepe [José Manuel Díez] era el batería de Alarma!!!, el grupo de Manolo Tena en los 80. Es el que nos vendía los calditos calientes en Lavapiés, en Madrid. A mí me pusieron las pilas muchas veces. Por la zona del Bota, Backstage, Candela... Los muertos vivientes éramos nosotros: siempre tomándola, como Tony Curtis.
P Cuando se cumplen 20, uno se siente en lo mejor de la vida. ¿Y con 60? ¿Está Tomasito en el mejor momento de su vida?
R Tal cual. Yo acabo de nacer.
P "Lo que yo hago no tiene nombre". "Desde chiquitito yo he bailao marciano". ¿Marte está en Jerez de la Frontera?
R ¡Está! Y los días que son martes nos ponemos... Siempre improvisando, pero conociendo lo puro. Aún así, mi padre dijo: "Este niño me ha salido raro".
P Pablo Carbonell dijo en 2017: "He puesto a prueba mi supervivencia tantas veces que soy inmortal". ¿Se ha excedido en sus 50 años de vida? ¿Es inmortal?
R Algo me habré excedido... Sí, somos inmortales, pero porque lo dice él, que somos familia.
P ¿Viendo bailar a Israel Galván o Rocío Molina, oyendo a El Niño de Elche o Rosalía, piensa "musicalmente, tenía que haberme excedido más"?
R ¡Es que sigo experimentando! Me sale así, no lo busco. Que salga y me guste. No se investiga a la fuerza.
P Canta en Torrotrón: "Me gusta el funky y Camarón", y después la guitarra puntea When the saints go marchin' in. Ha versionado Back in Black de AC/DC. Imprescindible preguntarle: ¿trap y reguetón?
R El trap me gusta. Lo hice con Joe Crepúsculo. Lentete, para adaptarlo a mi estilo. El reguetón lo escucho, claro. Y me entra por un oído y por el otro me sale. Pero cuidado, que tiene su feeling y su soniquete que te menea el culete.
P ¿Cómo conecta con prodigios técnicos como Chano Domínguez o Tino di Geraldo y, por otro lado, con prodigios del salero como Muchachito Bombo Infierno o Los Delinqüentes?
R De la misma manera: nos vemos, tomamos algo y nos ponemos a tocar. Lo mismo que con el senegalés Cheikh Lo, que solo habla francés y yo ni papa. Con todos hablamos a través de la música, que es infalible. Se ve enseguida si cuadra o no.
P ¿Le pidió Fernando Trueba -director del documental Calle 54 sobre el jazz latino- que para la secuencia en la que baila junto a Domínguez al piano no lo hiciera como un Fred Astaire con guasa o un Michael Jackson gitano y se contuviese?
R ¡No! Al contrario: me dejó total libertad, sobre todo a Chano, que era el jefe de todo aquello. Y Chano me dio aún más libertad. Todo lo que hago en ese número es improvisado. Ensayamos una vez, grabamos dos tomas y nos quedamos con la primera. No tenía ni zapatos de bailaor. Ni recuerdo con qué bailé.
P Ha colaborado con indies. Por ejemplo, Joe Crepúsculo. ¡Pero Tomasito, hombre y artista de risa perenne: si los indies no ríen nunca!
R ¡Yo les hago reír! Lo hago hasta con Los Planetas. Porque soy flamenquindie.
P Para acabar: estos días empieza el invierno, y usted actúa este fin de semana. ¿Va a hacer calor en Sa Cova?
R Por supuesto. Porque cuando subo al escenario me lo paso bien. El tálamo es mi segunda casa. En "la cueva" habrá alto voltaje. Si es que ya estamos ahí, mira: "Lerelele-lelé..." (y se arranca a dar palmas por bulerías). ¡Viva Mallorca y todas sus cuevas!
