Sin ninguna duda, la solista Rachel Podger está entre las mejores violinistas del mundo, sobre todo por lo que al repertorio barroco se refiere. Su afinación, su técnica y, por encima de todo, su musicalidad, hacen que los recitales de la solista inglesa sean una auténtica vorágine de buen hacer y buen gusto.
Lo pudimos comprobar una vez más el pasado domingo en el Teatre de Bunyola y como colofón a un Festival de música de muy alto nivel. Ella, sola, interpretó unas versiones curiosas de tres de las Suites que Bach escribió para violonchelo. Fueron transcripciones que no hicieron añorar el instrumento original por el que fueron compuestas. Esas nueva versiones de las suites 1, 2, 3, parecían originales, como si el compositor las hubiera imaginado directamente para el violín. Y es que Bach, la música de Johann Sebastian, permite esas traslaciones entre instrumentos. Del clave o el órgano se puede pasar al piano sin que se pierda nada del espíritu bachiano; pues del violonchelo al violín pasa algo similar. Rachel Podger, además, dio algunas explicaciones sobre el cambio de tonalidad al utilizar otro instrumento, lo que añadió interés al recital que contó con mucho público, que aplaudió hasta conseguir un bis.
Un "pero" a la audición: los molestos ruidos provenientes de algunas salas anexas al teatro, que impedían una concentración al cien por cien. Una cuestión subsanable, sin duda, para próximas citas musicales.
