Han pasado 25 años desde que Carme Riera publicara Dins el darrer blau, la novela con la que la escritora mallorquina y académica de la Lengua quiso recuperar nuestra memoria histórica porque no entendía "la injusticia y la humillación que sufrió cierta gente por tener unos apellidos determinados". Se refiere Carme Riera a la reparación de la memoria de los xuetes, ya que la novela recrea los acontecimientos de los autos de fe de 1691 que terminaron de forma trágica con la quema en la hoguera de 37 criptojudíos que fueron capturados cuando pretendían huir de Mallorca.

Anoche, la Real Academia Mallorquina de Estudios Históricos, Genealógicos y Heráldicos, acogió el acto académico conmemorativo de la publicación de esta obra que contó con las intervenciones de Pedro Montaner, exdirector del archivo de Can Bordils y experto en la materia; y de Luisa Cotoner, profesora emérita de literatura hispánica. Román Piña Homs, presidente de la Real Academia ejerció de anfitrión. Pedro Montaner señaló que los hechos de 1691 fueron durante mucho tiempo fueron tabú, tanto para los descendientes de las víctimas como para los de los verdugos y quiso dar algunas "pinceladas" sobre el devenir de la investigación "del problema xueta". Montaner recordó que Carme Riera dijo no haber querido escribir una novela polémica, pero refirió que la obra sí suscitó comentarios contrarios en un "sector de la historiografía mallorquina".

Relaciones complejas

Según Montaner, la crítica más general es que Riera no hubiera desenmascarado a los "causantes de la tragedia, las élites mallorquinas". Sin embargo, el estudioso explicó que las relaciones entre ese colectivo y los xuetes son complejas, no eran grupos separados de forma estanca y explicó que las élites xuetes, que también existían, eran miembros de las compañías comerciales.

Incluso en momentos tan críticos los xuetes eligen a cristianos como albaceas o testigos de sus testamentos o se prodigan los parentescos espirituales entre ambos grupos. En las casas de nobles o mercaderes había personal xueta de confianza, remarcó. Recordó que el virrey se quejó ante el Rey porque la manera de proceder de la Inquisición iba a "arruinar el país". Puso ejemplos de cómo en los libros de cuentas privados de mercaderes y nobles se refleja que estos pagan dinero a los xuetes a espaldas del Santo Oficio, un tribunal que, recordó Montaner, era "implacable". Dijo que ahora se pretendía que las élites fueran el chivo expiatorio de lo ocurrido para exculpar a la sociedad mallorquina en general. Por su parte, Luisa Cotoner apuntó que Dins el darrer blau cumple con las condiciones para ser una novela histórica por "la documentación rigurosa de los hechos narrados" y por "no contravenir la idiosincrasia de la época que se pretende reflejar". La recreación ficticia puede ser fiel a los hechos, si se investiga la historia y después se reconstruye. "Se trata de encontrar un equilibrio dificilísimo entre verdad histórica y ficción poética", cosa que Riera consigue. Destacó que la novela "nace de la voluntad de la autora de revisar nuestro pasado" y citó a la propia Riera: "Estoy a favor de la literatura de compromiso evidentemente moral, no de partido. A mí me interesan aquellos libros que pueden hacer cambiar a las personas y a mí me gustaría escribir un libro que hiciera cambiar a la gente".