Tres instituciones de Mallorca conservan 23 pinturas de los fondos del Museo del Prado. La mayoría de ellas están ejecutadas entre los siglos XVII y XX.

En el Museu de Mallorca se custodian siete. Tres de ellas se muestran en la exposición permanente de la colección abierta al público. La conservadora de la institución, Rosa Maria Aguiló, explica que se trata de los arcángeles barrocos de Bartolomé Román. Dos óleos sobre tela de más de dos metros datados entre 1635 y 1647. Las piezas se exhiben en la sala 8 del recorrido, en la primera planta de Ca la Gran Cristiana.

Hay que subir hasta el tercer piso (sala 12) para encontrarse con la otra obra en exposición propiedad del Prado: el paisaje realista Després de la tempesta de Modest Urgell Inglada, datado en torno a 1900.

En el área de reserva del Museu de Mallorca hay otras cuatro piezas en depósito de la pinacoteca madrileña que se han exhibido en exposiciones temporales. Son un San Antonio de Padua (copia de Vicente Carducho por Pedro Obregón), un Cristo crucificado anónimo del siglo XVII, El suspiro del moro de Benito Soriano Murillo (del XIX) y Campesino del Valle de Amblés de Valeriano Domínguez.

Tanto Aguiló como la exdirectora del centro, Joana Maria Palou, relatan que estos depósitos llegaron en dos lotes. El primero de ellos, en 1877. Época que coincide con la creación de los museos provinciales de Bellas Artes (sa Llonja fue su sede desde 1886). En ese momento, llegaron 19 piezas del Prado que con los años se han ido devolviendo a la casa madre por diversos motivos, "ya fuera por el estado de conservación o por no tener significancia para la colección propia", comenta Palou. El segundo lote de obras (en total seis) llegó al Museu de Mallorca en 1901.

Un magnífico paisaje de Eliseo Meifrén que ilustra la bahía de Palma preside la capilla del Consolat de Mar. El primer contrato de cesión de la obra se firmó en febrero de 2011. El depósito era por cinco años. En 2015 se renovó por un lustro más. En 2020, tal y como ha confirmado este diario, el Govern tiene la intención de renovar la cesión. La pieza continúa colgando de las paredes del Consolat pese a que El Prado recomendara su traslado al Museu de Mallorca para una adecuada conservación.

La Comandancia General de Balears custodia en la Almudaina hasta 15 obras de la pinacoteca madrileña.

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