Las Malas tierras están por todo y no muy lejos, al contrario, son cercanas. "Existen a tan solo unos metros de donde las turbinas de los aviones abarrotados de turistas pasan rozando el suelo en busca de sol y playa", afirma Tomeu Coll, fotógrafo mallorquín que este viernes presenta en Roma, en el CSF Adams / KromArt Gallery, su proyecto Badlans. Un retrato entre tinieblas.

El proyecto, junto al catálogo, también podrá contemplarse en Casa Planas a partir del 26 de noviembre y el día 29 en la Galería Kehrer de Berlín. Una serie de imágenes que "jamás aparecerá en los retratos oficiales y mucho menos en las guías o las postales de la isla. Es un "lloc malsà" como lo llaman las crónicas de la historia local, inundado de oscuridad, de temor, de malaria y de pasado".

Admirador de Fellini, Passolini y Jack Kerouac, Tomeu Coll es un apasionado de los artistas antisociales. Su amiga y colaboradora Donna Ferrato, la fotoperiodista y activista conocida por su cobertura de violencia doméstica y por sus trabajos para Life, Time y The New York Times, ha calificado sus imágenes como "pantanosas fotografías" y ha destacado su constante "evolución".

"A menudo olvidamos cómo están tejidos aquellos territorios que delimitan, no solo nuestras ciudades, sino también nuestra manera de mirarlas. Generalmente siempre se mira hacia el otro lado, como si fuera una deshonra mirar a los ojos a lo desconocido. Pero para todas aquellas personas que viven en esos suburbios, ese espacio es en donde todo tiene lugar", ha reflexionado Coll.