Convirtió a Fernando de Rojas, famoso autor de 'La Celestina', en todo un investigador, o como él mismo denomina, pesquisado, en su primer tomo 'E manuscrito de piedra' en 2008, y once años después vuelve con el cuarto manuscrito ambientado en la isla de La Española. Luis García Jambrina (Zamora, 1960) se ha convertido en todo un autor contemporáneo del género híbrido, en el que combina historia, misterio e incluso amos y que resalta por hacer uso de la picaresca, como su propio protagonista. Fan incondicional de Umberto Eco y su máxima obra, 'El nombre la rosa', bebe de sus influjos para relatar tramas en las que los protagonistas son fieles a la historia de España y que en esta ocasión con 'El manuscrito de aire' se trasladan hasta Colombia para mostrar nuevos puntos de vista sobre la famosa leyenda negra.

- Sobre la leyenda negra€ ¿qué te parece la existencia de negacionistas?

- No estoy de acuerdo. En los últimos años hay un intento de blanquear la historia. No estoy de acuerdo con la leyenda negra aunque buena parte de ella es verdad, lo que no me parece correcto es hacer lo contrario. En la novela e intentado mostrar lo que ocurrió y también la cara buena, que es la labor de esos frailes dominicos en la isla, que en seguida se convierten en los defensores de los indios, dando lugar a nuevas leyes que pusieron un poco de freno a esa explotación de los primeros taínos y de los siguientes indios de la zona. Precisamente la novela va en contra de esos dos planteamientos, Basta ya de leyendas negras y de intentos de blanqueo. Para eso lo primero que hay que hacer es leer las crónicas de indias.

Cuando una saga arraiga y tiene éxito y el personaje goza del cariño es difícil acabar con ella. Yo en este caso tengo ganas de más

Muchas veces se habla de genocidio y no lo fue, a los españoles no les interesaba acabar con los tainos, eran la riqueza de la isla, había oro y había que extraerlo. Por la codicia y el deseo de riqueza en el plazo de tiempo más corto les sometieron a un régimen de exclavitud, que iba contra las leyes de la época. Eso pasó y eso no se puede negar ni blanquear.

- Esta etapa de España es una etapa de la historia de muchos países€

- Sí, efectivamente. De hecho, un poco esta fue la primera colonización de la edad moderna y se convirtió en modelo de lo que vino después, aunque algunos imperios fueron probablemente más crueles. La ventaja de España, la presencia de los dominicos.

- Para la documentación, ¿cuánto tiempo has tardado?¿Ha sido lo más difícil?

- Ha sido un periodo largo, llevaba mucho tiempo con ganas de escribir esta novela. Aunque pertenece a una tetralogía la había ido dejando para el final precisamente por la labor de documentación. Además de cosas de las que yo apenas sabía nada. Así que se extendió a lo largo de tiempo pero no puedo decir que fuera difícil, para mi es una de las cosas más atractivas de la novela histórica, aprender cosas sobre unos hechos, un periodo. No lo considero ni un trabajo. Lleva tiempo y hay que tomárselo con rigor.

- Dicen que escribes género híbrido, ¿por qué?

- No soy partidario de poner etiquetas, cada uno hace la novela que quiere hacer. Esta novela es la cuarta de una serie que está hecha así€ meto mucho de la literatura clásica española, me gusta la picaresca y la celestina y meto muchas cosas. Quizá sea esta la principal peculiaridad de mi novela.

- ¿Hasta cuándo se puede mantener una saga?

- Generalmente eso depende de la vida del autor (risas), pero sobre todo de los lectores. Cuando una saga arraiga y tiene éxito y el personaje goza del cariño es difícil acabar con ella. Yo en este caso tengo ganas de más porque el personaje da mucho juego y cada vez me parece más atractivo y la época también.

- ¿Llegará un punto que te cansarás?

Me pasó con la segunda, pensé en desencasillarme y estuve varios años sin escribir ningún manuscrito. Pero ahora estoy en u momento que me apetece mucho seguir moviendo este personaje sobre todo cuando lo he sacado de Salamanca y alrededores. Quiero llevarlo a otros sitios donde estaban pasando cosas en aquella época. Quiero volver a América. Estoy ya con la quinta. Antes de terminar una novela ya estoy pensando para la siguiente, sobre todo para que no haya vacíos de cuando terminas una novela.

- ¿Cómo has vivido el éxito de las tres primeras?

- La primera la escrbísin premeditación, sin ser consciente. No pensé que iba a hacer algo histórico y también de intriga, tenía al personaje y quería hacer algo sobre él. Cuando empecé no tenía ni argumento y me llevó rodando. El personaje siempre va asociado a unos lugares, en este caso Salamanca que para mí es muy conocida, y no piensas en nada más. Lo único que pensaba era si sería capaz de acabarla. También dudaba si convertir a Fernando de Rojas en un detective sería una tontería. Hubo una época que solo quería acabarla. También escribía para un público muy amplio, que puede ser peligroso. Cuando luego funcionó y ya lleva 11 años lo vivo con sorpresa, con alegría. Ya en una segunda intentas repetirlo y puede que no lo consigas, lo importante es que hay cuajado la serie y que los lectores pidan más.

Fernando de Rojas era el que siempre trabajaba para figuras poderosas, sobre todo para reyes... hoy sería un funcionario

- ¿Crees que la historia se repite?

- Sí, hay una paradoja con esto porque se dice que hay que conocerla para no repetirla, pero desde mi punto de vista resulta que la única enseñanza que nos da la historia es que todo se repite. Entramos en un círculo del que es difícil salir, todo se repite una y otra vez de base, porque tiene que ver con los impulsos, motivaciones y emociones humanas, siguen tal cual. La codicia, la pasión, el deseo, la ambición... eso es básico. Aprendes historia y descubres que hagas lo que hagas se repite. Lo vemos todos los días.

- ¿Cómo de objetiva es la historia?

- Deja mucho que desear. Antes hablando de la leyenda negra y la siguen propagando historiadores y los blanqueamientos suelen tener motivaciones políticas. Es muy difícil ser objetivo para un historiador porque ésta no deja de ser u relato, en esto, el hecho de cómo ordenes las cosas, aunque seas fiel a los documentos y hechos, el hecho de ordenarlo en el tiempo lo puedes hacer de una manera u otra. Por otro lado, hay que reconocer que hay muchos historiadores que están muy ideologizados. Luego están otros que son simplemente malos, en seguida se saltan las normas.

Yo tengo que tomar decisiones continuamente, de un mismo hecho descubres versiones muy contrapuestas y datos distintos. Fray Bartolomé de las Casas dice que en La Española había tres millones de taínos, luego los historiadores han rebajado la cifra muchísimo. Parece que hablamos solo de datos pero eso tiene intencionalidad. De Las Casas no tenía manera de hacer u computo exacto pero los historiadores sí, y aun así discrepan. La objetividad hay que ponerla entre paréntesis. En esta novela, lo primero que leí fueron las crónicas de indias y luego lo contrasté con los historiadores actuales.

- Si tuvieras que decir solo dos palabras del año 1515 en La Española...

- Codicia y generosidad.

- Si tuvieras que definir la historia en tres palabras...

-Una historia veraz.

- ¿Qué haría tu Fernando de Rojas en la actualidad?

- ¡Uy! hay mucho que investigar... el problema que tenía Fernando de Rojas era el que siempre trabajaba para figuras poderosas, sobre todo para reyes, y ahí se movía en terreno difícil. Eso es lo que más me interesaba de él, cómo podía trabajar para un rey e intentar ser fiel a la verdad y atreverse a llegar hasta el final. Ahora no sé muy bien... podría ser un funcionario del Estado pero honesto...

- ¿Sería único en su especie?

- ¡Por fin uno! (risas).