El escritor Alejandro Palomas (Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y Premio Nadal en 2018) escribe novelas transgeneracionales. Historias que puede leer desde un niño de 9 años hasta un adulto de 99. El autor, invitado al ciclo Universos literarios que ayer se celebró en CaixaFòrum Palma, asegura que no hay fórmulas para escribir libros así. "Se consigue sin pensar para quién escribes. Así de sencillo", sostiene. "Estamos rodeados de nichos comerciales. Yo nunca he sabido jugar a eso porque cuando era pequeñito leía cosas de muy mayor. Y ahora leo libros infantiles cuando me apetece. Una madre es un libro que ahora leen en los institutos y lo escribí supuestamente para adultos", comenta.

Su última novela, Un secreto, se centra con especial intensidad en la infancia. "Me gusta tratar a los niños como si fueran personajes adultos. Y pienso que soy muy proteccionista con ellos. Intento sanarlos ya cuando son pequeños para que en la vida adulta no sean como yo", apunta. Alejandro Palomas confiesa que sufrió mucho cuando era niño. "No por mi familia, sino porque era muy infeliz. Era hipersensible, lo absorbía todo, me afectaban mucho las cosas. Todo era muy dramático", revela. "He necesitado mucha ayuda externa para sobrevivir. Son ya muchos años sentándome en el diván", precisa.

Esta dificultad para clasificar por edad su producción es la que motiva al propio autor a autodenominarse "escritor desencajado, en todos los sentidos".

Palomas es un investigador de la familia. "Es el mejor ámbito en el que uno se puede mover para explicar la emoción. En primer lugar, porque no tienes que explicar lo que es un padre, un cumpleaños, una Navidad... Todo eso me lo salto para, directamente, hacer partícipe al lector de una escena", explica.

Deudor de las grandes sagas familiares como género literario, se declara seguidor de las hermanas Brontë. "Hay una gran corriente que defiende a ultranza a Jane Austen. A mí me aburre. Yo soy Brontë total, me divierten por sus arrebatos y su intensidad", asegura. Profundizar en las entrañas de las familias -"es lo que hacen estas grandes escritoras"- no es plato de buen gusto para nadie, cree el autor de Un perro. "Preferimos mirar hacia afuera, lo de dentro es más costoso. El páramo interior es mucho más complicado", considera.

"Me fascinan las relaciones familiares porque no las elegimos. En ellas, siempre tienes que estar reaccionando. Siempre hay un movimiento que no esperas. Me encanta poder tener referentes que uno no elige, como la familia. Porque yo normalmente los referentes que he escogido los he elegido muy mal", admite.

Palomas siempre evitar hablar de la actualidad en las entrevistas. "Me afecta mucho, no es que no me interese, pero soy una persona que se mantiene muy en silencio de cara al exterior. Manifestarse acerca de temas actuales supone y conlleva un castigo inmediato. Estamos muy censurados y autocensurados. Tengo miedo. La actualidad me da miedo porque viene acompañada de mucho castigo y trampas. Nunca sabemos cómo va a ser recibido lo que queremos decir y por eso lo vivo en silencio", concluye.