El que fuera director de la Banda de Música de Palma, Salvador Sebastià, ha compuesto una obra a partir de los dibujos y esculturas del artista de Felanitx Andreu Maimó, que mañana domingo se estrena en el Teatre municipal de Bunyola (18.30 horas) dentro del Festival de Música.

-Esta partitura tiene un interés añadido, la instrumentación.

-En efecto. He utilizado un trío de cornos di bassetto, unos instrumentos de finales del siglo XVIII, una especie de híbridos entre el clarinete y el clarinete bajo, pero que cayeron en desuso en el siglo XIX.

-De todas maneras existe un gran repertorio para esos instrumentos.

-Mozart, por ejemplo, usa los cornos di bassetto en diversas partituras, y como él otros autores del clasicismo escribieron para esos instrumentos. Afortunadamente hoy existen diferentes formaciones que intentan recuperar ese repertorio, entre ellas el grupo Cornucòpia, que es el que va a estrenar mi partitura.

-¿Qué tiene el corno di basseto que lo diferencia de otros similares como el clarinete?

-Diría que tiene un sonido un tanto enigmático. Ofrece un sonido muy parecido al del clarinete pero de repente permite al compositor bajar a las profundidades de un sonido muy grave. Es un instrumento mágico.

-¿Cómo surge esa nueva obra que podremos escuchar en Bunyola?

-Nace de mi amor por Mallorca. Sentía que de alguna manera debía algo a esa tierra que me acogió tan bien durante unos años y en la que me encontré tan a gusto. Y la casualidad hizo que el colectivo de músicos de la Banda de Palma me regalara una litografía de Andreu Maimó, era la representación de una higuera. Quedé impactado por el efecto que produce su contemplación, transmite quietud y movimiento al mismo tiempo.

-Guillem Frontera calificó la obra de Maimó como “tensa quietud”.

-Cierto y ese es el título de la obra, Tensa quietud. Y fue ese dualismo el que me hizo pensar que algún día haría una composición sobre esa imagen que de alguna manera me ligaba con mi tierra y con todo el Mediterráneo. A partir de aquí y antes de ponerme a trabajar en la partitura, quise conocer más la obra de Andreu Maimó, por cierto, gran entusiasta de la música de Bach. La obra artística de Andreu Maimó es muy musical, permite ser vista como una partitura.

-Y... ¿cómo es el resultado?

-He concebido la partitura como una especie de ciclo en el cual aparecen reminiscencias de su pintura al óleo, de sus litografías y xilografías así como de su obra como ceramista. He intentado crear tensión a través de la disonancia y quietud con la consonancia, todo ello a través de algunas estructuras musicales utilizadas en el barroco para ilustrar el concepto de intimidad que he visto en la obra de Maimó. Podríamos decir que es una relectura del espíritu de Bach, desde una óptima personal, unida a las notas re, mi, do que de alguna manera simbolizan el nombre del artista.

-¿En cuántos movimientos se divide la obra?

-En cuatro. El primero viene a ser el autorretrato del artista en blanco y negro, punto y contrapunto, con el motivo del Coral de la Cantata 140 de Bach. El segundo intenta plasmar una escultura de una higuera. En el tercero quiere expresar lo que sentí al ver las litografías y el cuarto evoca una pintura al óleo en la que se ven ovejas protegiéndose debajo de una higuera.

-¿Podemos hablar de una suite en cuatro movimientos?

-Sí, una suite que pretende evocar el paisaje rural. Maimó plasma la reivindicación del pueblo, del valor de lo rural. Así que en esa suite quero transmitir ese amor por lo auténtico, por la naturaleza. Espero haberlo conseguido y que el público la disfrute; pensemos que es una partitura modal y que cualquier oyente podrá entenderla sin problemas.