P ¿Qué les trae a Mallorca, donde no tocan desde hace más de 30 años?

R Nos hace especial ilusión este concierto [hoy, a las 00 horas, en Inca], y lo digo con total sinceridad, porque no tocamos en la isla desde 1982, cuando el Selva Rock. La ilusión es triple, porque presentaremos nuevo disco, Quemando el futuro, y estamos viendo cómo se cumplen las profecías de nuestras letras en estos tiempos convulsos que vivimos. En el concierto descargaremos todos los clásicos de la Trapera, los que más le gustan a la peña, los del primer disco.

P ¿Qué recuerda del Selva Rock?

R Aquel Selva Rock tuvo un nivelazo, con el grupo Coz, los de Las chicas son guerreras; y también con Dr. Feelgood. El ambiente del festival era ecléctico, con gente de todo tipo. Los festivales de antaño no estaban tan definidos como los de ahora. En aquel tiempo la cultura del rock todavía estaba naciendo en España, así que los festivales se hacían con más ilusión que profesionalidad, aunque la ilusión superaba la inexperiencia.

P ¿Cómo ha logrado mantener con vida a La Banda Trapera del Río durante 43 años?

R Seguimos por la ilusión de ser notarios de la actualidad. Pero si hay algo fundamental para mantener al grupo es la salud. Ha habido desgracias en la banda, fallecimientos y muertes trágicas de miembros fundadores, como fueron las del 'Tío Modes' (en 2004) y la de 'Raf' Pulido (en 2010). La realidad es esa, cuestión de salud. Yo no sé ni cómo estoy vivo. Tal vez el primer muerto tendría que haber sido yo, por temas de adicciones y demás.

P ¿Se cuida mucho últimamente?

R Sí, de lo contrario no estaría vivo. Ya no me apetece según qué cosas€ Me lo paso bien en el gimnasio, en los ensayos, de paseo, estando con mis hijos€ Creo que cada vez hay más conciencia entre los artistas de rock de que los tiempos aquellos de ir pasados de vueltas ya se fueron. Hay que tenerle respeto a los que compran las entradas y vienen a verte. Uno no puede salir pasado o borracho.

P ¿Mantiene a sus hijos alejados del punk?

R A mis hijos les gustan los instrumentos pero los chicos de hoy tiran más hacia el rollo del trap y el tecno. A los míos les va el rock y saben tocar la guitarra y el bajo. Yo les doy clases. Como la Trapera es un grupo entre mediático y maldito, mediático por el libro Escupidos de la boca de Dios o el documental Venid a las cloacas, pues ya conocen un poco el por qué de todo.

P Quién mejor que usted para apuntar qué ha aportado La Banda Trapera a la historia musical de este país.

R El grupo nació en una época convulsa en España, con la muerte del dictador Franco y el inicio de la Transición democrática, y también en el mundo, con la explosión del punk rock. Si en Inglaterra tuvieron a los Sex Pistols, The Clash y los Damned, y en Estados Unidos a Ramones y Dictators, se nos ocurrió que España podía tener un grupo que llevara las letras de la experiencia que estábamos viviendo en un barrio marginal, obrero, a un rock acelerado. Era un cóctel molotov, esa fue nuestra historia.

P Advierta a los jóvenes mallorquines que nunca les han visto en acción.

R Nuestros conciertos antes eran muy destroyers. Todo el mundo lo hacía, lo de salir drogados y montar pitotes. La violencia estaba ahí y a veces no se podían acabar los conciertos. La gente iba con mucha rabia, por la situación de crisis política, social y económica. Ahora simplemente nos dedicamos a compartir con mucho volumen, energía y furia las canciones que tenemos, lo que hace cualquier grupo punk de la escena mundial. Nos dedicamos a lo que tenemos que hacer, que lo otro ya lo harán los antisistema.

P ¿Alguna vez ha temido por su vida sobre un escenario?

R Sí. Me acuerdo de un concierto en un teatro de Sant Cugat, cuando la moda de escupir y tirar latas a los cantantes. A mí me daba mucha rabia eso, así que un día me harté y le estampé la barra del micrófono a uno en la cabeza. Aquello acabó en un desastre, con el escenario inundado de gente. Nosotros también íbamos con gente muy peligrosa que ejercían de guardaespaldas, entre ellos quinquis y atracadores. Se montó una buena, volando de todo en medio del teatro. En los pueblos los catetos también nos querían zurrar. Llegamos a tocar encima de un tractor, para que veas el nivel que había en aquella España.

P Ciutat podrida fue uno de sus primeros éxitos. ¿Barcelona es hoy una ciudad podrida?

R Ciudad podrida es cualquier ciudad del planeta de los extrarradios, de los barrios marginales. "Ciutat podrida ens portes la nit i la por, ara que ets adormida els carrers són plens de foc" [entona durante la entrevista]. A los hechos me remito. Basta ver los telediarios para ver que Barcelona es una ciudad podrida. Yo me quedo con la rabia que hay entre la juventud. Todas las barricadas y cócteles molotov vienen de un sentimiento de rabia ante el 'no hay futuro', mezclado con el tema independentista, claro.

P ¿En qué ha cambiado Barcelona?

R Barcelona era una ciudad espléndida, riquísima culturalmente, abierta, cosmopolita, creativa e igualitaria, pero desde que en los años 80 entraron los nacionalismos, ahí se acabó todo. Grandes genios de Cataluña tuvieron que emigrar. Aquí no se podía hacer nada más allá de la Cançó o la pandereta.

P ¿Cómo ha vivido los episodios de protesta que estos días sacuden Barcelona?

R Con mucha pena. Hay dos partes de Cataluña que no se entienden o no se quieren entender y hay una fractura social que da pena. A ver si todo se arregla, cosa que dudo, y si no, pues seguiremos haciendo rock&roll.

P Quemando el Futuro es el primer trabajo de La Banda Trapera en 25 años. ¿Hay futuro para su grupo?

R Yo tuve una temporada en la que estuve bastante depre, no hacía nada, y no sabía cuál era mi camino en la vida. La música me ha salvado. Estuve muy delicado, de salud y emocionalmente, estaba desorientado. A raíz del 40 aniversario de la Trapera tomé la decisión acertada y seguí adelante. Componiendo me lo paso pipa. En el escenario disfruto, pero me lo paso mejor escribiendo o conociendo gente por ahí donde voy, aunque algunos están muy piraos, no te creas. Y eso que después de los conciertos me voy al hotel, porque si me fuera por ahí, no te cuento con quién acabaría y cómo acabaría. Pase lo que pase, yo seguiré escribiendo letras, creo que cada vez más radicales. Ya tengo siete u ocho nuevas para un próximo trabajo de la Trapera.

P La Polla Records llena hoy estadios, cuelga carteles de entradas agotadas y ha sido número 1 en ventas por encima de Alejandro Sanz. ¿Algo está cambiando en el mundo de la música?

R La Polla Records es un fenómeno brutal. Pasito a pasito, y siempre por la oscuridad, el punk rock ha hecho camino en España. Los de La Polla son unos tíos sencillos, fieles a sus principios, que siempre lo tuvieron claro desde el principio. Me alegro por ellos.

P ¿Es Evaristo uno de sus colegas?

R Nunca me he ido con él a tomar cañas pero lo considero un amigo. Siempre que he coincidido con él en algún concierto nos hemos echado unas risas.