P ¿Cuáles son las principales líneas de su proyecto?

R Pienso el museo como un espacio abierto, al servicio de la ciudadanía, que se traduce en un modo de pensar la transmisión del conocimiento. Entiendo el espacio como un activador del espíritu crítico en el sentido de una actitud ante a la vida que parte de un diálogo; salir de ti mismo y preguntarte por aquello que está fuera, esa obra, ese proyecto que es la realidad.

P ¿Cómo piensa articular esa apertura?

R Estableciendo de forma muy clara una arquitectura institucional que para mí son líneas de fuerza o líneas de investigación. El proyecto tiene tres puntos fuertes que serían esa arquitectura institucional, la red de colaboraciones y la programación. Cuando hablamos de programación esta no puede ser aleatoria, tiene que responder a unas líneas de investigación que nutren la identidad del museo y esta identidad surge de las líneas de investigación propias que son las que forjan sus fundamentos.

P ¿Cómo entiende esas líneas de investigación?

R Las estructuro a partir de tres puntos. El primero sería la mirada al pasado pero con un pie en el presente que es un diálogo con la colección actual que precisa de una relectura de la misma. La segunda línea pasa por pensar qué significa el concepto de ciudad y aquello que la identifica. La ciudad es un espacio en trasformación y esto es algo que el museo ha de exigirse. También hay que saber pensar qué es Es Baluard y cuáles son sus particularidades. Y la tercera línea de fuerza sería la capacidad de proyectarse hacia el futuro, algo que se apoya en el trabajo de los artistas. Mi apoyo a la comunidad artística es absoluto porque sin ellos no tenemos razón de ser, son la piedra angular de cualquier proyecto artístico.

P Su antecesora refirió que el bajo presupuesto fue uno de sus principales problemas.

R Por lo que sé, el presupuesto que hay es muy similar al que había. Hay que buscar fórmulas y mi objetivo, obviamente, no es doblarlo sino triplicarlo. Estoy de acuerdo con ella, la dotación es baja para el tipo de institución. Museos de escala similar tienen tres y cuatro veces más presupuesto que Es Baluard. Está claro que estamos en unos tiempos que requieren del apoyo privado y creo que en la isla ese tejido da de sí. Desconozco si en los estatutos del patronato hay algo que lo imposibilita, pero hay una puerta a la que pienso llamar que es la del Ministerio. Otras instituciones de escala similar cuentan con ese apoyo y no sé por qué Es Baluard no.

P ¿Con qué museo se ha encontrado?

R Destaco dos factores muy positivos. Uno es el equipo, el capital humano que yo creo que es una maravilla. Veo muchísimo potencial por el modo en que han respondido a este vacío de siete meses. Creo que han sabido dar la cara y hacer que el museo no cierre sus puertas. Es un acto de responsabilidad y respeto hacia su trabajo increíble. Y en segundo lugar el emplazamiento. Estamos en un sitio privilegiado no solo a nivel arquitectónico y del lugar que ocupa, las instalaciones son maravillosas. Se pueden mejorar cosas, pero creo que el espacio es favorable y se presta a desarrollar el proyecto con un equipo que también lo va a acompañar porque es muy profesional.

P ¿Cómo valora las circunstancias de su nombramiento?

R Ha habido un cúmulo de circunstancias que no remiten a la voluntad de nadie como encontrarnos con unas elecciones de por medio y con el parón de agosto que ha hecho todo que se dilate más. En cuanto a los procesos internos que ha habido, los desconozco. Desde el momento que te presentas a un concurso te haces ilusiones, pero no voy a negar que ya me lo había quitado de la cabeza porque pensaba que a nivel extraoficial a la ganadora ya se lo hubieran dicho.

P ¿Cuáles son sus prioridades?

R Para mí se da por entendido que vamos a tratar con temáticas epocales como LGTBI, feminismos, migración o cambio climático pero las líneas de investigación de un museo no pueden cenatrarse en eso porque es epocal y el museo continúa. Esta arquitectura institucional lo que nos permite es interrogar a nuestro tiempo asumiendo estas líneas que toman visibilidad a través de programas públicos, exposiciones y actividades.

P ¿Qué museo le gustaría dejar?

R Me gustaría llevar a cabo el proyecto apostando por la internacionalización y la excepcionalidad en el sentido de no repetirnos. No tiene sentido programar lo mismo que una galería o un museo nacional. Tenemos que conseguir que los públicos vengan. Hay que aumentar las visitas, conseguir un público variado, de muchas identidades. Y conseguir catalogar bien la colección. La anterior dirección llevó a cabo un proyecto maravilloso pero falta una parte todavía. Considero además que tendría que hacerse público en la web como se hace en otros museos y realizarlo en colaboración con instiutuciones locales como la UIB.