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Cine español

Carlos Santos: "Fumo igual que Alfredo Landa"

El ganador del Goya por su encarnación de Luis Roldán en 'El hombre de las mil caras' se mete ahora en la piel del mítico inspector de la saga de 'El crack' creada por Garci

Carlos Santos se mete en la piel del detective Germán Areta.

Han pasado 38 años desde que conocimos por primera vez a Germán Areta, el emblemático detective de 'El crack' interpretado por el gran Alfredo Landa. Convertido en una suerte de 'James Bond' patrio en los convulsos años de la Transición Española, conquistó a los espectadores con su 'calma chicha' y esa tenaz perseverancia para investigar el más mínimo detalle para encontrar al culpable. Un rasgo que convirtió en sello personal en 'El crack II', estrenada dos años después.

Pero, ¿qué es lo que le lleva a Areta a actuar con esa determinación? ¿De qué forma el pasado ha forjado su carácter? Con el objetivo de sumergirse en el pasado de este personaje, su creador, el incombustible José Luis Garci, nos sorprende ahora con una precuela, 'El crack cero', con la que cierra la saga que inició en 1981. El filme, rodado el pasado invierno, vuelve a sumergirnos en los bajos fondos del Madrid de los años 70. Una película como las de antes, de manufactura a fuego lento, estética en blanco y negro y ese poso nostálgico que tanto caracteriza al oscarizado director de 'Volver a empezar', capaz de preservar el tiempo gracias a la magia del cine.

El elegido para dar vida a Areta en su juventud no es otro que Carlos Santos (Murcia, 1977), ganador del Goya al Mejor Actor Revelación por su encarnación de Luis Roldán en 'El hombre de las mil caras' y popular por sus papeles más televisivos, como el de José Luis Povedilla en la serie 'Los hombres de Paco' y el de Félix Aranda en 'El tiempo entre costuras'.

Tráiler de 'El crack cero'.

-Cuando se estrenó 'El crack', en 1981, ¡apenas eras un niño!

-Sí, en la primera parte tenía cuatro años y en la segunda, seis, así que no pude verlas en el cine. Las vi de adolescente, cuando empecé a empaparme de cine con '¡Qué grande es el cine!', el programa de Garci. Ahí es cuando me interesé por su filmografía y por estas dos icónicas películas.

-¿Sentiste vértigo de trabajar a las órdenes de este maestro?

-Evidentemente, al recibir la noticia las canillas me temblaron y el culo se me apretó (ríe). Cuando fui a su oficina, en Nickel Odeon, que huele a cine por los cuatro costaos, me dijo: "¡Hombre, si está aquí Areta! Pase usted Don Germán". Y me dio un abrazo. Me empezó a enseñar los bocetos de arte: "mirá, así va a ser tu oficina, así tu casa€". Vaya, que el personaje me lo llevé puesto de esa primera reunión. Y encima, cuando iba a despedirme me dice: "Ay, se me olvidaba, que tengo un regalo para ti". Y le digo: "¿Otro? ¿Otro más?". Y me regaló un libro maravilloso, de tantos que tiene, sobre cine.

"Garci ha hecho la película que él ha querido. Eso hoy en día en España es un milagro y hay muy poca gente que lo puede hacer"

-¿Cómo es en las distancias cortas?

-Yo iba a esa entrevista nervioso por si salía o no el personaje, pero más todavía por conocer a Garci, a la persona, al maestro que me enseñó lo poco o lo mucho que sé de cine en '¡Qué grande es el cine!'.

-Es increíble ver cómo a pesar de las dificultades, Garci ha conseguido hacer la película que él quería.

-Sí. Garci es el amo y señor de su película. Nadie decide nada por encima de él. No hay ningún macroestudio que le diga "esto así no" ni hay nadie que le diga cómo hacer su película. Ha hecho la película que él ha querido. Eso hoy en día en España es un milagro y hay muy poca gente que lo puede hacer. Y el señor José Luis Garci, con 75 años, lo ha hecho. Esto tiene un valor incalculable en una época en la que todo está controlado por las 'majors' o cualquier productora potente.

Descubriendo la esencia de Germán Areta

-¿Cómo se presentó ante ti la oportunidad de dar vida al mítico comisario Germán Areta?

-En realidad, estaba previsto que la película se rodase un año antes y con mi amigo Víctor Clavijo, que es un súper actor, pero como se tuvo que postponer por cuestiones presupuestarias, cuando volvieron a contactar con él estaba metido de lleno en otor proyecto, como productor y como actor, y no podía estar al 100%, así que tuvieron que buscar a otra persona y es ahí donde apareció mi nombre.

José Luis Garci vuelve a hacer de la nostalgia su sello más personal.

-¿Temes las comparaciones con el gran Alfredo Landa?

-Sabes perfectamente que te estás enfrentando a uno de los personajes más icónicos del cine español y que existe esa presión, pero cuando José Luis Garci confía en ti y te dice que tú eres Areta, piensas pues voy a creérmelo y voy a intentar devolver esa confianza haciendo el mejor trabajo posible.

-¿Qué opinan sus hijos de tu interpretación?

-Vinieron al preestreno y afortunadamente vinieron a conocerme y a darme la enhorabuena. Les dije que había intentado estar a la altura de su padre y ellos sólo tuvieron palabras superlativas para mí. Fue un momento que me llevo para siempre en mi memoria, como haberme tomado un 'Dry Martini' preparado por Garci en su casa. Esos momentos son los que merecen la pena. Lo demás, al final, son sólo películas, trabajo al fin y al cabo.

-¿Has tratado de copiar los gestos de Alfredo Landa pero al mismo tiempo hacerlos tuyos?

-Garci en ningún momento nos pidió que nos revisáramos las anteriores películas, todo lo contrario. Una de las primeras directrices fue "olvídate de Landa", aunque para preparar mi personaje sí volví a revisar las dos películas, pero sin ánimo de estudiar cada detalle de Alfredo, sino más bien para ver qué sensaciones me provocaba el personaje y el tono de la película.

"Una de las primeras directrices fue "olvídate de Landa", aunque para preparar mi personaje sí volví a revisar las películas"

Es verdad que él fuma de una determinada manera y yo tenía que hacerlo igual, porque ahí sí que entra en juego esa cinefilia de mucha gente adicta al personaje de Germán Areta y no les puedes defraudar. Pero lo básico para hacer el personaje estaba en el guión, estaba en escuchar a Garci en las lecturas de guión, porque te lo lee para que captes ese tono de cine 'noir', cómo se dicen ciertas frases... Ahí es cuando realmente capturé al personaje.

-¿Cómo es posible darle continuidad después de casi cuarenta años en barbecho?

-Interpretar a un personaje con tanta entidad por sí mismo es como hacer de Batman. Batman está descrito perfectamente en los cómics. Es un personaje sombrío, atormentado por la muerte de sus padres... Y todos los actores que lo han interpretado, cada uno con sus particularidades, mantienen esa esencia. Pues la esencia de Areta está en el guión. Así lo entendió Alfredo Landa en su momento y así lo he entendido yo. Además, al hacer una precuela, en la que todavía no le han ocurrido las cosas, te permite todavía ir un pelín más allá.

El detective Areta, Carlos Santos, junto a su mujer, interpretada por María Cantuel.

-Hablando de Batman, ¿qué te parece la elección de Robert Pattinson, el protagonista de Crepúsculo?

-Me parece una elección fantástica porque es un actor formidable, así te lo digo. Tanto él como Kristen Stewart. Después de 'Crepúsculo', la saga que les lanzó a la fama, le vi en 'Agua para elefantes' y no me podía parecer más encantador. En cualquier caso soy poco de prejuzgar. Hay que esperar a ver la película primero. Cuando Tim Burton quiso que Michael Keaton hiciera de Batman todo el mundo puso el grito en el cielo y luego se tuvieron que comer sus palabras.

La "tiranía" de las redes sociales

Antes era más fácil deshacerse de esos prejuicios. Mira lo fácil que lo tuvo Will Smith para deshacerse de 'El príncipe de Bel Air'. Lo que pasa es que hoy en día tenemos una cosa que se llama redes sociales en las que cualquier advenedizo puede expresar su opinión alegremente.

"Todavía no sabemos cómo asimilar las redes sociales en la realidad. Antes o después se normalizarán, pero ahora mismo son una tiranía"

-¿Eres usuario de ellas?

-Sí, pero creo que jamás he puesto un tuit hablando de algo que no me gusta. Siempre hablo de lo que me emociona, me gusta compartir lo bueno. ¿Para qué voy a decir lo que no me gusta? Para gustos, colores. Vivimos en una tiranía y estoy convencido de que antes o después pasará y quedará lo bonito de las redes sociales, que es poder compartir con los demás lo bueno. Ahora es que las redes sociales parece que mandan en lo que opina la gente. Es una cosa absurda y ridícula.

-¿Es verdad que las productoras miran primero cuántos seguidores tienes antes de elegir el reparto?

-Hace unos meses me lo confirmaron desde dentro de la industria. Pasan nuestras fotos en las reuniones con dos numeritos, el de tus seguidores en Twitter y en Instagram. ¿Pero qué valor tiene esto? Grandes actores como Javier Bardem no tienen Twitter, por ejemplo, y luego hay otros que tienen muchísimos seguidores, como Úrsula Corberó, que es una actriz fascinante que acaba de anunciar que da el salto a Hollywood, con dos millones de seguidores. Pero ¿por qué no han ido a ver esos dos millones de seguidores, o por lo menos la mitad, 'El árbol de la sangre', la película de Julio Medem de la que es protagonista? Es una lástima y se trata de una gran mentira que antes o después se desenmascarará. Todavía no sabemos cómo asimilar las redes sociales en la realidad. Antes o después se normalizarán, pero ahora mismo son una tiranía.

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